Starmer ordena investigar por qué no se detuvo antes al asesino de Southport

Los primeros detalles sobre la vida de Axel Rudakuban, que tenía 17 años en el momento del suceso, trascendieron después de que el pasado lunes se confesara culpable del triple asesinato ante un tribunal de la región de Merseyside, donde compareció cubierto con una mascarilla y no se comunicó en ningún momento con los abogados encargados de su defensa. La información publicada entonces describe episodios que muestran que el chico suponía un peligro para la vida de los demás antes de la tragedia de Southport. Su padre, Alphonse, habría impedido un crimen similar una semana antes.

El joven, obsesionado con la violencia extrema, habría analizado casos de asesinatos múltiples en escuelas de Estados Unidos. Llegó a pedir un taxi para ir a su antiguo colegio, pero el padre convenció al conductor para que no le llevase. El matrimonio Rudakuban llegó al Reino Unido procedente de Ruanda, donde Alphonse formó parte del Frente Patriótico durante la guerra civil y el genocidio. Miembros de la familia murieron en la brutal masacre. Axel nació ya en Gales. Sus progenitores, cristianos, participaban de forma activa en la comunidad de la iglesia de Banks, donde fijaron su residencia, cerca de Southport.

A los 13 años el chico fue enviado por primera vez a Prevent, un programa promovido por los gobiernos conservadores para prevenir la radicalización y la violencia terrorista. Pasó otras dos veces por este proyecto. Una de las cuestiones discutidas ahora en la Policía británica es por qué no se logró identificar la gravedad del trastorno que sufría Axel en el marco de esta iniciativa. La ministra de Interior, Yvette Cooper, ha iniciado una revisión de los procedimientos de Prevent para que, además de su enfoque en la radicalización y el terrorismo, vigile también la violencia extrema.

También hay críticas a la Policía por no haber calificado el crimen de Southport como terrorista. El autor confeso tenía un envase de ricino biológico tóxico -que el ejército calificó de bajo riesgo- y un manual de Al Qaeda descargado de internet en casa. Los profesionales que le trataron no encontraron en él ninguna ideología que guiase su obsesión con la violencia. Antes de acabar el pasado julio con la vida de Bebe King, Elsie Dot Stancombe y Alice de Silva Aguilar había dedicado tiempo a mirar en su ordenador el asesinato de dos religiosos en una iglesia asiria oriental de Sídney a manos de un chaval de 16 años. Luego borró el historial de sus búsquedas en internet. El 29 de julio de 2024 entró en una sala donde bailaban varios menores, inspirados por Taylor Swift, y les persiguió hasta lograr acuchillarles por la espalda.

Las compañeras de colegio le describen como sexista. Axel habría expresado su asco a los colegios, maestros y estudiantes, a quienes habría calificado de 'bullies' (acosadores) por ser agresivos con él. El abogado Stan Reiz expondrá mañana ante un tribunal la copiosa documentación sobre la salud mental del asesino.

Mientras tanto, la política áspera en torno a este caso no cesa. Starmer es criticado por ocultar información, pero son los jueces y la Fiscalía de la Corona -que él dirigió en el pasado- quienes advierten a fuerzas policiales o periodistas que no divulguen ningún dato antes del juicio con jurado, porque podrían perjudicarlo.