Un problema sanitario de primer nivel, del que cada año afloran más pacientes que sufren apnea del sueño, insomnio u otros síntomas y trastornos nocturnos que les privan del descanso y les ponen en grave riesgo, que este viernes se ha vuelto a evidenciar con ... motivo del Día Mundial del Sueño. La situación no es baladí y, por eso, la Unidad del Sueño y Ventilación, el servicio creado hace siete años en el Hospital San Pedro, trata de ayudar a los riojanos que sufren este trastorno en su diagnóstico y tratamiento.
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Las cifras están ahí. Por sus consultas, desde finales de diciembre de 2016, han pasado 32.000 pacientes preocupados por su cantidad y calidad del sueño, de los que 7.000 llegaron el pasado año a la unidad como «nuevos pacientes». En 2023, además, atendieron a 5.500 riojanos con patologías de sueño (de manera presencial) y a otros 2.000 a través de las consultas de telemonitorización, en las que llevaron a cabo un seguimiento de las terapias de los pacientes de manera telemática.
A sus distintas salas llegan gran cantidad de pacientes con diversos trastornos que ponen en grave peligro a quienes los sufren. No es de extrañar. «Es un factor de riesgo muy importante de hipertensión arterial y también, está muy relacionado con la arritmia y con problemas cardiovasculares, como ictus o infartos», advierte la coordinadora de la Unidad del Sueño del San Pedro, Alejandra Roncero Lázaro. De ahí la importancia de diagnosticar esta patología para «tratarla y evitar los efectos secundarios, porque al final disminuye tanto la calidad como la esperanza de vida, porque conlleva muchos riesgos cardiovasculares».
El ronquido constituye una primera señal de alerta. «El inicio empieza siempre por la sospecha diagnóstica, por los síntomas que tienen los pacientes, y los que tienen apnea obstructiva del sueño roncan, tienen pausas de respiración durante el sueño y somnolencia diurna», explica Carlos Ruiz, jefe de Neumología. La sensación, apunta Roncero, «es de sueño no reparador, lo que provoca que al levantarte sientes que no has descansado bien y, por el día, que no tienes energía».
Y esta es, de hecho, la principal indicación por la que acuden los riojanos a la unidad. «La apnea es la enfermedad del sueño más prevalente que hay, son pacientes que roncan por la noche y que tienen sueño por el día. Todo ello se debe a que por la noche sufren paradas respiratorias de forma periódica y, por tanto, no pueden respirar correctamente ni descansar bien», explica la coordinadora del servicio. Una patología que aunque conlleva la realización de distintas pruebas diagnósticas, «puede estar relacionada con otro problema muy prevalente en la sociedad, la obesidad, que es un factor de riesgo para padecerla», expone Ruiz.
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5.500 riojanos
con patologías de sueño fueron atendidos en consulta durante el pasado año.
32.000 pacientes
han pasado por la Unidad del Sueño desde su fundación en el año 2016.
Desde la consulta de enfermería también velan por hacer un seguimiento «más estrecho» de los medicamentos que toman los pacientes que sufren apnea obstructiva del sueño, a los que también se les proporciona «educación sanitaria». «Incidimos mucho en que cumplan con su tratamiento y en que lleven una vida activa, en que hacer ejercicio de cualquier tipo a diario es muy necesario, porque otro de los problemas que conlleva la obesidad es que la población va reduciendo horas de sueño, y a menos horas somos menos capaces de trabajar y somos menos productivos», resalta María Torres Muga, enfermera de la Unidad del Sueño mientras añade que en la consulta hacen hincapié «en cambiar los hábitos de vida, que es el paso previo al insomnio, que es producto de que se cronifican los malos hábitos».
El descanso es fundamental. Tiene un papel esencial para garantizar la salud y el bienestar que este viernes, si cabe, ha adquirido una mayor relevancia por el Día Mundial del Sueño. «Dormir bien mejora la salud. Es una función fisiológica, que nos ayuda a repararnos del desgaste físico, de toda la actividad física y mental. Si dormimos mal, puede conllevar problemas muy graves de salud, como el aumento de problemas cardiovasculares e incluso accidentes de tráfico o laborales por una excesiva somnolencia diurna, y luego afecta a la calidad de vida en la vigilia». De ahí la importancia de tener «una buena calidad e higiene de sueño para evitar problemas de estrés, de ansiedad y temperamento de enfermedades mentales», concluye Ruiz.
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