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Jueves, 31 de octubre 2024, 13:37
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El Tribunal Superior de Justicia de La Rioja ha informado de la composición del jurado que deberá decidir si los dos acusados por el asesinato del hostelero Guillermo Castillo, ocurrido en Cuzcurrita del Río Tirón el 2 de mayo de 2023, son culpables o no. Serán cinco hombres y cuatro mujeres de entre 23 y 63 años, con profesiones como agricultor, carretillero, panadero-frutero, gestor punto de venta, maestro, ama de casa, auxiliar, administrativo, gestor financiero y desempleado. Mientras, las dos suplentes serán una administrativa y una autónoma. El trámite de selección se ha llevado a cabo este jueves, a puerta cerrada, en la Audiencia Provincial entre los 21 candidatos elegidos por sorteo.
La vista comenzará el próximo lunes y se prolongará hasta el 15, en uno de los juicios más largos de la historia regional reciente. El 18 de noviembre está previsto que acusaciones y defensas expongan sus informes finales y un día más tarde se entregará el objeto del veredicto al jurado, para que se aísle y comience la deliberación.
Ambos acusados deberán declarar en unas sesiones que se prevén maratonianas y en las que comparecerán también diversos testigos, peritos, médicos civiles, investigadores (incluidos los del Departamento de la Escena del Crimen del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil) y diversa prueba documental.
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Los dos acusados, si son declarados culpables, se enfrentan a la prisión permanente revisable, como solicita la familia, o a un máximo de 27 años de cárcel, como pide la Fiscalía. En concreto, el Ministerio Público solicita 23 años de internamiento por asesinato con alevosía y ensañamiento y cuatro más por robo en casa habitada para C. S. R.. En el caso de A. D. G, la pena sería nueve meses más larga por el robo. Además, el fiscal también reclama una pena de libertad vigilada durante diez años para ambos y que indemnicen con 300.000 euros a los dos hijos de la víctima.
El fatal suceso tuvo lugar en la madrugada del 2 de mayo de 2023, cuando los presuntos asesinos se desplazaron de Logroño a Cuzcurrita a bordo de un turismo. A medianoche estacionaron en las proximidades de la vivienda, llamaron a su puerta y el empresario les dejó pasar al reconocer a uno de ellos, según sostiene la Fiscalía.
En ese momento comenzaron los golpes y la violencia extrema, que acabaron con Guillermo Castillo malherido, esposado y encerrado en un baño de la parte baja de su vivienda, donde moriría unas horas después. Mientras el conocido hostelero agonizaba, los dos imputados registraron la vivienda y se dieron a la fuga con el dinero que Guillermo llevaba en la cartera, poco más de 600 euros y no un sustancioso botín como esperaban después de un puente de intenso trabajo en el local hostelero que regentaba junto a su familia.
Tres meses después del crimen, ambos fueron detenidos y se conoció que en el momento de los hechos uno de ellos se encontraba de permiso penitenciario. Desde ese momento, ambos han intentado descargarse mutuamente la responsabilidad de un horrendo crimen.
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