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Hace una década Samira Sabzian, entonces de 19 años, se rebelaba contra las leyes iraníes que permiten el matrimonio infantil atacando a su marido, con el que fue obligada a casarse cuando aún era menor y del que habría sufrido abusos. Condenada a la pena ... capital por presuntamente haber asesinado a su esposo, fue ahorcada este miércoles. Sabzian permaneció sin poder ver a sus dos hijos –entonces de siete años y seis meses – durante su tiempo en el pasillo de la muerte. Sólo estuvo con ellos antes de su inminente ejecución.
La ONG Iran Human Rights (IHR) había instado a Teherán a perdonar a la joven –una petición secundada por Londres–. Sólo consiguieron posponer el ajusticiamiento una semana. Nada pudo impedir su muerte. La sentencia se cumplió este miércoles en la cárcel de Ghezel Hesar, cerca de la capital. «Samira fue víctima durante años de un apartheid de género y de la violencia doméstica, y hoy es víctima de la maquinaria de muerte corrupta e incompetente del régimen», afirmó Mahmood Moghaddam, director de IHR.
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J. Gómez Peña
Sabzian fue obligada a casarse cuando tenía 15 años con un hombre violento, según sus declaraciones, y lo asesinó después de cuatro años de matrimonio, según la Justicia iraní. La víctima habría sufrido abusos a manos de su esposo, sin embargo las denuncias de este tipo ante la Policía no surten efecto bajo el régimen. El país persa permite matrimonios forzados con niñas partir de los 13 años y niños desde los 15. Incluso, los padres pueden obtener incluso un permiso judicial para casar a sus hijas a una edad inferior.
«Una semana de campaña no ha bastado para salvarla. Debemos luchar todos los días para salvar a miles de personas más que pueden ser víctimas de esta maquinaria de matar para preservar la supervivencia del régimen», ha añadido.
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