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En el edificio acristalado de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja, repartidos en distintas alturas y salas, trabajan sin apenas descanso los agentes de las cinco brigadas provinciales: Científica, Judicial, Información, Seguridad Ciudadana y Extranjería y Fronteras, dirigidos por sus respectivos inspectores jefes. Todos ellos persiguen, según la urgencia o los sucesos que transcurran, distintos cometidos que, en todos los casos, buscan el bienestar de los riojanos.
En el caso de la Policía Científica, sus agentes son los ojos encargados de descubrir hasta el más mínimo detalle sobre cómo se ha cometido un crimen: obtienen vestigios y muestras, entre otras, que «pueden acreditar la participación de una persona en la escena del delito». Los agentes de la Judicial, por su parte, investigan distintos delitos (hurtos, robos con fuerza, tráfico de estupefacientes, delitos tecnológicos...)... incluidos los homicidios.
La Brigada de Seguridad Ciudadana lucha contra la pequeña delincuencia, desarrolla labores preventivas... mientras que Extranjería y Fronteras desarrolla un trabajo exhaustivo contra la explotación laboral y sexual, además de contra quienes se puedan encontrar en el país de forma irregular. Información, por su parte, controla el radicalismo, los delitos de odio, el terrorismo o el yihadismo, entre otras cosas.
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Irene Echazarreta
1 BRIGADA PROVINCIAL CIENTÍFICA
Homicidios, agresiones sexuales, robos con fuerza... Los agentes de la Policía Científica son los responsables de aportar «elementos objetivos» a la investigación. Son los ojos encargados de ver donde nadie antes había visto nada, de conseguir vestigios, de saber cómo se ha cometido un crimen... «La Científica va al lugar de los hechos, obtiene vestigios, muestras y cualquier otro elemento que pueda haber en la escena del delito que pueda acreditar la participación de una persona en ese hecho», explica Carlos Martín, inspector jefe de la Brigada Provincial.
Una labor que, a su juicio, es «imprescindible». «No todos los hechos delictivos dejan restos, pero participamos en todos los delitos graves, como los homicidios de estos últimos años, en el del Hotel Los Bracos, con aquella niña, o en el del profesor, que son el máximo exponente en esta brigada». Todo debido, en parte, a que «las inspecciones oculares requieren de mucha especialización, son muy delicadas y amplias» y porque «son los hechos más importantes, los más graves».
También participan en robos con fuerza, donde «tenemos un montón de inspecciones oculares en pisos, en establecimientos y entidades bancarias, donde algunas veces conseguimos vestigios y otras no». Además de intervenir cuando se produce una agresión sexual. En estos casos, explica, «acudimos al lugar de los hechos a hacer una inspección ocular y, de manera posterior, se pueden obtener elementos de pruebas como ropa. Se recogen y se remiten a los laboratorios de ADN y Biología y Toxicología para que procedan a su análisis. Si hay detección de vestigios del agresor, se acredita la presencia de la víctima en el lugar de los hechos».
En cualquier caso, apunta el inspector jefe de la brigada, «en el lugar de los hechos, se recogen muchas muestras, se hacen muchas líneas de los hechos de cómo han ocurrido, tienes las pruebas, se empieza a trabajar y entiendes que esas pruebas son del autor o de la víctima, por lo que procedes a su identificación si se puede... ya no solo a acreditar su presencia, sino a proceder a su identificación, de ahí la importancia que tienen el ADN, las nuevas tecnologías y bases de datos, los cruces de información, la obtención de nuevas huellas, porque se hace un tratamiento que se cruza para ver si no ha hecho otro hecho delictivo en otra aparte.
2 BRIGADA PROVINCIAL JUDICIAL
La Policía Judicial trabaja en la investigación de los delitos... muchas veces en contacto con los juzgados. «Para mí lo más importante y de lo que más orgulloso me siento es de la resolución de homicidios, de los asesinatos, porque son el ataque a la vida de nuestro bien más preciado» asegura Eduardo Esteban, inspector jefe de la Brigada Provincial Judicial.
En este sentido, resalta que «hasta la fecha, todos los homicidios o casos que me han tocado a mí dirigirlos han salido adelante, hemos visto la luz en todos». De ellos, no obstante, apunta que «me marcó mucho el del repartidor Isam Haddour, que fue asesinado por cuatro chicos, pero fue un gran éxito, al igual que el caso del profesor, la denominada 'Operación Letras', en la que también detuvimos al principal autor de los hechos y el de la violación grupal a dos menores en avenida de Navarra, donde logramos detener a todos y, prácticamente, demostrarlo al 100%». «Logroño es una de las ciudades más seguras de España, pero es normal que pasen cosas», expone Esteban.
Hace unas semanas, además, «hubo otro homicidio en la calle Vitoria con la calle Fundición. Unas personas le dieron una paliza a otra y falleció». «Son cosas de las que me siento orgulloso desde la perspectiva de que sacamos estos temas que son muy delicados y que, para la ciudadanía, generan inseguridad, pero hay otros importantes. También hemos hecho la mayor intervención de drogas que se ha hecho nunca: 23 kilos de cocaína, aproximadamente. Puede no parecer una gran cantidad, pero Logroño no es una ciudad de puerto y coger tanto y sin cortar, con una pureza del 90%, es un tema muy bueno». Además, esclarecieron robos en 30 establecimientos.
En este sentido, advierte que los delitos tecnológicos «cada día están más en auge» y que los delincuentes se están «especializando», de ahí la creación del grupo de delitos tecnológicos. «Hay modalidades que hace diez o quince años no existían porque ahora una persona puede cometer un montón de irregularidades o de infracciones desde su casa con un terminal, con un ordenador o con un teléfono. Es una modalidad delictiva que va en auge que tenemos que atajar, prevenir e informar a la ciudadanía».
3 BRIGADA PROVINCIAL DE SEGURIDAD CIUDADANA
Mucho más que una patrulla: llamadas al 091, lucha contra la pequeña delincuencia, vigilancia privada, labores preventivas... La Brigada de Seguridad Ciudadana dobla sus esfuerzos siempre que sea necesario. «El pasado año tuvimos un trabajo extra por las elecciones y por la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea, con la que activamos dispositivos de seguridad tanto en los hoteles donde se alojaban estas personas como en los lugares donde se hicieran las reuniones», recuerda Ignacio García, inspector jefe de la brigada.
Durante al año, además, a través de Participación Ciudadana, «establecemos planes de comercio seguro en determinados meses del año para que las patrullas se desplieguen a lo largo de la ciudad donde hay más aglomeraciones para prevenir los hurtos y robos que se suelen ocasionar». Con la Cabalgata y con la llegada de los Reyes Magos a Las Gaunas, «la Brigada se vuelca de una manera mucho mayor», resalta.
Ya en el caso de que se produzca un suceso, como una explosión o derrumbe, «somos de las primeras brigadas en acudir para que no exista peligro y para atender a las víctimas que se puedan asistir«. Todo debido, en parte, para »hacer posible que otras unidades que tengan que intervenir puedan llegar a ese lugar y lo puedan hacer en condiciones de seguridad». Su labor, además, «no tiene periodos de descanso, es continuo, siempre hay llamadas a la sala del 091».
La brigada, de hecho, fue una de las primeras en acudir a sucesos tan dramáticos como los que se produjeron en la capital riojana por los atentados de ETA en la calle Ollerías (1980) y en la Torre Blanca de Logroño (2001). «En el primer atentado, resultaron tres personas fallecidas, pero el más notorio, por cercanía y por número de explosivos que se utilizaron -se llegaron a colocar 50 kilogramos- fue el de la Torre Blanca de Logroño, en Gran Vía 14, donde tuvimos que realizar una rápida intervención y avisar a toda la gente de que se fuese al otro lado para que el efecto de la explosión no produjese daños». «Una vez que explotó la bomba, se pudieron evacuar a estas personas de forma segura», recuerda el inspector jefe mientras añade que «también se ha tenido algún que otro aviso de bomba frente a la Delegación de Defensa».
4 BRIGADA DE EXTRANJERÍA Y FRONTERAS
La Brigada de Extranjería y Fronteras desarrolla un trabajo exhaustivo para combatir la explotación laboral y sexual. «Nos compete el ejercicio de la prostitución, que con el covid se trasladó de los clubs a los pisos, y aunque tenemos un control en algunos de ellos, en otros la actividad pasa más desapercibida y tenemos más problemas», explica Alfonso Petrirena, inspector jefe de la brigada provincial.
«Es una labor bastante ardua, porque la prostitución está envuelta en un halo de alegalidad, si bien la colaboración ciudadana es muy importante». Durante el año, además de controlar a quienes se puedan encontrar en el país de forma irregular, también intensifican su labor «para controlar a todos los extranjeros que vienen en época de vendimia o de frutales, para que todo se realice conforme a las normas, pero cada vez se hacen las cosas mejor». «Las personas extranjeras que vienen a trabajar lo hacen con todo regularizado, hay un control tanto por parte de las empresas mediadoras como por parte de los empleadores para que todo vaya muy bien», resalta.
Además, tras el estallido de la guerra en Ucrania, «tuvimos que habilitar en tiempo récord la protección temporal exclusiva para las personas que provenían del conflicto. Nosotros atendimos, sobre todo, a los que vinieron a la Comunidad Autónoma de La Rioja, aunque luego muchos de ellos eligieron otros lugares de residencia, pero tuvimos que tramitar un volumen bastante importante para ser una región pequeña». De hecho, «se nos habilitaron nuevos despachos y material para que pudiésemos dar una salida solvente».
De todos los cambios experimentados por parte de la brigada, reconoce que el principal ha sido el de la inauguración del aeropuerto de Agoncillo «como frontera exterior». «Supuso un cambio, porque aunque no hay muchos vuelos internacionales, exige formarse, controlar toda la información para la entrada y la salida, saber cómo actuar cuando un pasajero se encuentre en situación irregular....», explica mientras puntualiza que las normas en materia de Extranjería «son muy cambiantes».
5 BRIGADA PROVINCIAL DE INFORMACIÓN
La Brigada de Información es de las más discretas de la Policía Nacional. Su inspector jefe, Luis, que prefiere no mostrar su rostro por prudencia, asegura que «la estructura es secreta, por lo que no se sabe lo que somos ni cómo somos». No en vano, se dedican a controlar el radicalismo. «En Logroño hemos tenido un club en Primera División, pero seguimos teniendo clubs de fútbol con aficionados radicales», expone.
También investigan los delitos de odio, todo lo relacionado con la xenofobia, la homofobia... así como con las bandas latinas, los grupos organizados o semiorganizados que tengan «alguna connotación violenta», además de los «desórdenes sociales de carácter grave, como los actos vandálicos que destrozaron Lacoste. Todos los delitos que investigamos exceden de una delincuencia común, tienen una connotación radical, política, social, de odio».
También vigilan el yihadismo y el terrorismo islámico y alternan esa labor secreta de control con la protección de las personalidades (como el rey o el presidente del Gobierno) que vienen a la capital o de las manifestaciones, «pero siempre vestidos de paisano». En cuanto a los principales hitos, admite que lo más importante que ha sucedido para la brigada en estos últimos 40 años han sido «los atentados de ETA» de los años 80, 2001 y 2007, todo debido a que «en el primero hubo tres fallecidos en Logroño».
Desde entonces, «el día a día durante aquellos años se dedicó a intentar evitar esos atentados, investigar las posibles ramificaciones que podía tener la banda terrorista en Logroño y, a su vez, no descuidar otros radicalismos que teníamos entonces, como los GRAPO, que desaparecieron en el siglo XX». Durante los últimos años, explica, también han llevado a cabo «muchas operaciones relacionadas con el fútbol, con radicalismos violentos, con temas de odio y operaciones contra el yihadismo, pero ninguna ha tenido la connotación de atentado mortal como en los años 80 y 2000».
De ahí que su labor sea «muy necesaria», aunque «muchas veces no sea demasiado conocida, porque todo país necesita que una parte de su policía y de su servicio de seguridad se dediquen a la investigación de delitos que afecten a la seguridad del propio Estado», concluye.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
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