Militares observan desde un puesto de control de la ONU en los Altos del Golán sirios. EP

Siria da un portazo al presidente turco en su propuesta de celebrar un encuentro

Bashar al-Assad exige a Erdogan la retirada de las tropas desplegadas en el país pero éste alega que son necesarias para «combatir el terrorismo»

Mikel Ayestaran

Corresponsal. Estambul

Sábado, 12 de agosto 2023, 21:32

Bashar al-Assad rompió meses de silencio en la prensa internacional y concedió una entrevista al canal en árabe de Sky News para cerrar la puerta a la posibilidad de un encuentro con Recep Tayyip Erdogan. El presidente turco se mostró abierto hace un mes ... a reunirse con Al-Assad, pero el líder sirio fue claro y se negó a dar este paso mientras las tropas de Ankara sigan presentes en su país. Turquía ha sido desde 2011 el gran aliado de los grupos armados de la oposición al régimen y cuenta con tropas regulares desplegadas en la zona norte para «combatir al terrorismo».

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«¿Para qué deberíamos juntarnos Erdogan y yo? ¿Para tomar refrescos? Nuestro objetivo es la retirada turca de territorio sirio, mientras que el suyo es legitimizar la presencia de la ocupación turca», aseguró Al-Assad ante las cámaras. Después de una década de aislamiento, el presidente sirio vuelve poco a poco a la arena internacional y en los últimos meses asiste a un cambio por parte de los países vecinos, que le han reabierto la puerta de la Liga Árabe. Damasco cuenta además con el apoyo militar y diplomático firme de Rusia e Irán, dos Estados que han jugado un papel clave en la supervivencia del régimen.

Turquía defiende que su presencia en Siria es importante para su «lucha contra el terrorismo» y ha lanzado tres grandes operaciones, todas en contra de las Unidades de Protección Popular (YPG), brazo sirio del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado terrorista por Ankara. El Gobierno de Erdogan es también el principal respaldo de los grupos opositores islamistas que gobiernan Idlib, la única provincia fuera del control de Al-Assad. En esta guerra se da la paradoja de que las YPG son aliadas de EE UU, que también cuenta con fuerzas regulares sobre el terreno, en su caso con el argumento de frenar al grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Erdogan se niega de manera frontal a una retirada porque «nuestro país vive bajo la amenaza permanente de los terroristas a lo largo de la frontera». Este argumento no sirve a su homólogo sirio, quien piensa que «la verdad es que el terrorismo en Siria es una industria creada y financiada por Turquía».

Calendario de retirada

Gracias a la mediación rusa e iraní ambos países comenzaron un proceso de acercamiento y se han producido reuniones a nivel de ministros de Defensa y Exteriores. Lo que pide Damasco para avanzar en este camino es que Ankara fije una hoja de ruta con un calendario de retirada, esta es su condición para la normalización de relaciones. Hasta 2011 los dos países mantenían lazos correctos, pero el estallido de la guerra acabó con todo. Turquía se situó del lado de los detractores del régimen y dio cobertura a los distintos grupos que aspiraban a derrocar a Al-Assad. Estambul es además la ciudad que alberga al principal grupo de la oposición política en el exterior.

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El origen de las tensiones

El Gobierno de Ankara ha sido desde el inicio de la guerra en 2011 el gran aliado de la oposición

Pasados los años más duros de la guerra, la principal preocupación de los sirios ahora es la grave situación económica. La moneda local ha colapsado y registra mínimos históricos, las sanciones contra el régimen se han endurecido y quienes lo pagan son los ciudadanos de a pie, el vecino Líbano también ha colapsado económicamente y Damasco ha perdido el control de zonas productoras de petróleo en el noreste del país. Otro factor que añade inestabilidad son los ataques semanales de Israel, pendiente de la llegada de armas y efectivos desde Teherán que amenazan su frontera norte.

Suben a 33 los muertos en un ataque del Estado Islámico contra militares

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos elevó ayer a 33 los muertos tras un ataque del grupo yihadista Estado Islámico (EI) contra un autobús del Ejército cerca de la ciudad de Deir Ezzor, en el noreste del país. La organización, con sede en Londres, precisó que se espera que el balance de víctimas aumente ya que cerca de una decena de heridos están en estado grave.

El atentado, considerado el más mortífero en el territorio en lo que va de año, ha tenido lugar apenas días después de que otros diez militares perdieran la vida y seis resultaran heridos en otra acción armada del EI en la provincia de Raqqa en la que los fundamentalistas atacaron posiciones e incendiaron vehículos de las Fuerzas Armadas, así como casas prefabricadas.

Se da la circunstancia además de que la semana pasada el EIconfirmó el fallecimiento de su líder, Abu al Husein al Huseini al Qurashi, en enfrentamientos contra facciones turcas en Idlib, en el norte de Siria, y nombró a Abu Hafs al Hashimi al-Quraishi como su sucesor.

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