Un rebelde dispara contra un retrato de Al Assad en una calle de Hama. AFP

Los rebeldes se aprestan a cercar Damasco para derrocar a Al Assad

La insurgencia ha tomado dos nuevas ciudades estratégicas con suma facilidad ante un ejército sirio que mantiene su proceso de repliegue

Mikel Ayestaran

Corresponsal. Estambul

Viernes, 6 de diciembre 2024, 15:01

La operación 'Inundación de Al Aqsa' que lanzó Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023 se ha convertido con el paso de los meses en un tsunami regional sin un final claro a la vista. Siria es el nuevo escenario de los efectos ... secundarios de aquella masacre y, tras la toma de las ciudades de Alepo y Hama, los grupos armados de la oposición están a las puertas de Homs, la que fuera apodada como 'capital de la revolución' en 2011. El objetivo final del levantamiento es acabar con el régimen de Bashar Al Assad y por eso todas las miradas de los mandos militares insurgentes apuntan al asedio de Damasco.

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Los frentes caen con suma facilidad y la capital siria pronto podría quedar cercada porque, al avance de las fuerzas que llegan desde el norte bajo el mando de los islamistas radicales de Hayat Tahrir Al Sham (HTS), se le ha sumado el alzamiento de las fuerzas revolucionarias en el sur. La gente se echó a las calles de ciudades como Daraa y Sweida, arremetieron contra las imágenes del presidente y otros símbolos del régimen y los grupos armados llegaron hasta el paso fronterizo con Jordania. En la mítica mezquita Omari de Daraa izaron la bandera verde, blanca y negra de la revolución.

Hasta el momento ni Rusia, ni Irán han enviado refuerzos y el tiempo corre en contra de su aliado sirio. Las autoridades de Moscú pidieron a sus ciudadanos que abandonaran el país lo antes posible debido a la «difícil situación política y militar», un mensaje nada tranquilizador para Al Assad. Una fuente del Kremlin citada por Bloomberg afirmó que Rusia no tiene un plan para salvar al presidente de Siria y no ve que surja ninguno mientras el ejército gubernamental siga abandonando sus posiciones.

El último intento para evitar el descalabro total fue la retirada de todas las unidades sirias de la IV División y milicias chiíes del frente de Deir Ezzor, al este del país y en plena frontera con Irak. El vacío lo llenaron los kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que cruzaron el Éufrates y se hicieron con el control de esta provincia rica en petróleo en la que sigue presente el grupo yihadista Estado Islámico (EI). Los analistas militares interpretaron este movimiento como un intento del régimen de reforzar Homs y Damasco, aunque nadie confía demasiado en la supervivencia de Al Assad. Una de las grandes incógnitas es saber si el presidente escapará o intentará resistir hasta el final.

La cifra

280.000 personas

han abandonado sus casas debido a los combates en el plazo de una semana y se cree que el número de desplazados aumentará al menos a 1,5 millones.

El enviado de la ONU para Siria, Geir Pedersen, dijo que los últimos acontecimientos habían provocado «diferentes reacciones entre el pueblo sirio, una grave amenaza para algunos, una señal de esperanza para otros», y destacó la necesidad de proteger a los civiles. Samer Abdel Jaber, jefe de coordinación de emergencias del Programa Mundial de Alimentos, elevó la cifra de desplazados a causa de los combates a unas 280.000 personas en aproximadamente una semana, y advirtió que las cifras podrían aumentar hasta los 1,5 millones.

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El líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), Abu Muhammad Al Golani, ofreció una entrevista exclusiva a la cadena CNN en la que quiso tranquilizar a los miembros de las minorías religiosas y aseguró que «nadie tiene derecho a borrar a otro grupo. Estas sectas han coexistido en esta región durante cientos de años y nadie tiene derecho a eliminarlas». Al Golani, por cuya cabeza Estados Unidos ofrece 10 millones de dólares, ha moderado su discurso para alejarse de su pasado vinculado a Al Qaeda y aseguró que «una persona de veintitantos tiene una personalidad diferente a la de alguien de treinta o cuarenta años». El líder de HTS insistió en que «la meta de la revolución sigue siendo el derrocamiento de este régimen. Es nuestro derecho utilizar todos los medios disponibles para lograr ese objetivo».

Apoyo de Erdogan

El avance militar de los opositores en Siria obtuvo el apoyo público de Recep Tayyip Erdogan. Al concluir su oración del viernes, el presidente turco declaró a los medios su esperanza de que la ofensiva hacia Homs y Damasco continúe sin accidentes ni problemas. El líder turco recordó que «llamamos a Assad para decidir juntos el futuro de Siria, pero no recibimos una respuesta positiva». El papel de Ankara es clave en la operación de unos grupos opositores que durante la última década han encontrado refugio en Idlib, provincia siria bajo la influencia turca. Este país es además el impulsor de la milicia del Ejército Nacional Sirio, que avanza mano a mano con HTS.

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Israel reforzó este viernes la presencia militar en su frontera con Siria y abrió la puerta a ataques aéreos para evitar que los opositores se hagan con algún tipo de arma que pueda suponer una amenaza para su seguridad. La caída del régimen es una posibilidad cada vez más real y Oriente Medio se enfrenta a una situación nueva en Siria.

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