Los hospitales de Gaza, en estado crítico

Los 130 bebés prematuros que se encuentran en incubadoras podrían ser las primeras víctimas del apagón previsto. La catástrofe se ampliaría, además, a las salas donde tienen lugar más de 180 partos diarios. Actualmente hay más de 50.000 embarazadas en Gaza y una décima parte dará a luz a lo largo del próximo mes.

La falta de electricidad afectaría, asimismo, a los 1.000 enfermos que precisan de diálisis en sus tratamientos y que en un 80% de los casos acuden a hospitales del norte, objeto de la evacuación. Además, el agotamiento del combustible también paralizaría el servicio de ambulancias.

La situación es muy compleja en el sector septentrional. Quienes permanecen en estos distritos se arriesgan a sufrir los mayores ataques y, además, sufren la falta de atención pública. Este martes también se dio cuenta de la interrupción de todos los servicios, excepto la Unidad de Cuidados Intensivos, del Indonesian Hospital, el mayor de la zona. Por su parte, el Beit Hanoun, también activo en esa parte del territorio, se ha visto obligado a interrumpir sus operaciones. «No recibir fuel supondrá una sentencia de muerte para nuestros pacientes», advirtió Atef al Kahlout, director de la institución.

La parálisis hospitalaria coincide con la proliferación de enfermedades infecciosas. La morbilidad se ha disparado tras el desplazamiento de 1,4 millones de personas desde el norte al sur. Las dolencias estomacales y pulmonares y las erupciones se han incrementado rápidamente debido a las condiciones de hacinamiento y falta de higiene en las decenas de colegios que acogen a esta multitud, también carente de suficiente agua potable.

La falta de suministros dificulta sobremanera la actuación de los médicos. Los bombardeos, al constituir la infraestructura objetivo habitual de la artillería israelí, la escasez de medicinas, materiales médicos desechables y otros equipamientos, incluidos sábanas para cubrir los cadáveres, han conducido a una situación de extrema precariedad. La Organización Mundial de la Salud ha solicitado treguas para distribuir las ayudas proporcionadas por los escasos convoyes que han conseguido atravesar el paso de Rafah.

La huida de la población radicada en el norte de Gaza y las poblaciones cercanas a la frontera no supone ninguna garantía, ya que los ataques aéreos afectan a toda la Franja. Los colegios y refugios dispuestos en las principales localidades albergan a unas 400.000 personas, aunque 19 escuelas ya han sido destruidas y 160 han sufrido considerables daños.

En su afán por acceder a cierta seguridad, cientos de familias han buscado acomodo en las cercanías de las oficinas centrales de la Media Luna Roja. Pero no sólo los hospitales han sufrido las consecuencias de la contraofensiva judía. Al menos 57 doctores, paramédicos y matronas, han perecido en los bombardeos.

El último balance de la organización sanitaria habla de 5.800 fallecidos, 94 de ellos en Cisjordania, donde también se producen escaramuzas entre las fuerzas israelíes y la comunidad palestina. También se calcula que hay cerca de 1.500 desaparecidos, 830 de los cuales son niños, previsiblemente enterrados bajo las ruinas de sus viviendas.