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El presidente francés, Emmanuel Macron, trató este lunes de pasar la página de la impopular reforma de las pensiones con un discurso a la nación en hora de máxima audiencia. El mandatario se marcó un plazo de cien días para calmar los ánimos en el ... país y relanzar su presidencia tras tres meses de crisis política y social. En su intervención reconoció que el proyecto, que eleva la edad de jubilación de los 62 años actuales a 64 de manera progresiva, no ha sido aceptado por la mayoría de sus compatriotas, lo que lamentó. Pero insistió en que era necesario «para garantizar la jubilación de todos y para producir más riqueza».
Macron aseguró que ha escuchado «la ira» de los franceses pese a que los sindicatos y la izquierda le acusan de no atender a las protestas. «Nadie, y yo menos que nadie, puede permanecer sordo a esta reivindicación de justicia social y de renovación de nuestra vida democrática», dijo en un discurso previamente grabado. Aunque no hizo grandes anuncios, el presidente trató de fijar las grandes orientaciones de su Gobierno para los próximos meses y, en ese sentido, compartió que el trabajo, la justicia y el orden republicano y el progreso para vivir mejor serán sus prioridades.
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«Nos hacen falta menos leyes, menos burocracia, más libertad de acción, de experimentación, de poder, de iniciativa a escala de nuestras vidas», dijo el mandatario, quien anunció, entre otras cosas, «un nuevo pacto de la vida en el trabajo». A pesar de la crisis política y social que vive el país, Macron no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados. «Tenemos delante de nosotros cien días de apaciguamiento, de unidad, de ambición y de acción al servicio de Francia», defendió el presidente, que dio cita a los galos para el próximo 14 de julio, día de la fiesta nacional, para hacer «un primer balance».
Como se esperaba, no hubo referencia alguna a un relevo de Élisabeth Borne como primera ministra. En Francia, los dirigentes suelen cambiar a quien ocupa este puesto cuando hay una crisis política. Pero a Macron no le gusta actuar bajo presión. Borne lleva en el cargo desde mayo de 2022.
La oposición cargó contra el discurso. «Completamente fuera de la realidad, asume el robo de dos años de libertad», denunció el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon. La ultraderechista Marine Le Pen consideró que, al no anunciar la retirada de la reforma de las pensiones, el mandatario «ha elegido de nuevo dar la espalda -a los franceses- e ignorar sus sufrimientos». «Aquellos que han boicoteado -la intervención de Macron- tenían razón: no se han perdido nada», opinaron desde el partido de Europa Ecología Los Verdes (EELV).
A las ocho de la tarde, hora a la que las principales cadenas de televisión retransmitían el discurso, sonaron las cacerolas en toda Francia en protesta por la promulgación de madrugada -del pasado viernes al sábado- de la ley de la reforma de las pensiones, que entrará en vigor el próximo 1 de septiembre. La organización Attac France había invitado a los ciudadanos a hacer «un concierto» con estos 'instrumentos' delante de los ayuntamientos y en las calles. La prefectura de Policía de Bocas del Ródano prohibió estas acciones frente al edificio consistorial de Marsella «debido al riesgo probado de altercados del orden público». En Dijon también se impuso una veto similar.
La intersindical lamentó tras escuchar las palabras de Macron que el presidente no haya comprendido la ira de los franceses y que se obstine en mantener su impopular reforma. «¿En qué planeta vive Emmanuel Macron? Este discurso podría haberse hecho por ChatGPT», reaccionó Sophie Binet, la nueva secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT). Las centrales no dan su brazo a torcer y preparan «una movilización masiva» contra el proyecto el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo. Hasta entonces prevén varias acciones puntuales en distintos sectores. Por ejemplo, los sindicatos de los trabajadores de la SNCF -el servicio de tren- han prometido una jornada de «ira ferroviaria».
Macron había invitado este martes a la intersindical al Palacio del Elíseo, pero sus líderes rechazaron la propuesta, y finalmente se reunirá en su lugar con las organizaciones patronales. El presidente promulgó el sábado la reforma de las pensiones, sólo unas horas después de que el Consejo Constitucional avalara el contenido esencial del polémico proyecto. Previamente, el texto había sido aprobado en el Parlamento, sin el voto de la Asamblea Nacional, la Cámara Baja.
El próximo 3 de mayo, el Consejo Constitucional se pronunciará sobre un segundo proyecto de referéndum de iniciativa compartida (RIP, por sus siglas en francés) solicitado por la izquierda. Sus senadores quieren obligar al Gobierno francés a realizar una consulta popular sobre la reforma de las pensiones. Este órgano ya rechazó el pasado viernes, el mismo día en que se pronunció sobre el proyecto, una primera petición.
Casi dos de cada tres franceses son partidarios de seguir con las protestas contra la reforma de las pensiones, promulgada el pasado fin de semana por el presidente, Emmanuel Macron, y a la que se opone una amplia mayoría de los ciudadanos, según un nuevo sondeo publicado este lunes. La encuesta, elaborada por la firma Elabe y divulgada por BFMTV, sitúa en el 64% la proporción de quienes quieren que continúen las movilizaciones. Un 45% de las 1.003 personas entrevistadas va más allá y apuesta por que se endurezcan.
Los sindicatos han convocado desde enero doce jornadas oficiales de huelgas, aunque la tensión en las calles de Francia ha sido prácticamente constante. Por ahora, sólo un 35% de los ciudadanos cree que ya es hora de que concluyan los paros, que han hecho mella en la imagen de los políticos.
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