Captura de la entrevista en televisión israelí a la rehén liberada Mia Shem EC

«Hay un terrorista que te vigila las 24 horas del día, que te viola con sus ojos»

Mia Shem, una de las rehenes de Hamás que fue liberada durante la tregua, relata el «infierno» que vivió durante 54 días en Gaza

Sábado, 30 de diciembre 2023

La franco-israelí Mia Shem, de 21 años, les puso rostro a los 250 rehenes de Hamás al ser la primera cautiva en salir en un vídeo diez días después del rapto, y este sábado les colocó voz desde la libertad. «Viví el infierno. Todos ... allí (en Gaza) son terroristas... no hay civiles inocentes, ni uno solo», dijo este sábado a la cadena Canal 12 en su primera entrevista después de haber sido liberada el 30 de noviembre. Durante la tregua entre Tel Aviv y los islamistas que duró una semana, la joven fue una de las secuestradas que logró reencontrarse con sus seres queridos después de 54 días encerrada en la casa de uno de los miembros de Hamás.

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Shem estaba el pasado 7 de octubre en el festival de música Supernova con su amiga Elia cuando los extremistas desataron una masacre. Unos 360 asistentes a la fiesta fallecieron y otros 36 fueron tomados como rehenes, entre los que estaba ella. Alertadas por los disparos y las explosiones, la víctima y su acompañante fueron de las primeras personas que lograron huir hacia sus coches. «Apreté el acelerador para intentar pasarlos, pero dispararon a los neumáticos y el vehículo se detuvo». Un miembro de las milicias palestinas le disparó en el brazo y quedó tumbada en el suelo.

El estremecedor relato de Shem revela la «crueldad» de los terroristas, que disparaban a los heridos que aún parecían vivos. «Intenté hacerme la muerte», pero «de repente vi a un hombre en la carretera, caminando entre los autos en llamas. Lo llamé para pedir ayuda y me dijo 'ven' (en árabe) (...) tomé una decisión al instante, podía quedarme y morir quemada o irme con él», cuenta Mia, que al principio creía que el hombre era israelí. «Me dije a mí misma que no quería morir, quería vivir, y lo seguí». Así comenzó la tragedia que ella compara con la persecución nazi a los judíos. «Lo que viví fue un Holocausto».

Se recupera hoy de su herida en el brazo después de una extensa cirugía a la que se sometió al instante de ser liberada. Durante su cautiverio en Gaza su lesión estuvo envuelta en plástico antes de una operación sin anestesia. Justo en ese momento, la joven «estaba lista» para aparecer ante el público. Con una imagen que hacía creer que era atendida por médicos y que estaba bajo cuidados, Shem grabó un filme propagandístico de Hamás que daba cuenta de que los rehenes estaban con vida... algunos. «Están cuidando de mí, dándome medicamentos, todo está bien. Sólo pido que me lleven a casa lo antes posible», dijo Shem en el audiovisual, pero este sábado aseguró que jamás recibió un analgésico y que era ella misma quien se cambiaba las vendas.

Mia Shem se encuentra con su familia tras ser liberada REUTERS

La joven permaneció casi dos meses encerrada en una habitación de una casa familiar en la Franja. ¿Por qué estoy en una vivienda? ¿Por qué hay niños aquí? ¿Por qué hay una mujer aquí? Se preguntaba entonces Mia, cuyos custodios era un miembro de Hamás, su esposa y sus niños pequeños. «Hay un terrorista que te vigila las 24 horas del día, que te viola con sus ojos… Tenía miedo de que me violaran». Cree que no fue agredida porque los hijos del hombre estaban en la vivienda. Su mayor temor le arrancó el sueño y no durmió durante todo su secuestro. Desde entonces Mia sufre de epilepsia por el trauma, señaló su madre

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Animal de zoológico

No podía llorar ni moverse. Nunca se ducho y comía «a veces». . Comparó su situación con estar en un zoológico, pero siendo el animal. Uno de los niños abría la puerta en ocasiones sólo para verla. Otro entró al lugar, «abrió una bolsa de dulces, se acercó a mí, la cerró y luego se fue». Shem llevaba entonces varios días sin probar bocado. «Son familias controladas por Hamás. Son niños que desde que nacen les enseñan a que odien a los judíos», indicó con rabia.

Pocos días antes de ser liberada –a finales de noviembre– la enviaron a los túneles de Hamás: «Sin aire, sin comida, con una herida abierta». Allí, por primera vez vio a los otros rehenes. «Lo siento», dijo Mia a los cautivos que se quedaban en el subterráneo antes de salir de la oscuridad. «Di que te tratamos bien», le pidieron los islamistas a la joven que este sábado repetía con dolor «en Gaza todos son terroristas».

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