En el mar hay muertos de 'primera', para los que se movilizan grandes operaciones de rescate, y otros que rápidamente caen en el olvido de la opinión pública. Aunque no se trate de algo nuevo, este fenómeno ha saltado a la vista con el despliegue ... generado por la desaparición del sumergible 'Titán' con cinco personas a bordo, a las que se da por fallecidas tras localizarse el pasado jueves varios restos de la nave. La enorme cobertura mediática generada por el desastre de este submarino, con el que cuatro millonarios pretendían ver de primera mano el pecio del 'Titanic', contrasta con la indiferencia general que dejó la última tragedia migratoria en el Mediterráneo.
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Se trata del hundimiento el pasado 14 de junio en el mar Jónico a unos 80 kilómetros de la ciudad griega de Pylos, al sur del país, de un viejo pesquero zarpado desde la zona oriental de Libia con alrededor de 750 personas a bordo, de las que sólo pudo salvarse a 104. Se recuperaron 82 cadáveres, por lo que la cifra de desaparecidos superaría los 550, siendo así el segundo naufragio con mayor número de fallecidos en los últimos años en el mar Mediterráneo tras el acaecido en abril de 2015 en el Canal de Sicilia, cuando murieron unas 900 personas.
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Aunque este siniestro les ha pillado de cerca e incluso se cuestiona la respuesta dada por la Guardia Costera griega, que podría haber facilitado involuntariamente el hundimiento de la nave, la tragedia no ha tardado en abandonar las portadas de los medios de comunicación helenos y nadie cree que vaya a tener un impacto en las elecciones generales de este domingo.
El primer ministro saliente, Kyriakos Mitsotakis, líder del partido conservador Nueva Democracia, es el gran favorito para conseguir la victoria y alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento, un objetivo que estuvo a punto de lograr en los anteriores comicios, celebrados el pasado 21 de mayo. Esta nueva cita con las urnas se celebra con una ley electoral diferente que otorga una prima de 50 diputados al partido más votado, por lo que tendrá mucho más fácil formar Ejecutivo y continuar así con su 'mano dura' frente a la inmigración. «Hemos desarrollado una política justa y estricta para controlar nuestras fronteras que ha logrado que caigan un 90% las llegadas ilegales», señaló el mandatario durante la campaña electoral.
«Las historias de muertes de inmigrantes apenas afectan ya por lo general a la opinión pública. Hace unos años era distinto y primaba la solidaridad y la humanidad, pero ahora la gente está harta y reacciona con miedo a los refugiados. No creo que este último naufragio vaya a afectar a las elecciones, incluso aunque se acabe demostrando que la Guardia Costera cometió un error», asegura Nikitas Kanakis, presidente de Médicos del Mundo en Grecia. «La mayor parte de los ciudadanos no quiere afrontar el debate difícil que supone la inmigración y bastante tiene con sobrevivir al día a día con problemas como la inflación de los alimentos o la crisis energética», sostiene Kanakis, reconociendo que estos temas tienen hoy menos repercusión social de lo que querrían quienes trabajan en el ámbito de la ayuda humanitaria.
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«La política migratoria de Mitsotakis cuenta con el apoyo general de la población», confirma Triantafyllos Karatrantos, investigador de la Fundación Helénica para la Política Exterior y Europea (Eliamep). «Más allá de lamentar obviamente la pérdida de vidas humanas en tragedias como esta, la mayoría de la opinión pública griega está de acuerdo en que hay que controlar las fronteras para minimizar la inmigración ilegal», sostiene el experto.
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Darío Menor
En esta posición pesa la experiencia de los años pasados con la vecina Turquía, que ha utilizado los flujos de refugiados para presionar a Grecia y al resto de países de la Unión Europea. Incluso alrededor de la mitad de los votantes de Syriza, el partido izquierdista liderado por el exprimer ministro Alexis Tsipras, considera que hay que controlar las fronteras y no hacer regulaciones que faciliten la llegada de irregulares, subraya Karatrantos.
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El fuerte apoyo popular del que goza su política migratoria hace que Mitsotakis ni se inmute frente a las críticas habituales que recibe de las ONG. «En los últimos años ha habido un empeoramiento en las condiciones de asilo, reduciéndose drásticamente en los centros la libertad de movimiento», denuncia Adriana Tidona, de Amnistía Internacional. «Los campos de acogida son ahora cerrados y están localizados en zonas remotas, lo que ha sacado a los migrantes de la visibilidad pública. Grecia, además, tiene un largo historial de prácticas abusivas y violentas de devoluciones forzadas de migrantes por tierra y por mar. Hemos pedido a la UE que le abra a Atenas un procedimiento de infracción, pero no se ha hecho nada».
También ha levantado la voz contra la 'mano dura' de Mitsotakis y los posibles errores en que habría incurrido la Guardia Costera helena en este último naufragio Tima Kurdi, la tía de Alan Kurdi, el niño sirio que apareció ahogado en una playa turca en 2015 y cuya imagen sacudió las conciencias europeas. «Construir muros no es una solución. Retener a las naves para salvar vidas tampoco es la solución», señaló Kurdi en un llamamiento que exige una investigación independiente sobre el naufragio frente a Pylos. 180 organizaciones de la sociedad civil se han unido a esta petición que invita a la UE a cambiar su política migratoria.
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