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Hamás clama venganza tras la muerte de tres milicianos palestinos en un hospital de Yenín a manos de un comando del ejército israelí. Las calles del campo de refugiados de esta ciudad del norte de Cisjordania vivieron un funeral multitudinario para despedir a Mohamed Jalamneh ... y a los hermanos Basil y Mohammad al-Ghazawi, de Yihad Islámica. Los militares habían rodeado en alguna ocasión los centros sanitarios pero por primera vez sus fuerzas especiales disfrazadas de personal médico y civiles palestinos realizaron ayer una operación para «neutralizar terroristas», explicó el ejército.
La operación se produjo pasadas las cinco de la mañana y las cámaras de seguridad recogieron los diez minutos que transcurrieron desde la entrada hasta la salida de los soldados. El gran objetivo era Jalamneh, que recibía cuidados en el centro tras las graves heridas sufridas en el ataque de un dron hace tres meses en el campo de refugiados. Uno de los militares entró en el cuarto en el que se encontraban los tres milicianos y los mató con una pistola con silenciador en los colchones en los que dormían.
The moment an undercover force from the Israeli occupation army, disguised as medical staff, sneaked into Ibn Sina Hospital in Jenin this morning and assassinated three Palestinian young men: Mohammad Jalamneh, and the brothers Basil and Mohammad al-Ghazawi. pic.twitter.com/IY8iaRZcVW
— Quds News Network (@QudsNen) January 30, 2024
Los responsables médicos palestinos denunciaron el asalto a un hospital, los disfraces de personal sanitario y el asesinato de pacientes. Lo calificaron de «crimen de guerra». El director del centro, el doctor Naji Nazzal, declaró a Reuters que «los ejecutaron a sangre fría disparándoles balas directamente en la cabeza en la sala donde estaban siendo tratados».
En Israel aseguraron que los milicianos se escondían en esta residencia y desde allí preparaban un ataque en una colonia de Cisjordania similar al del 7 de octubre. El jefe del ejército, Herzi Halevi, declaró que no querían «convertir los centros médicos en campos de batalla… Pero estamos mucho más decididos a no permitir que los hospitales en Gaza, Judea y Samaria (Cisjordania) o el Líbano sean refugios para el terror».
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La violencia se ha disparado en Cisjordania desde el estallido de la guerra en Gaza con los campos de refugiados de Yenín y Tulkarem como lugares más calientes. Las cifras de fallecidos no se recordaban desde la Segunda Intifada.
Israel hace frente a los múltiples frentes abiertos al tiempo que la diplomacia trabaja para intentar llegar a una nueva tregua en Gaza que permita poner en marcha un intercambio encaminado a la liberación de los 136 rehenes en manos de Hamás. Mientras que islamistas e israelíes fueron cautos con sus declaraciones y mantuvieron a nivel público que no están dispuestos a realizar concesiones, desde Estados Unidos afirmaron que «la propuesta es seria y puede llevar a un cese sostenible de los combates».
El borrador entregado a Hamás por Egipto, Catar, Estados Unidos e Israel incluye una tregua de seis semanas en la que los intercambios se producirán por fases. Fuentes islamistas consultadas por Reuters detallaron que en una primera se liberará a los civiles y heridos, después a los soldados y, por último, se entregarán los cuerpos de los fallecidos. A cambio, Israel deberá excarcelar a un número aún sin determinar de prisioneros, aunque Benjamín Netanyahu adelantó que no sacarán de las prisiones «a miles» de palestinos.
El primer ministro también quiso matizar que los reclusos de seguridad, aquellos que han cometido delitos, «no forman parte de las negociaciones». Pese a las palabras de Netanyahu, parece complicado que Hamás acceda a liberar a soldados sin la contrapartida de ver a los miembros del grupo fuera de las cárceles israelíes.
Los planes de Israel para el día siguiente al final de la guerra siguen siendo una incógnita. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que la prioridad será mantener la libertad para realizar operaciones militares, en un modelo parecido al de Cisjordania. «Hamás no controlará Gaza. Israel lo controlará militarmente, pero no en un sentido civil (…) Cuando hablamos de libertad de operación militar nos referimos a operaciones como la realizada en Yenín», en alusión al asalto al hospital, detalló Gallant.
El responsable de Defensa adelantó que el objetivo de destruir la infraestructura de Hamás avanza, pese a los desafíos del día a día en un campo de batalla centrado en las últimas semanas en Jan Younis, bastión islamista.
Israel mantiene el doble discurso de cara al exterior y al interior del país. Mientras que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, prometió a Estados Unidos que no piensan reocupar Gaza con nuevas colonias, en el seno del Gobierno de Benjamín Netanyahu hay profundas diferencias sobre este punto. El lunes once ministros participaron en una conferencia en Jerusalén destinada a alentar el restablecimiento de las colonias en la Franja y el desplazamiento forzoso de la población autóctona palestina. Los ultranacionalistas sionistas Itamar Ben Gvir, responsable de Seguridad Nacional, y Bezalel Smotrich, de Finanzas, lideraron al grupo que sueña con ver de nuevo presencia de colonos israelíes en la Franja.
Benjamín Netanyahu quiso restar importancia a la conferencia y, pese a la presencia de sus socios de gabinete, algunos de su propio partido, aseguró que esas ideas no representan los planes del ejecutivo. Estados Unidos, Reino Unido y Francia mostraron su rechazo a la «retórica incendiaria», en palabras de la Casa Blanca, empleada durante este evento en el que participaron miles de personas. Se vivió ambiente de auténtica fiesta con bailes y música a todo volumen, lo que recibió las críticas de la oposición porque el país se encuentra en estado de guerra.
Netanyahu depende de los colonos para mantener su posición de primer ministro y el poder de éstos es cada vez mayor en el país. El discurso sobre la reocupación de Gaza es constante desde el primer día de la operación militar y ministros como Ben Gvir también tienen en su punto de mira un posible nuevo acuerdo con Hamás para que una tregua permita un intercambio de cautivos por presos palestinos. El responsable de Seguridad Nacional amenazó con retirar su respaldo a Netanyahu si se llega a un pacto de este tipo con Hamás. «Un acuerdo imprudente es igual al desmantelamiento del Gobierno», escribió el ministro en su cuenta de X.
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