El cereal certifica su mal año, lastrado por la «desastrosa» cosecha en La Rioja Alta

Con la cosecha cerca de acabar (se espera que lo haga a finales de mes) la preocupación es patente dentro del sector. Y no por ser algo inesperado, porque las perspectivas no eran buenas desde hace meses. «La sequía no es algo de ayer, ya estábamos hablando de ella en febrero o marzo», recuerda Óscar Salazar, presidente de la UAGR. «Se sabía que iba a haber zonas muy malas y ha sido un verdadero desastre: se han quedado muchas parcelas sin cosechar, algunas se han repasado, pero los rendimientos no llegan ni para cubrir los gastos del gasóleo», asegura.

Salazar indica que esa 'zona cero' incluye municipios como Santo Domingo, Grañón, Villalobar, Treviana, Fonzaleche, Foncea, San Millán de Yécora, Ochánduri o Herramélluri. «Y lo malo es que muchos de los agricultores de esos pueblos acumulan ya tres años muy malos», afirma. «Hablas con gente mayor de pueblos como Grañón y dicen que no han conocido nunca algo así, que la sequía se ha cebado con ellos; mucha gente se va a quedar por el camino», apostilla el también cerealista.

Adrián Sacristán, por su parte, explica que las lluvias llegaron «demasiado tarde» a esa parte más afectada de la comunidad autónoma. «No solucionaron nada», cuenta. «La esperanza estaba puesta en que en Semana Santa se hubiese arreglado un poco la situación, pero no cayó nada hasta finales de mayo y ya no había nada que hacer, salvo en las zonas más tardías», certifica el técnico de Servicios Agrarios Riojanos. Así, explica, no es de extrañar que haya lugares con rendimientos de 400 kilos por hectárea. «En algunos, lo máximo que he podido constatar han sido 2.500, cuando esta es la zona donde más cereal se recoge de La Rioja y lo normal es ver 4.500 o 5.000 kilos por hectárea», apunta.

En una línea similar se expresa Néstor Alcolea. «El secano es un auténtico desastre que no se había visto desde hace muchísimos años», afirma. «Hemos tenido parcelas de entre 6.000 y 8.000 kilos de trigo en las que se están cogiendo por debajo de mil», ejemplifica el secretario de Organización de UPA para explicar después que esta cosecha «muy desigual» se ha cebado sobre todo en los lugares que cuentan con suelos más arenosos. «Que notan mucho la falta de agua», apuntilla.

En las organizaciones agrarias reina la preocupación por la pobre cosecha, algo que también ocurre en las cooperativas. «Hay parcelas en las que andarán mal para pagar la cosechadora», reconoce José Moneo, quien intenta explicar por qué está lloviendo tan poco en esos rincones de La Rioja Alta. «Las borrascas que vienen por el norte se quedan en Pancorbo y las del sur no pasan de La Demanda», indica desde Garu. «Puede que caigan tres, cuatro o cinco litros pero eso no cala», sentencia.

Ante esta situación, Moneo lamenta ver a agricultores «desesperados» porque, además, los precios tampoco acompañan. «Están desanimados», afirma. En ese sentido, Adrián Sacristán cuenta que la escasez de cosecha no se trae como consecuencia un aumento del dinero que perciben los agricultores. No en vano, mientras en La Rioja los rendimientos son muy pobres, otras comunidades cercanas como Navarra registran este año cosechas de récord. «Se están desplomando los precios: el año pasado ya cayeron un 30% y lo que se oye ahora es que va a haber una bajada de entre un 20 o un 25%», avisa Óscar Salazar, quien acaba con un mensaje para los políticos y, más en concreto, para la consejera delGobierno de La Rioja Noemí Manzanos: «Todo esto es más serio de lo que parece; los cereales son la base de nuestra alimentación y no se puede abandonar a la gente como se está haciendo».