Un soldado de la Guardia Nacional ucraniana, en el frente de Járkov. Reuters

Rusia ha detenido ya a cuatro altos mandos militares por corrupción en un mes

El teniente general Vadim Shamarin, jefe adjunto del Estado Mayor, permanecerá dos meses en prisión preventiva por «soborno a gran escala»

Rafael M. Mañueco

Corresponsal. Moscú

Jueves, 23 de mayo 2024, 13:47

Los arrestos en el seno de la cúpula militar rusa continúan. Desde que, el pasado 23 de abril, fuera puesto en prisión preventiva por presunta corrupción el que era el número dos del Ministerio de Defensa, Timur Ivanov, son ya cuatro los altos mandos militares ... rusos arrestados y acusados del mismo delito, coincidiendo con la destitución del titular de Defensa, Serguéi Shoigú, nombrado este mes secretario del Consejo de Seguridad. La última detención ha sido la del general Vadim Shamarin, de 52 años, jefe de la Dirección General de Comunicaciones de las Fuerzas Armadas y jefe adjunto del Estado Mayor.

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Así lo asegura el diario ruso Kommersant citando fuentes del Comité de Instrucción (SK). Según esta publicación, el alto mando permanecerá confinado durante dos meses en prisión preventiva por presunto «soborno a gran escala». El caso, según Kommersant, lo llevará un tribunal militar. Además de Ivanov y Shamarin, el pasado 14 de mayo se supo del encarcelamiento preventivo del responsable de la Dirección de Recursos Humanos del Ministerio de Defensa ruso, el general Yuri Kuznetsov, también por soborno, y el pasado martes se informó del arresto, efectuado el 17 de mayo, del general Iván Popov, ex comandante en jefe del 58 Cuerpo de Ejército desplegado en Ucrania, en la región de Zaporiyia, por sospechas de «fraude a gran escala», cargos de los que él se ha declarado inocente.

El general Vadim Shamarin, subjefe del Estado Mayor ruso, en una imagen de archivo. Reuters

Popov fue ya apartado del mando en julio del año pasado por criticar al Ministerio de Defensa y al Estado Mayor General del Ejército por el alto número de bajas y el deficiente suministro de armamentos y municiones que, según él, sufren las tropas rusas que combaten en Ucrania. Su detención ha causado estupor incluso entre algunos reporteros de guerra de los medios de comunicación oficiales rusos. Uno de ellos, Alexánder Sladkov, afirmó a través de su canal de Telegram que «Iván estaba al frente de las fuerzas que repelieron la contraofensiva enemiga (…) a las personas estúpidas les perdonan las mentiras y las pérdidas de vidas entre los soldados, así que creo que otros pueden ser perdonados por decir la verdad de forma despiadada». Según sus palabras, «el general Iván Popov no es un ladrón, es un soldado (…) y nosotros de todas formas también perdonamos a los ladrones».

Optimizar el gasto de guerra

Los analistas creen que la destitución de Shoigú, su nombramiento como secretario del Consejo de Seguridad del Kremlin y la designación como ministro de Defensa de Andréi Beloúsov, un economista que nunca tuvo contacto alguno con las Fuerzas Armadas, pero considerado un excelente gestor, busca optimizar la economía de guerra para darle un empujón definitivo a la ofensiva en Ucrania. Y la corrupción reinante parece haber sido identificada como uno de los problemas que dificultaban tal estrategia diseñada por los dirigentes del Gobierno ruso.

Preguntado sobre los arrestos de altos mandos militares, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo este jueves a los periodistas que «estos procesos penales contra funcionarios del Ministerio de Defensa no son el resultado de una campaña sin más, sino que se encuadran en una lucha consecuente contra la corrupción». Según este representante del Ejecutivo de Vladímir Putin, «la lucha contra la corrupción es un esfuerzo constante, es un trabajo continuo, es parte integrante de las actividades de nuestras fuerzas del orden». Esta es la primera vez que el portavoz presidencial se expresa en relación con los últimos arrestos de generales rusos.

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