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T. Nieva
Martes, 20 de agosto 2024, 17:29
Southport intenta reponerse casi un mes después del apuñalamiento múltiple perpetrado por un joven de 17 años que acabó con la vida de tres niñas. Este martes ha sido el rey Carlos III quien ha intentado reconfortar a las familias de las víctimas durante una visita a la localidad costera donde se ha reunido asimismo con algunos supervivientes y con miembros de las fuerzas de seguridad y de los servicios de emergencias que intervinieron el pasado 29 de julio tras el ataque. El monarca ha sido recibido entre aplausos por la multitud que le esperaba.
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Sólo unas horas después del crimen, que tuvo lugar durante una actividad infantil inspirada en la cantante Taylor Swift, el rey se mostró «profundamente conmocionado» por el suceso, que se saldó con tres niñas muertas (de 6, 7 y 9 años) y otros ocho menores, además de dos adultos, heridos. En su visita de este martes, que ha arrancado sobre las 13.30, hora local, Carlos III ha escuchado de primera mano los testimonios de las víctimas. En el interior del Ayuntamiento de Southport se ha reunido con varios críos que lograron zafarse del asesino y con sus familias. El monarca ha charlado después con personal de la Policía, bomberos y equipos de rescate que acudieron al lugar del apuñalamiento.
El rey, que continúa con su tratamiento contra el cáncer, siguió el suceso de cerca y se pronunció también ante la ola de violencia desatada en el Reino Unido a raíz del crimen. Llamó a la calma y apeló a la unidad de la población británica tras la tragedia. Los disturbios, que dejaron decenas de detenidos, incluidos varios adolescentes, comenzaron con la difusión de varios bulos por internet sobre la identidad del autor de los hechos. Se trataba, según las mentiras que circulaban en las redes, de un inmigrante, lo que dio pie a ataques contra mezquitas, centros de asistencia a extranjeros u hoteles donde se aloja a solicitantes de asilo.
El juez que asumió el caso de Southport decidió saltarse la ley -que impide dar datos sobre menores- y revelar el nombre del asesino -Axel Rudakubana, un chaval galés cuya familia llegó de Ruanda de manera legal- para tratar de frenar los altercados. Los disturbios, alentados por grupos ultra, pusieron en alerta al Reino Unido durante varios días aunque las protestas antirracistas y los juicios exprés para procesar a los implicados en los actos parecen haber sofocado el estallido de violencia.
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