Macron apuesta por un nuevo Gobierno de perfil más político

Algunos pesos pesados del Gobierno galo continúan en los mismos puestos, como es el caso de Gérald Darmanin (Interior), Bruno Le Maire (Economía) y Éric Dupond-Moretti (Justicia), anunció el Palacio del Elíseo en un comunicado. También se mantiene Oliver Véran, portavoz del Ejecutivo; Catherine Colonna, ministra de Exteriores; y Laurence Boone, responsable para Europa, entre otros.

Salen del gabinete Pap Ndiaye, ministro de Educación, y François Braun, titular de Sanidad. También se marcha Marlène Schiappa, secretaria de Estado para la Economía Social y Solidaria. Schiappa, que fue muy criticada por posar en abril para la revista 'Playboy' con vestidos ajustados, había quedado muy debilitada por su mala gestión de los fondos Marianne contra la radicalización islamista.

Gabriel Attal, exportavoz del Gobierno y viceministro de Cuentas Públicas desde 2022, asume Educación, una de las carteras con más peso en Francia. Seis años después de ser elegido diputado, se convierte a los 34 años en el titular de Educación más joven de la historia de la Quinta República. Premiado por su fidelidad a Macron, sustituye a Ndiaye, el único ministro negro. Este prestigioso historiador, experto en estudios de la raza negra, tenía un perfil poco político y no terminó de cuajar en el cargo.

Entran también en el Ejecutivo Aurore Bergé, jefa del grupo de diputados de Renacimiento, el partido de Macron. Muy cercana al presidente, será la nueva titular de Solidaridades. También se incorpora Aurélien Rousseau, exdirector de gabinete de Borne, que asume la cartera de Sanidad.

Sobre el papel, el Ejecutivo respeta la paridad. De sus 40 miembros, 20 son hombres y 20 mujeres, sin contar a Borne. Pero el reparto de cargos no es igualitario. Hay más hombres ministros y viceministros mientras las mujeres copan las secretarías de Estado.

Desde que Macron llegó al poder en mayo de 2017 ha tenido tres primeros ministros: Édouard Philippe, Jean Castex y Élisabeth Borne. Los dos primeros procedentes de la derecha y Borne de la izquierda. El presidente ha vuelto a apostar por Borne a pesar de que ésta no tiene el apoyo de la opinión pública. El 56% de los franceses cree que es una mala jefa de Gobierno, según un sondeo de Elabe para BFMTV. Asimismo, el 77% considera que se limita a aplicar las decisiones del jefe del Elíseo y es descrita por el 66% como autoritaria.

Macron tiene previsto dirigirse a los franceses en los próximos días para tratar de pasar página definitivamente sobre la reforma de las pensiones y los disturbios. También quiere marcar la pauta de cara al inicio del nuevo curso político en septiembre.