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En una entrevista a la agencia china Xinhua en la víspera de su viaje a Pekín, el presidente Vladímir Putin ha vuelto a arremeter contra Occidente y, al mismo tiempo, asegura estar abierto a negociaciones de paz con Ucrania, aunque la tacha de Estado «terrorista». ... Según sus palabras, publicadas este miércoles por la mañana por Xinhua, «los países occidentales han rechazado un diálogo con Moscú de igual a igual sobre Ucrania y se han puesto el objetivo de debilitar y desintegrar a Rusia».
A juicio de Putin, «las élites occidentales están tratando persistentemente de castigar a Rusia, de aislarla y debilitarla, suministrando dinero y armas a las autoridades de Kiev». «Se han impuesto casi 16.000 sanciones unilaterales ilegítimas contra nuestro país. Están amenazando con desmembrar Rusia, intentando apropiarse ilegalmente de nuestros activos en el extranjero», afirmó durante la entrevista.
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Según él, «fueron las políticas de Occidente las que condujeron a convulsiones globales, una de cuyas manifestaciones fue la guerra en Ucrania». A su juicio, «los dirigentes occidentales miran para otro lado ante el resurgimiento del nazismo en Ucrania y los ataques terroristas de Kiev contra territorio ruso».
Pero Putin, no obstante, dijo desear «una solución integral, estable y justa» del conflicto por medios «pacíficos». «Y estamos abiertos al diálogo sobre Ucrania, pero estas deben ser negociaciones que tengan en cuenta los intereses de todos los países involucrados en este conflicto, incluidos los nuestros», subrayó. El mandatario ruso exige que las posibles conversaciones aborden la cuestión de la «estabilidad global» y «garantías de seguridad», no sólo para Ucrania, sino también para Rusia, y deben ser «fiables», como si lo hubieran sido en el pasado los compromisos que adquirió Moscú con el Memorándum de Budapest de 5 de diciembre de 1994 sobre las garantías de seguridad a Ucrania por deshacerse de sus armas nucleares o los Acuerdos de Minsk de febrero de 2015 sobre el respeto a la integridad territorial de Ucrania.
Llegado a este punto, el jefe del Kremlin sostiene que quien viola las normas internacionales no es Rusia, sino Occidente porque, señala, «prefiere un orden mundial no basado en el Derecho Internacional, sino en un orden construido sobre reglas que cambian dependiendo de la situación y la coyuntura en cada momento y según los intereses de quienes inventan esas normas».
Putin elogió y dijo apoyar el plan del Gobierno de Xi Jinping para una solución pacífica de la guerra en Ucrania, que fue presentado en el primer aniversario del inicio del conflicto y que contiene doce puntos. «Evaluamos positivamente los enfoques de China para resolver la crisis ucraniana. Pekín comprende perfectamente las causas fundamentales –que originaron la guerra- y su importancia geopolítica global», aseguró el primer mandatario ruso a Xinhua.
El jefe del Kremlin calificó las ideas expresadas por Xi Jinping, en su encuentro de abril con el canciller alemán, Olaf Scholz, de «pasos realistas y constructivos (…) están desarrollando la idea de la necesidad de superar la mentalidad de la Guerra Fría». El asesor jefe de la Presidencia ucraniana, Mijaílo Podoliak, reaccionó este miércoles en X a la entrevista. «Una vez más, la hipócrita actividad negociadora de Putin. Una vez más, habla de exigencias de ultimátums para reconocer la no derrota de la Federación Rusa, disfrazándola de diplomacia tradicional rusa», señaló.
Podoliak afirma que, mientras, «Rusia continúa quemando ciudades en Donbás y está tratando de abrirse paso en la región de Járkov, haciendo aumentar los crímenes contra civiles». El principal asesor del presidente Volodímir Zelenski subraya también que Rusia «envía a sus prisioneros a asaltar ciudades ucranianas, ataca masivamente con misiles y cualquier tregua se utilizará únicamente para restablecer y desplegar fuerzas».
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Putin se prepara para visitar China a partir de este jueves en su primer viaje al extranjero desde el inicio de su quinto mandato presidencial y lo hará acompañado de su Gobierno casi en pleno y de la mayor delegación jamás vista hasta la fecha. El Kremlin ha anunciado que Putin y Xi discutirán cuestiones bilaterales, problemas internacionales y regionales de actualidad y también determinarán la agenda para «un mayor desarrollo de la cooperación práctica». Se prevé la firma de una declaración conjunta y de diversos documentos. Putin y Xi se reunieron por última vez en octubre del año pasado en Pekín.
A principios de este mes de mayo, en la víspera de su viaje a Europa, el presidente chino escribió en un artículo publicado por el diario galo 'Le Figaro' que «esperamos que la paz y la estabilidad vuelvan rápidamente a Europa, y tenemos la intención de trabajar con Francia y toda la comunidad internacional para encontrar buenas vías de resolución de la crisis» en Ucrania. Según sus declaraciones, Pekín «siempre ha desempeñado un papel constructivo para promover una solución pacífica» y llamó de nuevo a respetar la Carta de Naciones Unidas y «respetar la soberanía e integridad territorial de todos los países». Esta idea está recogida en el primer punto del plan de paz del gigante asiático.
El segundo punto se refiere en general a la necesidad de «abandonar la mentalidad de la Guerra Fría», el tercero constata que «el conflicto y la guerra no benefician a nadie», el cuarto asegura que «el diálogo y la negociación es la única vía de solución de la crisis en Ucrania», el quinto habla de la necesidad de resolver la crisis humanitaria y proteger a los civiles, el sexto se refiere al intercambio de prisioneros, el séptimo llama a garantizar la seguridad de las centrales nucleares ucranianas, el octavo rechaza cardinalmente el uso de armas atómicas en el conflicto, el noveno pide que se garanticen las exportaciones de grano, el décimo insiste en el levantamiento de sanciones, el onceavo deplora el uso de la economía mundial como herramienta o arma con fines políticos y el doceavo subraya la necesidad de que la Comunidad Internacional se responsabilice de la toma de decisiones para apoyar la reconstrucción tras el final del conflicto.
Pero, aunque en el primer punto habla del respeto a la soberanía e integridad territorial de los países, no exige a Rusia la retirada de sus tropas de las zonas ocupadas de Ucrania, razón por la que Kiev y sus aliados occidentales tacharon el plan de Pekín de vago, carente de concreción, reflejando además «la falsa narrativa» del Kremlin por no condenar la invasión. Incluso en Moscú el plan chino nunca hasta ahora había generado demasiado entusiasmo.
El plan de paz del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, exige la retirada de las tropas rusas, el restablecimiento de las fronteras de 1991, lo que implicaría la devolución también de Crimea, y que Putin pague reparaciones de guerra. En junio, está prevista una «cumbre de paz» en Suiza. Pero Rusia no está invitada, rechaza la iniciativa, ya que estima que hace falta que las negociaciones tengan en cuenta «las nuevas realidades», es decir que reconozcan como rusos los territorios ya ocupados.
Rusia y China proclamaron que tendrían una relación «sin límites» pocos días antes de que Moscú acometiera la invasión de Ucrania, en febrero de 2022, pero hasta ahora Pekín ha evitado proporcionar abiertamente armas y municiones en beneficio del esfuerzo bélico de Rusia, aunque sí ha supuesto un importante soporte económico para ayudar a Moscú a soportar las sanciones. A cambio, el gigante asiático está obteniendo de Rusia energía y recursos naturales baratos. Esta forma de cooperación, no obstante, despierta sospechas en Occidente. La presión de Estados Unidos hacia los bancos chinos, para evitar que Rusia pueda sortear las sanciones, son cada vez mayores.
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