Rusia ataca el corazón de Kiev y otras ciudades en represalia por el sabotaje del puente de Crimea

Tras los bombardeos masivos, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha reunido por videoconferencia a los miembros de su Consejo de Seguridad. En su intervención ante este órgano consultivo de importancia crucial en la toma de decisiones del Kremlin, Putin ha confirmado que los ataques con misiles de este lunes son la «respuesta» al «ataque terrorista» perpetrado el sábado contra el puente de Crimea.

Ha amenazado además a las autoridades ucranianas advirtiendo que «si continúan los intentos de llevar a cabo ataques terroristas en nuestro territorio, las respuestas de Rusia serán duras y su escala estará en concordancia con el nivel de amenazas creadas a la Federación Rusa. Nadie debe tener dudas al respecto».

Putin, asimismo, ha lamentado que «Rusia no pueden investigar las causas de las explosiones y la destrucción de los sistemas internacionales de transmisión de gas que pasan por el fondo del Mar Báltico. Pero todos conocemos bien al beneficiario final de este crimen», ha subrayado en relación con los gasoductos Nord Stream.

Tras esta reunión del Consejo de Seguridad ruso, Putin y su homólogo bielorruso, Alexánder Lukashenko, han acordado el despliegue de tropas conjuntas. Lukashenko, que niega sin embargo que ello suponga la participación de su país en la guerra, dijo que la medida se adopta «en relación con el empeoramiento de la situación en la frontera occidental de ambos países».

Según el general Valeriy Zaluzhnyi, comandante en jefe de la Fuerzas Armadas ucranianas, el Ejército ruso disparó hasta 75 misiles sobre territorio ucraniano, de los que 41 fueron «neutralizados» por la defensa aérea. El ataque ha sido perpetrado desde territorio ruso y desde el Mar Negro. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también ha acusado a Moscú de utilizar drones de fabricación iraní para llevar a cabo los bombardeos.

Zelenski, asimismo, ha anunciado un acuerdo con el canciller de Alemania, Olaf Scholz, para celebrar una reunión «urgente» del G7 a raíz de los bombardeos. El líder ucraniano intervendrá durante la reunión de las principales potencias.

Zelenski también ha hablado con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, sobre la necesidad de «reforzar la defensa aérea» de Ucrania y de que haya una respuesta «dura» por parte de la comunidad internacional.

El metro de Kiev ha suspendido el servicio en algunas de sus líneas para convertir las estaciones en refugios subterráneos. Zelenski ha publicado imágenes en su canal de Telegram de las consecuencias de los ataques en Kiev afirmando que «en el día 229 de esta guerra a gran escala están tratando de destruirnos y borrarnos de la faz de la tierra». Según sus palabras, «quieren destruir a nuestra gente que duerme en su casa en Zaporiyia, matar a las personas que van a trabajar en Dnipró y Kiev. El ataque aéreo no disminuye en toda Ucrania. Hay impactos de misiles. Desafortunadamente, hay muertos y heridos». Zelenski pide a la población no abandonar los refugios.

«Debido a las explosiones en Kiev, hay muertos y heridos en diferentes lugares», declaró por su parte la portavoz del Servicio Estatal de Emergencia de Ucrania, Svetlana Vodolaga, ante las cámaras de televisión. En las imágenes del ataque aparecen varios cadáveres desperdigados. Las explosiones han tenido lugar en torno a las 08.15, hora local (07.15 hora peninsular española), después de que sonaran las sirenas antiaéreas. El canal de TV Obshéstvennoye informa que los misiles cayeron también sobre los distritos Pecherski, y Shevchenkovski, en la calle Vladímirskaya, en donde está el edificio del SBU.

El diputado ucraniano Oleksiy Goncharenko agregó que un proyectil cayó «justo en el centro de la ciudad». «Los coches están ardiendo y las ventanas de las casas se han hecho añicos. Hay muertos», tuiteó esta mañana.

Desde varios puntos de la ciudad se pueden ver columnas de humo negro, según los vídeos que circulan en las redes sociales. Un periodista de 'Afp' ha descrito la presencia de numerosas ambulancias que se dirigían hacia los lugares de las explosiones.

Ayer domingo, en imágenes distribuidas por las televisiones rusas, el jefe del Comité de Instrucción (SK), Alexánder Bastrikin, que investiga lo sucedido en el puente de Kerch, acudió al despacho del presidente Vladímir Putin para informarle de «los resultados preliminares» de las pesquisas y le comunicó que «se trata de una acción terrorista organizada por los servicios secretos ucranianos. El objetivo era destruir una gran infraestructura civil muy importante para Rusia».

A lo que Putin respondió que «los autores, los ejecutores y los patrocinadores son por tanto los servicios secretos ucranianos». Añadió que «no cabe duda de que se trata de un acto terrorista para destruir una infraestructura civil rusa que reviste una importancia crucial». Hoy, el presidente ruso tiene previsto reunir a su Consejo de Seguridad para discutir las medidas a adoptar.

El embajador de la UE en Ucrania, Matti Maasikas, ha compartido en Twitter una imagen del aspecto de una calle del centro de Kiev tras las explosiones.

Al sur del país, el Ejército ruso sigue bombardeando indiscriminadamente sobre Zaporiyia, donde esta madrugada se ha registrado un nuevo ataque contra un edificio civil en el centro de esta ciudad, que por ahora ha dejado un muerto y cinco heridos. Además, la ola de ataques lanzada por el Ejército ruso, en respuesta al ataque contra el puente que une Crimea con Rusia, ha afectado a Leópolis, Zaporiyia y Dnipro, entre otras localidades.

Los bombardeos han sorprendido en la ciudad al comisario de Justicia europeo, Didier Reynders, que se ha tenido que refugiar en el sótano de un hotel. El propio Reynders ha tuiteado una imagen junto a su equipo tras las explosiones que han sacudido a primera hora a la capital ucraniana. El comisario ha aplaudido la «rápida reacción» del personal de seguridad y ha confirmado que está «a la espera de la evolución de la situación».

El domingo, Reynders había visitado junto al fiscal general de Ucrania la localidad de Borodianka, ante quien garantizó que la UE seguiría brindando «todo el apoyo necesario» para recabar pruebas y que Rusia rinda cuentas por los crímenes de guerra perpetrados desde la invasión.