Testigos del crimen de Southport: «Es lo peor que he visto en mi vida»

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La ley impide al cuerpo policial ofrecer datos que permitan identificar a menores, pero los medios británicos esbozaron un retrato robot del presunto asesino. Nació en Cardiff, donde se asentó su familia, originaria de Ruanda. Su padre trabaja en una empresa de taxis, su madre es ama de casa y tiene un hermano mayor. La entrada al hogar donde viven desde hace once años permanecía este martes acordonada, mientras el joven –a quien en el vecindario le describen como introvertido y apegado a su progenitora– era interrogado en una comisaría. El lunes, según testigos, iba en chándal y con una mascarilla facial cuando se apeó de un taxi en Hart Street –se negó a pagar la tarifa– y entró cuchillo en mano en el edificio donde se impartía el taller de baile. «Es lo peor que he visto en mi vida», contó un hombre sobre lo que segundos después sucedió dentro.

El curso de danza y yoga estaba completo, con 25 niños de entre 6 y 11 años inscritos en la actividad. Entre ellos se encontraban Bebe King (6), Elsie Dot Stancombe (7) y Alice Dasilva Aguiar (9), las tres víctimas mortales. Sus familias y sus centros escolares trataban este martes de explicar su dolor por el crimen. «No hay palabras que puedan describir la devastación que sentimos», compartía el entorno de la más pequeña. El primer ministro británico, Keir Starmer, asumió esa «pena cruda» que «la mayoría de nosotros no podemos imaginar» durante una visita al lugar de los hechos, donde depositó unas flores entre las decenas de ramos y mensajes de pésame que se amontonaban en la zona. También el Gobierno de Portugal, de donde procedían los padres de Alice, que murió en el hospital, expresó su «profunda tristeza». Yvette Cooper, ministra británica de Interior, fue más allá y aseguró que el Ejecutivo del que forma parte tiene el deber moral de acabar con la ola de crímenes con arma blanca que soporta el Reino Unido.

La propia Taylor Swift, que se encuentra en plena gira, se mostró «completamente en shock» por el apuñalamiento múltiple y sus fans impulsaron una recaudación de fondos –este martes superaba los 125.000 euros– para la asociación Alder Hey Childrens Charity, vinculada al hospital local en el que ingresaron los niños heridos que lograron salir con vida del edificio donde habían ido a divertirse. Cinco menores siguen en estado crítico, así como dos adultos. Los supervivientes están «traumatizados». «Se supone que este es el comienzo de las vacaciones y los padres ahora tienen miedo de enviar a sus hijos a clubes de verano», contó Richard Townes, animador infantil de Southport, a la cadena BBC.

Los testigos del crimen retrataron una escena dantesca. «No parecía real, no en un pueblo como este», insistía una vecina de Southport. Críos ensangrentados que huían de la clase, gritos, madres y padres desesperados en busca de sus hijos, adultos con heridas de arma blanca tras interponerse en el camino del asesino... Las autoridades británicas destacaban este martes la intervención de numerosos héroes y heroínas, incluidas las dos organizadoras del curso, que intentaron detener al atacante. «Todos trataron de salvar a los pequeños».