El campo exhibe su músculo y proseguirá con las tractoradas hasta que les reciba el ministro

Sólo cesarán en el momento en el que el ministro de Agricultura, Luis Planas, reciba a los integrantes de la plataforma que se está constituyendo a nivel nacional –en las comunidades valenciana, andaluza o catalana ya están dando pasos– y de la que los manifestantes riojanos también aspiran a formar parte. «El primer objetivo ya está conseguido», destacó Adolfo Nájera, nada más salir de la reunión que durante una hora y media mantuvieron con la delegada del Gobierno, Beatriz Arraiz, una representación de dos millares largos de personas del sector primario que ayer trasladaron a Logroño sus reivindicaciones.

Este agricultor de Rincón de Soto –que actuó de portavoz junto a María Gutiérrez, Sergio Hornillos, Juan Carlos García, Íñigo Pérez y David Ceballos, una delegación de viticultores, ganaderos, hortofruticultores de distintas comarcas de La Rioja– se refería con ese «logro» a comunicar a Arraiz sus reclamaciones «y ahora ella se encargará de hacérselas saber al ministro y de pedirle una reunión». Es lo que este movimiento independiente en el sector agrario y surgido a través de grupos de redes sociales se había propuesto desde el principio y por el que llevan desde el martes con tractoradas que están colapsando e incluso cortando carreteras.

«Por fin se está consiguiendo que se nos oiga de verdad en toda La Rioja», dijo Sergio Hornillos subido a un tractor Unimog con seis décadas echando humo y que ya se utilizaba en 1977 cuando también hubo una tractorada histórica en nuestra región, motivada en esa época por la subida del combustible o la caída de precios de productos como la patata, algunas de las reivindicaciones que entonces tenía el campo.

Encaramada a ese Unimog, María Gutiérrez dio lectura a un manifiesto con las reclamaciones de ahora, más de veinte, que entregaron a la delegada del Gobierno. Paralizar la agenda 2030, acabar con las políticas «ecologistas y restrictivas» de la UE, prohibir la entrada en Europa de productos alimenticios externos «que no cumplen las normas de sanidad», prohibir el vino de mesa en las Denominaciones de Origen, reformar la nueva Ley de Bienestar Animal «por el perjuicio a granjas y ganaderías», acabar con la obligación de barbechos, sacar al lobo del listado Lespre (Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial) que prohíbe su caza o poner fin a los proyectos de parques eólicos y solares son algunas medidas.

Y hasta que los agricultores y ganaderos no vean «avances» van a seguir «en la pelea. El plan de mañana (por hoy) es volver a salir a la carretera, cada uno en su zona, ya nos iremos comunicando por WhatsApp como estos días», fue la consigna dentro de un colectivo aparentemente unido aunque la falta de un liderazgo claro provocó ayer algunas fricciones. Porque, al parecer, la decisión de salir con los tractores del aparcamiento de Las Gaunas en dirección a El Espolón se tomó casi sobre la marcha y sin el consenso generalizado por lo que no sentó bien a todos.

La marcha con más de 2.000 'chalecos amarillos' –entre ellos responsables de las organizaciones profesionales agrarias ARAG-Asaja, UAGR y UPA que se plantean seriamente desconvocar la manifestación que han organizado para el martes– acompañada por decenas de tractores arrancó desde el campo de fútbol hacia las once de la mañana. Enfiló la calle República Argentina y a la altura del cruce con Huesca se produjeron los mayores incidentes de la jornada, cuando la Policía Nacional trató de impedir que los vehículos agrícolas siguieran avanzando por esa vía y tomaran otro camino. Los manifestantes desoyeron la orden policial s y algunos de ellos comenzaron a empujar con fuerza a los agentes –apenas una decena–, que no tuvieron más remedio que dar un paso atrás en su intento de frenar a tractores y agricultores para dar prioridad a salvaguardar su integridad física.

Este incidente demoró de manera notable la llegada de la manifestación al centro de Logroño. Al filo de las doce del mediodía pasaba por el Palacete regional para dirigirse a la sede de la Delegación de Gobierno. Hornillos, Gutiérrez y Nájera, subidos al Unimog, agradecieron a sus compañeros de chaleco amarillo el esfuerzo de «estos días, los madrugones, los trasnoches» y estos empezaron a entonar uno de los cánticos de la jornada: 'El campo unido jamás será vencido'. El objetivo de los portavoces era subir en ese momento a reunirse con la delegada del Gobierno pero entonces no lo consiguieron. Sólo pudieron registrar petición de entrevista.

Los ánimos empezaban a caldearse entre los manifestantes que se trasladaron al Palacio de Gobierno regional donde les recibió el presidente, Gonzalo Capellán, y la consejera de Agricultura, Noemí Manzanos. El encuentro duró algo más de media hora y en este caso sí satisfizo a los portavoces: «Nos ha expresado su total apoyo a nuestras reivindicaciones».

Pero el objetivo prioritario de quienes impulsan las movilizaciones y de quienes responden sacando sus tractores a la calle no era estar ayer con el jefe del Ejecutivo riojano. A quien culpan de su crisis actual que «se está llevando a muchos agricultores y ganaderos por delante» es a Madrid y a Bruselas, a los gobiernos en España y en la UE «porque está en juego nuestra soberanía alimentaria y esto no solo afecta al campo sino a toda la sociedad». Con lo que tienen claro que «hasta que no nos reciba la delegada, de aquí no nos movemos».

Vuelta a Muro de la Mata con los ánimos subiendo de temperatura. Y la propuesta inicial de Beatriz Arraiz de recibir a los representantes a las seis de la tarde aún enerva más al personal pese a las llamadas a la calma de los portavoces. Finalmente el encuentro se adelanta a las 15.30 horas. Y se prolonga durante una hora y media. Finaliza sin soluciones porque es evidente que la solución al problema del sector primario no sólo en La Rioja sino en España no se va a encontrar en los gobiernos autonómicos ni en el central. «Pero al ministro le van a llegar y seguro que lo traslada a la UE», confían los manifestantes. De hecho, Planas conoce el ámbito europeo porque ha sido diputado en el Parlamento, embajador de España ante la UE o secretario general del Comité Económico y Social. Además, la cercanía de las elecciones europeas puede obligar a acelerar algunas reformas. «Eso puede jugar a nuestro favor». Es el deseo de un campo unido.