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El canciller federal, el socialdemócrata Olaf Scholz, y el líder de la oposición conservadora, el cristianodemócrata Friedrich Merz, aprovecharon este miércoles el debate presupuestario en el Bundestag para arremeter contra la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), en un inusual acto de sintonía y pese a ... sus diferencias en otros muchos temas de la política nacional. Ambos celebraron además ante el pleno parlamentario la respuesta popular y las protestas de las últimas dos semanas con cientos de miles de manifestantes ante los planes de la derecha radical de expulsar de este país a millones de extranjeros e incluso ciudadanos germanos de origen migrante.
«La xenofobia, el antisemitismo y el nacionalismo van de la mano con ustedes», acusó Merz a la polémica formación en la intervención inaugural de la jornada ante el pleno parlamentario. «Ustedes no son la alternativa para Alemania, ustedes serían la perdición definitiva para Alemania», dijo el dirigente conservador, quien subrayó que sería un hundimiento tanto económico como, sobre todo, moral. «Celebramos expresamente», en cambio, las manifestaciones de los últimos días, señaló el presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU), para el que están siendo una demostración de que la sociedad germana quiere ser abierta y libre. Merz acusó, sin embargo, al tripartito gobernante de ser los causantes del alza en los sondeos de la ultraderecha con su mala gestión política.
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Juan Carlos Barrena
También el jefe del Gobierno federal centró su discurso ante el Bundestag en la lucha contra el extremismo de derechas y el antisemitismo. «Tenemos una tarea ante nuestra historia», subrayó Scholz, en referencia al oscuro pasado de la era nazi, para reclamar después que todos los demócratas deben plantar cara al alza del populismo de derechas. Además advirtió a Merz de cargar la culpa del auge de Alternativa para Alemania, que figura como segunda fuerza nacional tras los conservadores en los sondeos, a la coalición de socialdemócratas, verdes y liberales que gobierna el país. «Como demócratas debemos mostrarnos unidos», exigió el canciller, que a la hora de comentar las manifestaciones celebró la alta participación y destacó que «quien calla se convierte en cómplice» de la extrema derecha.
La indignación de los restantes partidos con representación en el Bundestag desató poco después la ira de la líder parlamentaria y copresidenta de Alternativa para Alemania, Alice Weidel, que habló de una «campaña de difamación sin precedentes», de «mentiras y calumnias» contra su partido por parte de Correctiv, el grupo de periodistas de investigación que sacó a la luz hace dos semanas la reunión secreta de miembros de AfD con neonazis y otros ultraderechistas para abordar la llamada «remigración», la expulsión y deportación forzosa de migrantes.
Las revelaciones de Correctiv han sido el detonante de las manifestaciones masivas contra la ultraderecha. Weidel atacó incluso al presidente federal, Frank Walter Steinmeier, al que acusó de llamar «ratas» a los votantes de su formación por unas palabras de la máxima autoridad alemana en las que comentó que «no permitiremos que cazadores de ratas extremistas destruyan este país» y comparó a AfD con el flautista de Hamelin.
Weidel afirmó incluso que «este gobierno odia a Alemania» al comentar la política del tripartito, para seguidamente señalar que «Alemania arde. Y el Ejecutivo, lleno de ineptos y de ideólogos testarudos, es el pirómano», añadió la líder de la formación xenófoba y antieuropea, quien criticó al gabinete de Scholz por «sembrar devastación». Unas palabras que tuvieron respuesta inmediata por parte del resto de los partidos en la Cámara. La jefa del grupo parlamentario verde, Britta Hasselmann, acusó a Weidel de «misantropía, peligrosidad, desprecio por la democracia y las instituciones» y recordó que dos destacados diputados de AfD participaron en la reunión secreta celebrada en Potsdam. Dos parlamentarios «elegidos democráticamente, pero que no son demócratas», afirmó la representante de los ecologistas.
«Este Ejecutivo gobierna mal, pero no odia a Alemania», defendió a su vez a medias el jefe del grupo opositor parlamentario de la conservadora Unión Socialcristiana, Alexander Dobrindt, quien también se cebó en la formación ultraderechista. «Están trabajando para arruinar este país», criticó ante las exigencias de la AfD de salir de la UE o del euro. AfD habla de unirse al dictador ruso Vladímir Putin, acercarse a su Unión Económica Euroasiática y destruir una Europa libre, dijo Dobrindt. «No sois la alternativa para Alemania. La alternativa que ofrecen es la de la inmadurez, la sumisión y la falta de libertad. No tiene nada que ver con el patriotismo, es traición a la patria», añadió.
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