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Ya está todo listo para que comience el curso escolar de los cambios, marcado sobre todo por la implantación de los nuevos currículos de la LOMLOE y por el fin de las restricciones sanitarias tras la pandemia. En total, serán 51.352 los alumnos que ... regresarán estos días a las aulas riojanas –ya que en Alfaro y Arnedo empiezan el viernes y en Haro retrasan al lunes la vuelta por festividad local, como también ocurre en otros municipios menores–, cifra que supone 450 más que en el año anterior, pero que, sin embargo, encubre una realidad preocupante: la bajada de la natalidad.
Sobre todo porque, a pesar de que este año se ha producido un ligero incremento (0,87%) de las matriculaciones de las etapas de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, se ha registrado un descenso de 805 alumnos en Infantil y Primaria, que han perdido 262 y 543 estudiantes, respectivamente. Son datos provisionales, porque todavía siguen llegando solicitudes, pero que, como reconoció ayer el consejero de Educación, Pedro Uruñuela, «ponen de manifiesto una situación que nos preocupa enormemente, ya que estamos perdiendo centenares de alumnos todos los años». Más aún porque «no hay manera de detener esta caída de las matrículas, por lo que tendremos que plantearnos cómo lo hacemos de cara a los próximos años».
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En este curso no se producirá, al menos de momento, ningún cierre de aulas, pero sí una reducción de tres grupos en la región –de los casi 1.100 que Educación estima que tendrán lugar el próximo año–. «La intención es mantenerlas todas abiertas, al menos hasta que no quede más remedio. Realizaremos un esfuerzo muy importante para no clausurarlas, sobre todo en la zona rural, ya que estamos convencidos de que, si se cierra un aula, se cierra el colegio y terminamos cerrando el pueblo», aseguró Uruñuela.
En este sentido, concretó que una de las novedades de este curso es la puesta en marcha de las aulas experimentales de dos años, que se desarrollarán en los colegios San Pío X (situado en el barrio de La Estrella) y en el Vuelo Madrid-Manila de Logroño, así como en los centros escolares de Badarán, Anguiano y Quel. En total, se ofertan 89 plazas, aunque este número podría incrementarse conforme avance el curso. Por otro lado, se mantendrán las aulas de la escuela rural, que este año contará con 1.517 alumnos escolarizados(frente a los 1.492 de 2021). «Se ha bajado la exigencia de un mínimo de ocho o nueve alumnos para que haya servicio de madrugadores y de comedor, y compensamos a la empresa para que se pueda mantener».
Otro de los cambios de este año es que no se producirán contrataciones de docentes de refuerzo por el SARS-CoV-2, pero sí se incrementará la plantilla hasta los 4.172 profesores. Un aumento fundamentado, según el consejero, en que «hace falta cumplir con algunas medidas, como la reducción de ratios por aula y de las horas lectivas, pero también porque han surgido nuevas necesidades derivadas del Decreto de Convivencia».
Respecto al número total matriculaciones, el consejero destacó el notable crecimiento del alumnado de FP. De momento, son 8.300 los estudiantes que comenzarán el curso en esta enseñanza (frente a los 7.718 del año anterior), si bien esta cifra aún puede incrementarse, ya que se encuentran en proceso de matriculación.
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