La Declaración de Impacto Ambiental de la autopista de Forestalia, si bien es positiva, establece condicionantes importantes. El más destacado es que, dado su elevado impacto sobre el patrimonio cultural y bienes de dominio público, el informe dice textualmente que «se deberá obtener, antes del ... inicio de las obras, informe favorable de las autoridades competentes en Patrimonio Cultural de los distintos gobiernos autonómicos afectados, en relación a los informes finales de los trabajos de prospección arqueológica mencionados y se deberán aplicar todas las medidas que estos organismos indiquen en sus informes». Es decir, en principio no podría construirse sin el visto bueno de las cuatro comunidades afectadas: La Rioja, País Vasco, Aragón y Castillo y León.
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En este sentido, la DIA señala que «La Rioja -en su informe de alegaciones- ha identificado una notable cantidad de yacimientos y 26 afecciones directas contra el patrimonio arqueológico y cultural con impacto crítico, severo y moderado». De impacto crítico, se citan tres Bienes de Interés Cultural como el Camino de Santiago Francés y los lagares de los Mártires y Serrarte en Briones, lo que implicaría la modificación de siete apoyos y modificaciones en otros casos de impacto severo.
La DIA establece asimismo algunas modificaciones respecto a la propuesta inicial del promotor, que incluyen soterramientos de las líneas previstas en determinados tramos, fundamentalmente por afecciones a la mortalidad de aves protegidas. En este sentido, el propio promotor propone el soterramiento del trazado entre los apoyos 206 y 2017 (en Alfaro) y entre los 263 y 277 (Tudelilla), con el fin de eliminar riesgos por colisión de aves esteparias. Además, el Ministerio obliga también a Forestalia a enterrar la línea entre los apoyos 321 y 346 (Ribafrecha) por atravesar uno de los núcleos habituales de reproducción del aguilucho cenizo y lo mismo sucede con el tramo entre los apoyos 364 y 375 (pasado Albelda de Iregua), mientras que la línea continuaría totalmente a cielo abierto por las principales zonas de viñedo de La Rioja Alta, incluido su paso por Labastida (Rioja Alavesa).
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De hecho, la DIA rechaza inicialmente la propuesta de Forestalia de desviar la línea en las inmediaciones de Haro, para evitar su paso por Labastida y hacerlo por San Felices, ya que considera que «la alternativa propuesta no evita el cruce del ZEC Sotos y Riberas del Ebro y traslada el impacto sobre el paisaje de viñedo al término municipal de Haro y tiene una mayor longitud, por lo que no aporta ninguna ventaja sustancial«. En todo caso, el informe sí establece que los apoyos el tramo entre los 447 y 449 -cercanos al río- deben proyectarse también soterrado, con el fin de evitar »cualquier afección sobre los espacios Red Natura 2000 Sotos y Riberas del Ebro«.
Lo que no encuentra respaldo suficiente en la DIA es la argumentación que tanto el Gobierno de La Rioja como el del País Vasco hacen sobre la afección de la línea de alta tensión por su afección del paisaje cultural del vino y el viñedo de La Rioja y Rioja Alavesa, declarado Bien de Interés Cultural por ambas comunidades autónomas. La promotora justifica que el trazado no afecta a lagares, ni guardaviñas ni bodegas directamente y que la «afección a las vistas, más allá de 500 metros, se considera irrelevante», algo que la propia declaración de impacto da por bueno.
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