Decenas de miles de personas salieron a las calles de Logroño y el resto de poblaciones riojanas el 12 de marzo de 2004. Díaz Uriel

20 años del 11M

Muerte en Atocha, heridas en el corazón de los riojanos

11M ·

La Rioja no olvida, veinte años después, unos atentados yihadistas que sacaron a la calle a decenas de miles de personas

Víctor Soto

Logroño

Lunes, 11 de marzo 2024, 07:32

«Son las ocho de la mañana cuando el tiempo y la vida se quedan detenidos en la madrileña estación de Atocha». Este párrafo de Lourdes Pérez era el primero que los lectores de Diario LA RIOJA pudieron ver el viernes 12 de marzo de ... 2004. Después de una jornada de dolor, sangre y parálisis inolvidable (cada uno de los que vivieron la tragedia puede recordar perfectamente dónde estaba cuando se enteró de los atentados), llegaba el momento de dar respuesta a las preguntas que todos los ciudadanos no dejaban de hacerse.

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Porque el 11M afectó de pleno a Madrid, pero la capital es y será un crisol de procedencias, un reflejo de España, así que la masacre golpeó a todos. No hubo víctimas mortales riojanas, pero sí heridos. Y profesionales de la comunidad (forenses, trabajadores de emergencias, periodistas, policías, efectivos de Cruz Roja...) que participaron activamente en las labores de rescate, atención o identificación de heridos y fallecidos.

Veinte años después, las heridas no se han cerrado para ellos, ni para una parte de los españoles. A lo largo de la pasada semana, tres de las víctimas riojanas de los atentados que en aquellos días se abrieron desde el hospital a contar sus vivencias, miedos y dolores, han preferido mantenerse al margen. «Ahora solo pienso en llevar una vida normal», argumentaba Santiago. «Ha pasado mucho tiempo. Agradezco que contactéis con nosotros, pero no me apetece recordarlo», replicaba María. «Creo que es mejor dejarlo pasar», sellaba Susana.

A ninguno le sorprendió la llamada porque el 11M es una parte más de sus vidas, una carga emocional, pero también un punto de inflexión. Un momento que, de la misma forma, representa un enorme cambio en la historia de España y de La Rioja. Fueron 192 víctimas mortales y más de 2.000 heridos a causa de diez mochilas bombas que se detonaron en cuatro trenes. Un atentado que en un principio fue atribuido a ETA pero que, con el paso de las horas, comenzó a verse como un ataque islamista y eso supuso otra certificación: España estaba en el foco del terrorismo internacional después de haber formado parte de la coalición que invadió Irak para derrotar a Saddam Hussein.

La Rioja ha vivido desde 2012 cinco operaciones antiyihadistas que se saldaron con cinco detenidos

Las consecuencias políticas de los atentados y la gestión de los días posteriores tuvieron reflejo en las elecciones del 14 de marzo, que auparon a José Luis Rodríguez Zapatero a la presidencia del Gobierno y, posteriormente, la salida de las tropas españolas de Irak en mayo de 2004. Eso ocurriría meses después de la barbarie, pero la jornada posterior al 11M será recordada como la de la respuesta ciudadana.

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Porque nunca en La Rioja, ni tan siquiera con el vil asesinato de Miguel Ángel Blanco, se habían unido tantas personas en las calles. Ese 12 de marzo de 2004, en Logroño se congregaron más de 100.000 personas que colapsaron el centro de la capital. Mientras la cabecera de la manifestación llegaba a la plaza del Ayuntamiento, la cola, junto a la fuente de los Ilustres, aún no había podido dar ni un paso.

Pero Logroño no era la excepción, ni mucho menos: más de 13.000 personas se manifestaron en Calahorra, 6.000 en Haro, otras 6.000 en Nájera, 4.000 en Alfaro... Así en cada localidad y también en empresas, centros de trabajo o asociaciones.

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Pocos fueron los que no salieron de casa ese 12 de marzo para mostrar su repulsa por el cruel ataque a unos trenes plagados de obreros, funcionarios, estudiantes, niños... Una masacre indiscriminada que hizo tambalear los cimientos de la sociedad española y que ahora, veinte años después, es apenas una página en los libros de historia de los alumnos. «Podría haber pasado aquí», decía entonces. Nadie estamos a salvo», sentenciaba Celia durante esa multitudinaria convocatoria en Logroño.

Tren en Atocha destrozado por una de las explosiones, con víctimas en el suelo y un sanitario. Reuters

Hace 20 años se abrieron las puertas al terror yihadista en España, puertas que no se han cerrado, como bien saben las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils en 2017 o de los ataques de lobos solitarios, pese a los esfuerzos de las fuerzas de seguridad.

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El pulso con los terroristas se mantiene y La Rioja no ha sido ajena a estas intervenciones policiales. Desde 2012, cinco personas han sido detenidas en el territorio en cinco operaciones que se vivieron en Calahorra, Logroño, Ezcaray y Agoncillo, según datos del Ministerio de Interior.

Los riojanos de más edad no olvidan el drama de ese 11M, esa manifestación, esos crespones negros, esas lágrimas y todo lo que sucedió después de que el tiempo y la vida quedasen detenidos en Atocha.

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