Hamás evalúa una tregua de seis semanas en Gaza que ya cuenta con el visto bueno de Israel

El borrador del pacto contempla también la reparación de centros médicos y panaderías, y la entrada en la Franja de 500 camiones al día con combustible y ayuda humanitaria, además de 200.000 tiendas de campaña y 60.000 caravanas para los refugiados. Las operaciones de reconocimiento aéreo de la aviación israelí se reducirán a ocho horas al día. Habrá un retorno gradual de los gazatíes al norte, con la excepción de los hombres en edad militar. Y las tropas de Israel se reubicarán lejos de los núcleos con más densidad de población. Además, Tel Aviv permitirá el uso de maquinaria pesada para el desescombro de las ciudades.

Tras las declaraciones de Biden, Hamás negó que el acuerdo esté cerrado y acusó al presidente de EE UU de «precipitarse» y de «tratar de salvar la cara de Israel». A Biden también le llovieron las críticas por el lugar elegido para lanzar este anuncio. Mientras daba cuenta del cucurucho, dijo que la tregua «estaba cerca» y que «en principio» se extendería durante el mes sagrado musulmán, que comenzará el 10 o el 11 de marzo, en función del país. «El Ramadán está cerca y ha habido un acuerdo con los israelíes, que no realizarán actividades (militares) durante ese período para darnos tiempo de sacar a todos los rehenes», detalló el presidente durante la entrevista en el programa nocturno del animador Seth Meyers en la NBC. Un responsable israelí no identificado confirmó al portal de noticias 'Ynet' que «la dirección» para el pacto «es positiva».

La tregua implicaría la entrega de unos 40 rehenes secuestrados por Hamás, con prioridad para las mujeres, menores de 19 años, mayores de 50 y enfermos. Aproximadamente, quedan unos 120 ciudadanos hebreos en poder de Hamás. Israel, por su parte, liberaría a cerca de 400 presos palestinos. Sería la segunda pausa de los combates. La primera comenzó el 24 de noviembre y duró una semana.

El conflicto estalló el pasado 7 de octubre cuando miembros de Hamás mataron a 1.200 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel. También secuestraron a 250 ciudadanos. Esa acción desencadenó una ofensiva aérea y terrestre de Israel sobre la Franja de Gaza en la que han muerto hasta ahora 29.878 personas, según el Ministro de Salud de este territorio.

Ahora parece estar cerca una segunda tregua. Y más prolongada que la anterior. A pesar de estas negociaciones y de la presión internacional, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya ha advertido de que un alto el fuego retrasará pero no impedirá su operación terrestre sobre Rafah, localidad situada en el sur de la Franja y en la frontera con Egipto. El ejército hebreo cree que allí se encuentra el «último bastión de Hamás». Netanyahu insiste en que su meta es la «victoria total» sobre la milicia palestina.

La catástrofe humanitaria que sufre la población de Gaza, sin medicinas ni alimentos y desplazada a ninguna parte tras meses de bombardeos, ha generado una oleada de denuncias contra Israel ante organismos internacionales. Estados Unidos, el gran aliado del Estado hebreo, ha mantenido su apoyo pero cada vez con más matices. En su entrevista en la NBC con Seth Meyers, Biden dijo que Israel «se había comprometido» a evacuar numerosas zonas de Rafah antes de atacar «lo que queda de Hamás».

Y lanzó un mensaje dirigido a Netanyahu, al considerar que la «única forma de que Israel sobreviva» pasa por un acuerdo que garantice «paz y seguridad a israelíes y palestinos». Biden llegó a decir que si Israel continúa con ese Gobierno tan increíblemente conservador que tiene, perderá apoyos en el mundo».

A la espera de que la tregua quede sellada, desde la Franja no dejan de llegar testimonios de ciudadanos desesperados. «¡Nos morimos de hambre!», claman. Ahora tienen un hilo de esperanza: la posibilidad anunciada por Biden de que el lunes empiece un alto el fuego y comiencen a llegar comida, medicinas y equipamiento para sobrevivir entre las ruinas.