La UE impedirá exportar vacunas si las farmacéuticas no garantizan su abastecimiento

Las comprometió su consejero delegado, Pascal Soriot, la noche del miércoles durante una reunión de más de tres horas. Y parece que toca esperar. «Es evidente que la empresa nos hace propuestas sobre cómo pretende cumplir con los términos del contrato. ¿Cuáles serán esas soluciones? El tiempo dirá», sostiene un portavoz de la Comisión_Europea.

Aparente distensión a unas horas de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) autorice la comercialización del suero de AstraZeneca en la UE –se espera que sea hoy–. Y a horas también de que se pulse el botón para activar el mecanismo que permitiría bloquear la exportación de vacunas fabricadas aquí , si Europa vuelve a encontrarse en la tesitura de que va a recibir menos de las que ha pagado. «En un mundo ideal esto no sería necesario, pero no todo funciona bien», explicaba un funcionario comunitario.

Así que (se insiste), mejor talante, pero renunciar a nada. Y nada es nada. El Ejecutivo continúa requiriendo a AstraZeneca que haga público el contenido íntegro del contrato. Y como continúa sin fiarse de ella, incluso se ha instado una inspección a su planta de Seneffe, en Bélgica, por parte de funcionarios de la agencia federal belga de medicamentos. Una «rutinaria», según la portavoz de dicha agencia, Anne Eeeckhout. Pero habrá otra relacionada con el « flujo de producción». Hay sospechas de que de allí han salido dosis para Reino Unido y otros países.

Nada polémico si no hubiese estallado el conflicto con la empresa. Porque la dirección de AstraZeneca la ha señalado directamente por otro motivo. En esa planta de Valonia (que se suma a otra en Países Bajos y dos más en suelo británico) se estaría dando una «baja productividad» fortuita del suero (en la fase de generación biológica) y esa es la razón que esgrime para no poder cumplir con el suministro que tiene comprometido con Europa.

Una explicación que no cuadra. Las autoridades comunitarias siguen, de hecho, insistiendo en que AstraZeneca debe «organizarse» para cumplir con su compromiso. O lo que es lo mismo, que si ha de derivar dosis fabricadas en sus plantas de Reino Unido (Oxford y Staffordshire) para alcanzar el 'stock' europeo, tendrá que hacerlo. Es lo firmado. Y, por supuesto, defiende que la controversia ha de resolverse entre la UE_y la empresa, sin injerencia del Gobierno de Boris Johnson.

La cuestión es que, pese al renovado talante, todos los frentes continúan abiertos. Tanto que ni tan siquiera es seguro que la autorización de la EMA a la vacuna de AstraZeneca vaya a ser completa. Podría quedarse en una suerte de 'sí' con matices. Alemania recomendó este jueves que ese suero no se inocule en personas mayores de 65 años «por falta de datos sobre su efectividad». Eso pese a que Reino Unido y otros países llevan semanas suministrándolo en personas de avanzada edad.

Y llegamos al otro efecto del conflicto con AstraZeneca. El 'proteccionista'. La Comisión Europea adoptará este viernes el llamado 'Mecanismo de Transparencia y Concesión de Licencias para las Exportaciones'. Las compañías estarán obligadas a informar a las autoridades nacionales de las exportaciones de vacunas (factoría de producción, número de dosis y destino final) y los Estados tendrán que decidir con Bruselas si se autorizan las salidas. «Y todo en menos de veinticuatro horas», subrayó una fuente comunitaria.

Bruselas insiste en que no será una herramienta de «bloqueo», que solo habrá parón en la aduana cuando se detecten «incoherencias». Actuarán en base a «criterios legalmente sólidos», insistía la misma fuentes. Criterios que ayer aún se estaban definiendo. El mecanismo se adopta «de emergencia» y por tiempo limitado (un trimestre).

Como referencia de una acción similar estaría el control impuesto a la venta de mascarillas y equipamiento sanitario, que se activó con el estallido de la pandemia en Europea. No habrá restricciones si las vacunas viajan a países vecinos (Balcanes occidentales, por ejemplo) y acciones humanitarias.