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En el cuarto día de ofensiva a través de la región rusa de Kursk, según las informaciones difundidas por blogueros militares rusos y canales de Telegram, las tropas ucranianas siguen avanzando y combaten ya a las puertas de Lgov, localidad situada a menos de 40 ... kilómetros de la central nuclear de la región y a unos 75 de la ciudad de Kursk, el centro administrativo de toda la provincia. Un poco más al oeste, a medio centenar de kilómetros de Lgov, cerca de la población de Rilsk el ejército ucraniano, según los vídeos filmados por la testigos locales, ha destruido con cohetes en la mañana de este viernes una columna entera de camiones del ejército ruso con soldados de refuerzo para sofocar la incursión ucraniana.
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Rafael M. Mañueco
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Paralelamente, Ucrania bombardeó masivamente en la madrugada de este viernes las regiones rusas de Lípetsk, Briansk y Bélgorod, además de la anexionada península de Crimea. En Lípetsk fue alcanzado un aeródromo militar ruso, causando un inmenso incendio. El Ministerio de Protección Civil de Rusia (MChS) ha declarado el «estado de emergencia de carácter federal» en la región de Kursk.
Es verdad que las informaciones que llegan son a menudo contradictorias: unas fuentes sostienen que las tropas ucranianas controlan ya 450 kilómetros cuadrados de territorio en Kursk mientras otras hablan de 800 kilómetros cuadrados. Se calcula que el ejército de Kiev ha ocupado unos 20 centros de población en Kursk y penetrado en profundidad medio centenar de kilómetros. Sin embargo, el jefe del Estado Mayor del ejército ruso, Valeri Guerásimov, sostiene que la situación está bajo control y que las fuerzas ucranianas están siendo expulsadas de territorio ruso, afirmaciones que han provocado indignación entre los corresponsales de guerra rusos, que le acusan de tratar de engañar y no reconocer la gravedad de la situación. El temor es que el ejército ucraniano se afiance en la zona y complique después la tarea de sacarlo de territorio ruso, convirtiendo los enfrentamientos en una guerra de posiciones. Eso es precisamente lo que parecen tratar de conseguir los ucranianos a juzgar por el hecho de que están ya cavando trincheras y levantando fortificaciones.
El Ministerio de Defensa ha anunciado el envío de más refuerzos. La prensa rusa asegura que Moscú está enviando a Kursk a los mejores combatientes, destacamentos especiales chechenos del batallón 'Ajmat', mercenarios del Grupo Wagner llegados desde África, fuerzas aerotransportadas y unidades de la Dirección General de Inteligencia (GRU). No obstante, varios canales militares de Telegram rusos advierten que Ucrania prepara más ataques fronterizos contra Kursk desde la localidad ucraniana de Glújiv hacia Rilsk, incluso contra las regiones rusas de Briansk y Bélgorod. Kiev continúa sin hacer excesivos comentarios sobre la acción de sus tropas en territorio ruso.
El vídeo del ataque ucraniano contra la columna de camiones cerca de Rilsk muestra unos 15 vehículos destruidos y los cadáveres de soldados rusos entre los restos calcinados. Se calcula que cada camión transportaba unos 30 militares, con lo que las bajas rusas en este caso podrían ascender a 450 efectivos, todo un batallón. El analista militar ruso, Yan Matvéyev, cree que los misiles empleados en este ataque, uno de los más sangrientos de la guerra, han podido ser Himars estadounidenses. Los blogueros rusos deploran que las columnas del ejército son atacadas frecuentemente en Ucrania y, pese a ello, se sigue recurriendo a este tipo de transporte en columna alineada. Ya ocurrió lo mismo en noviembre de 2023 en la región de Jersón y el pasado mes de junio en la misma región de Kursk. Han sido además derribados tres helicópteros rusos desde el martes y se estima que han sido hechos prisioneros decenas de militares enviados por Moscú.
Por otro lado, según el bloguero ruso, Yuri Podoliaka, a la región de Kursk «siguen llegando desde Ucrania vehículos blindados ucranianos, artillería antiaérea» para evitar ser atacados desde el aire y más fuerzas de infantería. «La situación sigue empeorando», asegura Podoliaka, quien informa también que desde Lgov, que cuenta con casi 20.000 habitantes, se está produciendo un éxodo imparable de la población, cuyos vehículos están causando enormes atascos en las estrechas carreteras rurales.
Un grupo de personas de Sudzha y otras aldeas cercanas han filmado un vídeo dirigiéndose al presidente Vladímir Putin quejándose de la imposibilidad de abandonar la zona, de la indefensión que sufren y la ausencia de ayuda de las autoridades locales. Cuentan que tuvieron que salir de Sudzha con lo puesto, incluso sin documentación y que algunas de sus casas fueron reducidas a cenizas por los bombardeos ucranianos.
Denuncian también que las «mentiras» de algunos medios de comunicación rusos afirmando que las tropas ucranianas están siendo expulsadas «están provocando muertes de civiles». Según datos oficiales, 66 personas resultaron heridas como consecuencia de los combates en la región desde el martes, entre ellas nueve niños. Cuatro civiles murieron y unos 3.000 más fueron evacuados.
El Ministerio de Defensa ruso informó por la mañana que, durante la noche, fueron interceptados 75 drones ucranianos disparados contra las regiones de Kursk, Lípetsk, Briansk y Bélgorod. En Lípetsk fue incendiado un aeródromo, han tenido que evacuar a los vecinos de cuatro aldeas y se han producido daños en infraestructuras eléctricas que están causando cortes de luz, situación parecida a la que sufren los usuarios de Bélgorod. Sebastopol, la base de la Flota del Mar Negro rusa en Crimea, ha sido atacada con drones aéreos y acuáticos. La base de Lípetsk que Kiev ha admitido haber atacado y cuyo depósito de armas ha saltado por los aires, tiene drones utilizados para los bombardeos contra Ucrania y aviones de combate Su-34, Su-35 y Mig-31, aunque fuentes rusas aseguran que lo aparatos no fueron destruidos.
Mientras tanto, las tropas rusas continúan su progresión en Donbás y sus bombardeos, primero de madrugada contra la localidad de Kupiansk, en la región de Járkov, y después al mediodía contra Kostiantinivka, en la región de Donetsk, en donde los proyectiles cayeron sobre un supermercado causando al menos 12 muertos y 44 heridos. Así lo anunció el jefe de la administración militar regional de Donetsk, Vadim Filashkin. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, denunció el ataque afirmando que «lo único que sabe hacer Rusia es masacrar a civiles».
850 kilómetros cuadrados
de terreno en la región de Kursk estarían bajo control de las tropas ucranianas, según algunas fuentes. Otras rebajan esa cifra a 400. Se calcula que una veintena de centros de población en la población está en manos de Kiev.
El politólogo ruso exiliado Abbás Galliámov cree que la táctica actual del ejército ucraniano consiste en «atacar por la retaguardia, Rusia les ataca de frente y ellos por aquí y por allá, apareciendo de repente en los lugares más inesperados». Galliámov considera que «las Fuerzas Armadas de Ucrania han recuperado la iniciativa no sólo en el ámbito militar, sino también en el político», ya que la gente en Ucrania empezaba a estar harta de una guerra sin avances.
A diferencia del asesor presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak, para quien la actual operación en Kursk trata de ser moneda de cambio en unas posibles negociaciones de paz, el jefe de la Oficina de la Presidencia de Ucrania, Andriy Yermak, se ha mostrado menos proclive a cualquier tipo de conversaciones con Moscú. Cree que «nuestra victoria significaría el restablecimiento de la integridad territorial de Ucrania».
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