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«No creía que volvería. Pensé que moría en Gaza». 471 días de infierno secuestradas en la Franja a manos de los terroristas de Hamás. Esta es la terrible experiencia de las tres mujeres israelíes liberadas en el primer día del acuerdo de alto el ... fuego y que han decidido relatar en público.
Romi Gonen, de 24 años, Emily Damari, de 28, y Doron Steinbrecher, de 31, fueron entregadas a la Cruz Roja por milicianos armados y enmascarados en la ciudad de Gaza el domingo por la tarde, rodeados de una muchedumbre enfervorecida.
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Caroline Conejero
«No podíamos creerlo cuando nos dijeron que estábamos a punto de volver a casa. Estábamos muertas de miedo en el punto de transferencia, por la combinación de terroristas armados y la multitud de gazatíes», expresaba una de las excarceladas en una declaración recogida por la televisión Canal 112 y transcrita por la prensa israelí, tras su aprobación por el censor militar y sin precisar quién era la autora de cada comentario por su seguridad ante posibles represalias.
Las ya exrehenes contaron que sus captores únicamente les anunciaron que iban a a soltarlas pocas horas antes de su puesta en libertad. Así, fueron las las primeras rehenes que volvían a casa de una lista de 33 israelíes que abandonarán su cautiverio a manos de Hamás, en la primera de las fases del pacto entre la milicia y el Gobierno de Benjamín Netanyahu.
Gonen fue secuestrada en el festival Supernova en pleno desierto, cerca del kibutz Re'im el 7 de octubre de 2023, cuando miles de terroristas cruzaron la frontera de Israel, asesinando a 1.200 personas y tomando 253 rehenes, la mayoría civiles. A pocos kilómetros de distancia, Damari y Steinbrecher corrieron la misma suerte en sus hogares en el cercano asentamiento de Kfar Aza.
Las mujeres no estuvieron solas durante su cautiverio y fueron trasladadas a varios emplazamientos de Gaza, incluso en la denominada «zona humanitaria» en el sur de la Franja. Apenas vieron la luz del sol durante los últimos 15 meses, ya que pasaron la mayor parte del tiempo encerradas bajo tierra.
De vez en cuando se les permitía ver la televisión y escuchar la radio. Así se enteraron de las protestas que pedían al Ejecutivo israelí la liberación de los rehenes. «Vimos su lucha. Escuchamos a nuestras familias pelear por nosotras», contaban con emoción.
De esta forma supieron que sus familiares habían sobrevivido a la tragedia, aunque muchos de sus amigos perdieron la vida durante el asalto. Por dicho medio también se enteraron de los detalles de los atentados del 7 de octubre.
Durante su cautiverio en ocasiones recibían los medicamentos que necesitaban y una de las rehenes fue operada sin anestesia. Emily Damari y Romi Gonen compartieron mucho tiempo en decenas de escondites, tanto en superficie como bajo tierra. Ambas recibieron disparos el día que fueron secuestradas. Damari perdió dos dedos de la mano como consecuencia de las heridas. Gonen, médica de profesión, se encargó de curar las lesiones de su compañera de encierro.
Los padres y hermanos de las tres rehenes liberadas ofrecieron este lunes una rueda de prensa en el Centro Médico Sheba, en Ramat Gan, donde las mujeres fueron trasladadas en avión el domingo por la noche. Anunciaron que todas se encontraban en buen estado de salud y expresaron su gratitud al Gobierno de Netanyahu, a los negociadores, al presidente estadounidense Donald Trump y al pueblo israelí por su apoyo y asistencia para traer a sus seres queridos a casa.
«Doron está sonriendo, está aquí y estamos empezando a ocuparnos de su recuperación. Está bien. Es fuerte y valiente», declaró Yamit Ashkenazi, la hermana de Steinbrecher. Ella misma sobrevivió a la masacre junto a sus dos hijos pequeños de tres y seis años, escondidos en su habitación segura durante 21 horas sin comida ni agua.
Ashkenazi transmitió un mensaje de Doron, que pedía a los israelíes movilizarse con el objetivo de lograr la vuelta de todos los cautivos. «El hecho de que yo haya regresado a casa no significa que los demás no tengan que volver. Salgan a la calle. Tenemos que completar todas las etapas del acuerdo».
Tom Damari, hermano de la excarcelada Emily, agradeció al ejército hebreol su labor «para que pudiéramos abrazar a Emily de nuevo». Finalizó su intervención con un «Am Yisrael Chai (la nación de Israel vive)».
El último en hablar fue Meirav Leshem Gonen, que recordó a los amigos de su hija asesinados el 7 de octubre en la rave Supernova. «Somos la nación israelí y queremos la paz», proclamó. «Hay 94 hermanos y hermanas más en Gaza, somos valientes y los recuperaremos. Unámonos y ganemos».
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