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La cuenta atrás para la llegada del ramadán (el 10 u 11 de marzo, según la luna) refuerza la esperanza de un posible acuerdo de alto el fuego en Gaza. Esa esperanza de una nueva tregua, sin embargo, choca con la realidad de unas negociaciones ... atascadas, que arrancaron el lunes en El Cairo y a las que Israel se negó a enviar representantes porque Hamás no proporcionó una lista con los cautivos que siguen con vida. Tras 48 horas de contactos con la mediación de Egipto, Estados Unidos y Catar, los islamistas accedieron a mantener a sus representantes en la capital egipcia y el diálogo sigue abierto. Egipto informó que ellos son los encargados de mantener el contacto con los israelíes para que el proceso avance sin su presencia.
El documento que se discute contempla el cese de hostilidades durante cuarenta días, en los que se producirán intercambios de rehenes por presos palestinos e Israel accederá a permitir la entrada de más ayuda a Gaza. Unos y otros dicen que la pelota está en el tejado ajeno y esperan a que sea la otra parte quien de el primer paso y acceda a aflojar sus exigencias, algo que no se ha producido hasta el momento.
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Hamás afirma que ellos han presentado su propuesta para un alto el fuego y que «Netanyahu no desea llegar a ningún acuerdo, así que la pelota está en el tejado de Estados Unidos», en opinión del dirigente islamista Bassem Naim, entrevistado por la agencia Reuters. El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken respondió que es Hamás quien debe aceptar el «alto el fuego inmediato».
El mes sagrado del ayuno para los musulmanes suele ser un momento tenso en la mezquita de Al-Aqsa de Jerusalén debido a las restricciones que impone Israel a los fieles. A esta tensión se le suma este año la guerra que estalló el 7 de octubre con el ataque de Hamás contra los kibutz próximos a la verja de separación, en la que murieron más de mil israelíes, la mayoría civiles, y la posterior operación del Estado judío que supera los 30.000 muertos en la Franja, según los datos del ministerio de Salud, la mayoría mujeres y niños.
Tras una tregua de una semana en noviembre, que sirvió para liberar a un centenar de cautivos, el resto de intentos para nuevos acuerdos han fracasado. Israel apuesta por el uso máximo de la fuerza como estrategia para liberar a los más de cien cautivos que estima quedan en la Franja y acabar con Hamás, sus dos grandes objetivos. Los islamistas insisten en que no quieren una pausa temporal y sólo liberarán a los rehenes si Israel retira las tropas y accede a poner punto y final a las operaciones militares.
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