Putin firma acuerdos militares con cuarenta países africanos a los que condona sus deudas

Después de prometer el jueves cereales gratuitos a seis países africanos en un intento de apaciguar los ánimos tras la salida de Rusia del acuerdo para la exportación de grano ucraniano, este viernes el presidente ruso volvió a tomar la palabra en la sesión plenaria del segundo día de la cumbre para anunciar que su país sigue tirando la casa por la ventana condonando unos 20.000 millones de euros de la deuda contraída con Moscú por los países africanos y aseguró además estar dispuesto a añadir otros 82 millones de euros más para «reducir la carga económica» del continente.

«La situación en muchos países de África es inestable, pero este es el legado del colonialismo (…) África ahora se está convirtiendo en un centro de poder que tendrá que ser tenido en cuenta», subrayó Putin en su intervención. En la misma línea, el primer mandatario ruso señaló que «Rusia ha concluido acuerdos de cooperación técnico-militar con más de 40 Estados africanos, a los que suministra una amplia gama de armas y equipos (…) algunas de estas entregas se realizarán sin costo alguno con el fin de fortalecer la seguridad y soberanía de estos países».

Putin declaró que Rusia se dispone también a fortalecer su presencia diplomática en África con la apertura de embajadas, consulados y otro tipo de misiones, reapertura de representaciones anteriormente cerradas y reforzamiento del personal en embajadas ya existentes. Explicó que «se trata de un paso práctico y real hacia una intensificación significativa del trabajo con los países africanos en las esferas política, comercial, humanitaria, cultural y turística».

Como había ya adelantado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, este viernes el presidente ruso abordó durante la cumbre el fallido plan de paz elaborado por los países africanos, que fue presentado en junio por una delegación del continente que visitó Ucrania y Rusia. El plan consta de 10 puntos y contempla un alto el fuego, el inicio de negociaciones para el cese de las hostilidades, el respeto muto de la soberanía y garantías de seguridad para ambas partes. Moscú calificó entonces de «muy difícil de aplicar» tal planteamiento mientras Kiev lo rechazó en redondo si previamente no se produce una retirada total de las tropas rusas de los territorios ucranianos ocupados.

Refiriéndose ahora a este plan de paz africano, Putin afirmó este viernes que «respetamos sus iniciativas y las estudiamos con atención». Según sus palabras, «las anteriores iniciativas de mediación estaban monopolizadas por las llamadas democracias avanzadas. Ahora África también está dispuesta a ayudar a resolver problemas que parecen estar fuera de su área de interés prioritaria».

El jefe del Kremlin reiteró que su país «siempre ha estado dispuesto a negociar (…) las contradicciones deben resolverse durante las negociaciones, pero el problema radica en el hecho de que se niegan a negociar con nosotros», en alusión a Ucrania, Estados Unidos y la OTAN. Según su opinión, «el conflicto se originó debido a la creación de amenazas a la seguridad de Rusia por parte de Estados Unidos y de la OTAN».

Mientras, mucho más al sur de San Petersburgo, la guerra continuaba. Según las autoridades locales, este viernes se produjo una potente explosión en la localidad rusa de Taganrog, situada a orillas del mar de Azov y a medio camino entre las ciudades de Rostov del Don y Mariúpol. El gobernador de la región de Rostov, Vasili Gólubev, informó que la deflagración se produjo junto a un café en el callejón Lérmontovski a causa del impacto de un misil. No hubo muertos, pero 15 personas resultaron heridas.

El Ministerio de Defensa ruso calificó lo sucedido de «acción terrorista» y precisó que las fuerzas ucranianas «utilizaron en el bombardeo un cohete diseñado para defensa antiaérea S-200 modificado para ser empleado en misiones de ataque». El departamento castrense ruso aseguró que el cohete fue «detectado, interceptado y los fragmentos cayeron sobre la ciudad», causando le explosión de la que informó Gólubev. Poco después, el Ministerio de Defensa reportó un ataque más con otro S-200 sobre el distrito Azovski de Rostov, que también fue abatido.