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Después de más de una década la Liga Árabe reabre sus puertas a Bashar al-Asad y Siria recupera el asiento del que le expulsaron en 2011. Lo que era un secreto a voces se confirmó de manera oficial en la reunión de urgencia celebrada ... por los ministros de Exteriores de este organismo en su sede de El Cairo. Había prisa por dar este paso con el objetivo de que al-Asad esté presente en la cumbre que del día 19 en Arabia Saudí, uno de los principales impulsores de este cambio de opinión respecto a Damasco.
El organismo panárabe emitió un comunicado en el que reivindicó «un liderazgo árabe» en la adopción de medidas para resolver «los problemas de seguridad, humanitarios y políticos». La Liga insistió en la importancia de hacer frente entre todos a las consecuencias que deja la guerra en los países vecinos como «la crisis de refugiados, la amenaza del terrorismo y el contrabando de narcóticos». Para ello, apeló a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU 2254 de 2015, que tiene como objetivo implementar una hoja de ruta que sirva para lograr la paz. El problema es que la situación en Siria ha cambiado mucho desde entonces y al-Asad ha ganado la guerra.
Siria fue apartada de la Liga en plena Primavera Árabe, le impusieron sanciones y amenazaron con reconocer como representante legítimo del país al Consejo Nacional Sirio, formado por miembros de la oposición. El organismo panárabe acusó al régimen de dar una respuesta brutal a las protestas que pedían reformas, pero con el paso de los años y la victoria de al-Asad, gracias al apoyo de Irán y Rusia, parece dispuesto a dejar atrás esa etapa sangrienta.
Arabia Saudí ha dado un cambio radical a su política exterior y ahora apuesta por la diplomacia para la resolución de los conflictos. A los saudíes tampoco les ha importado que Estados Unidos se niegue de manera frontal a normalizar la situación con Damasco. El restablecimiento de relaciones con Irán es el paso más significativo de Riad y en esta línea está también el giro respecto a Siria, donde los saudíes apoyaron de manera firme a la oposición armada a al-Asad. El mes pasado el ministro de Exteriores, el príncipe Faisal bin Farhan al-Saud, viajó a Damasco y los países han acordado la reapertura de embajadas y restablecer las conexiones aéreas.
Los saudíes son un país clave en la Liga y marcan el camino a seguir de la mayoría de estados. Turquía también ha cambiado su postura respecto a al-Asad y busca retomar relaciones. Desde Damasco esperan a las elecciones del próximo domingo para conocer si Recep Tayyip Erdogan seguirá en el poder.
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