Cerrojazo de Polonia, Chequia y Austria a sus fronteras ante la presión migratoria

Según el Ministerio del Interior polaco, en las últimas dos semanas, 551 personas han sido detenidas mientras trataban de cruzar la frontera de forma irregular. Se trata en su mayoría de hombres procedentes de Afganistán y Oriente Próximo, que acceden al país a través de la ruta de los Balcanes. Este trayecto es uno de los más utilizados para entrar en Europa y el año pasado se triplicaron las llegadas ilegales por esta vía.

Las cifras de los últimos días han llevado a las autoridades polacas a movilizar al ejército para reforzar los controles fronterizos. El Ejecutivo checo acordó tomar medidas similares a las de Varsovia. El primer ministro, Petr Fiala, anunció que el incremento de la vigilancia tiene como objetivo «garantizar» la seguridad de los ciudadanos de la nación. El país comunicó este martes la puesta en marcha de estas medidas a Eslovaquia, Alemania y Austria, Estados con los que comparte frontera.

Tras el anuncio por parte de los dos países, Viena comunicó que reforzará, igualmente, los controles para reducir el número de llegadas irregulares e impedir la actividad de las organizaciones de tráfico de personas.

En las últimas semanas, Eslovaquia ha registrado un aumento de las entradas ilegales a su país a través de Hungría. El Gobierno eslovaco en funciones aseguró que tomará las «medidas oportunas» y criticó las acciones anunciadas por Polonia, Austria y República Checa. «La migración necesita una solución europea en las fronteras exteriores (...). Cuando un país aumenta la vigilancia de sus fronteras, produce un efecto cascada. Todos pagaremos por ello», afirmó el primer ministro, Ludovit Odor. Por su parte, el expresidente y ganador de las recientes elecciones generales, Robert Fico, defiende una línea dura contra la migración y tiene como prioridad reforzar sus límites con el territorio húngaro.

El debate migratorio será uno de los principales puntos del encuentro de líderes europeos en Granada que arranca este jueves. Los Veintisiete confían en pactar pronto una posición común en torno a la herramienta de gestión de crisis, clave para desbloquear el Pacto de Migración y Asilo.

Pero aunque el principio de acuerdo sobrevoló la semana pasada tras el cambio de postura de Alemania, aún quedan flecos por cerrar con Italia, hasta ahora el país que ha registrado más llegadas irregulares. Polonia, Hungría y Eslovaquia también se mostraron contrarios al reglamento, que establece una serie de medidas de solidaridad ante una situación de entradas masivas en la UE. Durante el último encuentro de ministros de Exteriores en Bruselas, el representante húngaro, Péter Szijjártó, avisó de que este mecanismo «provocará un efecto llamada» y que sólo «agudizará el problema de la migración».