A las pocas horas de terminar el discurso Hasán Nasrala, en el que prometió «una dura respuesta» tras las explosiones de los buscas y los walkie-talkies, Israel lanzó el mayor bombardeo sobre el sur del Líbano desde que comenzó la guerra. El ejército informó ... que los aviones de combate alcanzaron cientos de lanzaderas de cohetes de Hezbolá, que estaban listas para un ataque a gran escala. La noche se convirtió en día debido a la dureza de las explosiones e Israel pidió a las personas que quedan en las zonas más próximas a la frontera que permanecieran cerca de los refugios. Terminada la operación, se levantaron las restricciones de movimiento.
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Óscar Beltrán de Otálora
Como anunció el miércoles el ministro de Defensa, Yoav Gallant, el centro de gravedad de la guerra se traslada de Gaza a la frontera norte. El nivel de fuerza de Israel y Hezbolá es incomparable, como lo es la capacidad de sus servicios de Inteligencia, tal y como ha quedado en evidencia esta semana con la doble operación contra los aparatos de comunicación de la milicia chií. Esta operación deja hasta el momento 37 muertos, entre ellos dos niños, y más de 3.000 heridos, un país es estado de psicosis ante el temor a que sigan explotando teléfonos y demás aparatos y una milicia como Hezbolá seriamente desmoralizada.
La frontera entre Líbano e Israel es zona de guerra desde que el 7 de octubre la milicia pro iraní comenzara a lanzar ataques en solidaridad con Hamás para obligar a Israel a no centrar todos sus esfuerzos en Gaza. El Estado judío responde con bombardeos y de la zona fronteriza han tenido que escapar 150.000 civiles. De ellos, 60.000 son israelíes y Benjamín Netanyahu declaró el lunes que uno de los objetivos de la nueva fase de la guerra es su vuelta a casa. Durante su intervención, un Nasrala en horas bajas retó a Netanyahu y a Gallant y les dijo que «no podréis devolver a estas personas al norte. La única manera de lograrlo es deteniendo la agresión contra Gaza y Cisjordania. Esta es la única manera».
Ese alto el fuego parece lejano y funcionarios de seguridad de Estados Unidos admitieron que no esperan la firma de un acuerdo entre Hamás e Israel antes del final del mandato de Joe Biden, según reveló 'The Wall Street Journal'. «No hay ningún acuerdo inminente y no estoy seguro de que algún día se firme», fueron las palabras de las fuentes consultadas por el diario estadounidenses, que aseguraron que la operación de los buscas y los walkie-talkies había complicado aún más las labores de mediación.
Ante una posible invasión terrestre israelí para fijar una «zona de seguridad» a lo largo de la frontera durante la «nueva fase» de la guerra, el secretario general de Hezbolá apuntó a que se trata de «un plan tonto» que traerá «terribles consecuencias» para el enemigo. El tono general empleado durante la intervención de casi una hora, más breve de lo habitual, indica que una vez más la milicia chií optará por una respuesta contenida, como ya lo hizo tras el asesinato de su comandante militar, Fuad Shukr. Esta estrategia ha acabado con el poder de disuasión de Hezbolá e Israel golpea cada vez más fuerte. El próximo paso podría ser la entrada de tropas por tierra
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