Secciones
Servicios
Destacamos
Mientras Benjamín Netanyahu anunciaba el sábado por la noche a la nación el inicio de la segunda fase de la guerra en Gaza y las tropas reforzaban la operación terrestre, en la calle Kaplan de Tel Aviv un pequeño grupo se juntaba frente al Ministerio ... de Defensa para decir «no a la guerra». En esta misma calle tienen su base de operaciones las familias de los más de 200 cautivos en manos de Hamás y algunos de los familiares se sumaron a esta movilización que pretende tener frecuencia semanal y que pide al mismo tiempo un alto el fuego y la dimisión del primer ministro.
«Fuimos en silencio, sin megáfonos y sin hacer un anuncio previo. Sabemos que es un momento delicado en Israel para pedir un alto el fuego, pero no podíamos seguir callados ante lo que hace el Ejército en Gaza. Teníamos miedo de dar nuestra opinión, a ser insultados o agredidos por Policía, colonos o la extrema derecha, pero no pasó nada», explica Noa Levy, abogada y responsable de Hadash (Partido Comunista de Israel), quien recuerda que «los familiares de los cautivos ya fueron increpados por los radicales de la extrema derecha por pedir que se diera prioridad a la liberación de sus seres queridos».
Noticias relacionadas
Con los carteles del «no a la guerra» se juntaron grupos antiocupación, pacifistas, movimientos de izquierda, personas críticas con Netanyahu y algunos familiares de los cautivos. Antes de salir a la calle discutieron intensamente cómo comportarse y decidieron manifestarse en voz baja. Acordaron que, si cualquier ciudadano les pedía que se fueran, así lo harían, pero nadie lo hizo y el plan es que la protesta siga cada semana. «Queremos que crezca hasta que tengamos un acuerdo, entre en vigor el alto el fuego y todos los cautivos en manos de Hamás vuelvan a casa», adelanta Levy, que tiene una amplia experiencia en movilizaciones porque ha formado parte de las protestas masivas de los últimos nueve meses contra la reforma de la Justicia del Gobierno de Netanyahu.
El centro de operaciones de los grupos contrarios a la guerra está en pleno corazón de Tel Aviv y en las paredes se mezclan todo tipo de banderas, incluida la de Palestina, que en las últimas semanas de las protestas contra la reforma judicial cada vez era más visible en Tel Aviv. «Nos costó mucho y al principio nos increparon, pero poco a poco fue aceptada. Eso se ha terminado tras el brutal ataque de Hamás y llevará tiempo que podamos sacar banderas palestinas de nuevo», explica Levy.
El primer ministro es cada vez más cuestionado en Israel y muchos le consideran el gran responsable del enorme fallo de seguridad que permitió a Hamás superar las barreras y matar a 1.400 personas. «Tenemos miedo que intente alargar la guerra en su propio interés porque sabe que en cuanto termina, será el fin de su carrera. Creo que, si lo intenta, los propios mecanismos de seguridad del país lo apartarán, porque en plena guerra no es momento de hacer unas elecciones para acabar con su mandato», opina esta abogada entre un mar de cartones con el eslogan de 'Alto el fuego ahora' para próximas movilizaciones. No quiere terminar sin recordar que «los judíos de la oposición podemos manifestarnos, pero los árabes de Israel no tienen este derecho y tienen que permanecer callados».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.