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Ucrania planifica una contraofensiva en Bajmut aprovechando lo que considera un fuerte «cansancio» de las tropas rusas después de meses de asedio a esta ciudad del Donbás en constante lucha. Es la proyección del comandante de las fuerzas terrestres ucranianas, Oleksandr Syrskyi, un general bregado ... en infligir derrotas a los invasores, para quien Moscú «se está quedando sin efectivos» en esta zona, convertidos en prisioneros o en una montaña de muertos. «Muy pronto aprovecharemos esta oportunidad, como hicimos en el pasado cerca de Kiev, Járkov, Balakliya y Kupiansk», aseguró este jueves en un mensaje.
El contragolpe se producirá «muy pronto», aunque los análisis occidentales fijan la operación más bien hacia finales de abril o mayo. Según estas fuentes, el Gobierno quiere antes organizar una serie de unidades con los soldados que se han entrenado en Europa y EE UU y los tanques prometidos por los aliados de la OTAN. De hecho, el Estado Mayor ha comenzado a montar en la capital su primera brigada de estas características, que tendrá un cuerpo central de treinta blindados. Según medios rusos, el Ejército ucraniano pretende formar también un «puño de choque» consistente en una fuerza de 100.000 soldados con sus correspondientes secciones de artillería y carros de combate para enfrentarse en el largo frente sureste.
Uno de los elementos capitales que condicionan el calendario es precisamente el abastecimiento del material bélico. Resulta ahora mismo más un hándicap que una ventaja, dada la lentitud con la que los países de la Alianza ejecutan sus compromisos, según se quejan los mandos locales. El problema no es de dejación: muchos de los Leopard y Abrams destinados al frente necesitan pasar antes por el taller. Alemania proporcionará 70. La mayoría está en revisión. Su antigüedad es de 30 y 40 años.
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Los expertos estadounidenses y británicos coinciden en que Volodímir Zelenski necesitará ingentes arsenales para expulsar a un ejército ocupante instalado en mil kilómetros de trincheras. ¿Sería posible, mientras se rehabilitan los tanques, usar otra fuerza bélica como puente? Difícilmente. Toda la confianza militar para ganar a Rusia ahora mismo está depositada en los carros de combate y los obuses. No es una guerra que se libre en los cielos, en gran medida porque muchos de los cazas rusos y de los que puede abastecerse Kiev a través de Polonia y Eslovaquia proceden de la era soviética y tienen capacidades muy limitadas. Además, la base de toda la guerra, como se viene demostrando desde hace casi catorce meses, gira en torno a la artillería masiva de corta distancia.
Bajmut se ha convertido en un agujero insondable donde nadie sabe quién gana o pierde. A medida que ha crecido su importancia en este conflicto, se han incrementado las informaciones interesadas. Las últimas noticias indican que la ofensiva invasora se ha estancado e incluso debilitado debido al «agotamiento», las numerosas bajas y la falta de armamento correspondiente a un asedio de cuatro meses.
Un informe de un corresponsal ruso permite interpretar, no obstante, que el curso de la confrontación no pinta bien para el Kremlin. Los mercenarios de Wagner y tropas regulares mantienen rodeada la ciudad por el norte, el sur y el este, pero a su vez fuerzas ucranianas parecen dispuestas a atacar estos tres flancos desde el interior y el exterior, lo que dejaría al Ejército ruso en un laberinto. El corresponsal afirma que la «persistencia maníaca» del general Syrskyi para mantener la defensa de Bajmut sólo se entiende «si tiene un plan real detrás». Fuentes no acreditadas señalan incluso que el fundador del Grupo Wagner habría ordenado a sus mercenarios retirarse, encolerizado por la falta de munición y de comunicación con el Kremlin.
El Instituto de la Guerra de Washington no descarta que Moscú intente obtener «ganancias» ante una hipotética e inminente pérdida de la iniciativa o que juegue otra carta. En los últimos seis días ha intensificado los ataques en Avdiivka y las cercanas Krasnohorivka y Stepove, que ha capturado. En estas batallas los rusos han perdido tres compañías completas, unas bajas significativas pero que esconderían la intención de mantener concentrados a los ucranianos en este sector del frente.
El presidente español, Pedro Sánchez, se reunirá con su homólogo chino, Xi Jinping, los próximos días 30 y 31 en Pekín, donde abordarán el plan de paz elaborado por el Gobierno asiático y que esta semana ha quedado ya en manos de Vladímir Putin. El encuentro -posterior a la asistencia de Sánchez a un foro económico en la isla de Hainan- se producirá a menos de cuatro meses de que España asuma la presidencia rotatoria del Consejo de la UE y en él el mandatario expresará a Xi que las condiciones de la paz en Ucrania serán las que determinen los ucranianos.
Si se cumplen las agendas, Sánchez coincidirá probablemente con el presidente brasileño, Lula da Silva, que también está citado con el líder chino la semana próxima con el fin de iniciar una «nueva era» de relaciones bilaterales. Lula estará de viaje oficial en el gigante asiático durante una semana y llama la atención la abundante comitiva que le acompañará: 240 personas, entre las que figuran el ministro de Economía, gobernadores estatales, diputados, senadores y dos centenares de empresarios.
Después de debatir el plan de paz con Putin en el Kremlin, Xi quiere extenderlo a la mayoría de gobernantes posibles. En abril está prevista la visita del francés Emmanuel Macron y es muy posible que Pekín abra contactos pronto con Turquía e India.
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