Amadeo, o Julián, cierra el círculo: «Si alguien lo quiere compartir conmigo...»

Aunque para Amadeo Marín este periodo navideño estaba siendo muy diferente al de cualquier otro año, el riojano, protagonista del anuncio de la Lotería de Navidad, quería tomarse este domingo como cualquier otro. Su plan era dar su tradicional paseo por el entorno del parque del Ebro y no hacer caso al sorteo. «Es el único día que no oigo la radio, ni veo la televisión ni leo nada, quizás por envidia, no sé si cochina o sana», afirmaba. Sin embargo, una llamada de Diario LA RIOJA lo iba a cambiar todo. «Amadeo, ¡que ha tocado el Gordo!«, le decía el periodista. «No me lo puedo creer», respondía él.

Lo que iba a ser un día habitual se ha convertido en todo lo contrario. «Ya no es normal», reconocía. Previamente, este medio había hablado ya este sábado con él para hacer un reportaje sobre cómo estaba viviendo la jornada, para saber si Julián (el nombre del personaje protagonista del anuncio) seguía acompañándole, para conocer si la gente le paraba aún por la calle y para contabilizar cuántos décimos habían compartido con él. Todos esos planes se han ido al traste cuando el 72480 ha salido en el sorteo. El Gordo. E íntegro en Logroño.

El reportaje cambiaba de lugar. Del parque del Ebro a la administración de Muro del Carmen. Y antes de llegar, Marín ha hablado con Diario LA RIOJA para contar cómo estaba viviendo esos momentos, desde que se había enterado que la suerte había hecho parada, y de las gordas, en Logroño. «No me lo puedo creer». Esa era la frase que más repetía el riojano. «Bromeábamos con ello y al final ha caído aquí», sentenciaba. Marín se definía «feliz como una perdiz» y esperaba que el premio haya terminado en manos de «aquellos que más lo necesiten».

Durante su trayecto desde el parque del Ebro hasta el centro de la ciudad, el actor amateur se ha encontrado ya con algunos vecinos de la ciudad que han querido abrazarle y recordarle que había traído la suerte a Logroño. «Y no solo aquí porque unos días después de estrenarse el anuncio, tocaron muchos millones en mi pueblo, en Villamediana», recordaba con una sonrisa. Nadie, ni desde luego él mismo, se esperaba algo así. «Ya fue una sorpresa hacer el anuncio, pero esto ya se suma a lo que era grande de por sí», explicaba. «Estoy sin palabras», añadía con cierta emoción.

En el anuncio protagonizado por Marín, mucha gente compartía su décimo con Julián. En la vida real, también. «Este año es el que más he jugado», afirmaba, para admitir después que esa generosidad no se ha convertido en premios. «No me ha tocado nada, solo una terminación en cero», defendía este domingo por la noche, después de que en algunos medios se anunciara que había sido agraciado con el Gordo. «Pero si alguien quiere compartir conmigo su premio, a mí no me importa», bromeaba.

Ese domingo normal que se había convertido a causa del azar en un día totalmente especial iba a tener una parada obligada, el número 4 de Muro del Carmen. Al principio, poca gente se percató de quién era, pero todo cambió cuando empezó a hablar con los responsables de la administración. «Es Julián, el del anuncio», apuntó una voz y, acto seguido, un montón de micrófonos, cámaras y periodistas se agolparon sobre él. «El primer reportaje lo hice en esta administración», recordaba el riojano. «Ojalá que para el Niño tengamos también suerte», apostillaba.

Para concluir, Marín definía lo vivido este domingo como «el puntazo» de este periodo navideño. «Ha sido como el descabello en los toros o el matasellos en la carta», ejemplificaba antes de enviar un mensaje a los que no les ha tocado la lotería. «A seguir viviendo, que ya es bastante, y a disfrutar cada día de lo que venga», finalizó.

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