Macron aboga por responder a los disturbios con mano dura

«Nuestro país necesita un regreso de la autoridad a todos los niveles y ante todo en la familia», dijo Macron en una entrevista de televisión concedida durante su visita a Nueva Caledonia, a más de 16.000 kilómetros de distancia del Palacio Elíseo. «La primera lección (de los disturbios) es que el orden debe prevalecer. No hay libertad sin orden», añadió el jefe de Estado. Macron también habló de «la autoridad parental», «la de la escuela, la autoridad de los cargos electos y la autoridad de nuestras fuerzas de seguridad».

El presidente galo felicitó al ministro del Interior, Gérald Darmanin, y a los policías, gendarmes y bomberos por el trabajo realizado para que la calma regresara al país tras cuatro días de altercados por el fallecimiento de Nahel. El mandatario recordó que el Gobierno movilizó entonces a 45.000 agentes, hubo unos 4.000 detenidos en todo el país y una actuación rápida de la justicia para condenar a los alborotadores.

Macron quiere presentar ahora a Renacimiento, su formación, como el partido del orden. Sin embargo, Éric Ciotti, presidente del partido conservador Los Republicanos, pidió al jefe del Elíseo que se dejara de tantas palabras. «Los franceses exigen actos», insistió Ciotti, después de que las escenas de violencia urbana dieran la vuelta al mundo.

El ultraderechista Jordan Bardella, mano derecha de Marine Le Pen, ve, por su parte, al jefe del Estado galo como «un presidente impotente a la hora de proteger a los franceses ante la inflación y los desórdenes y de hacer valer nuestros intereses en Europa y desorientado ante los disturbios, cuyo origen no ha comprendido».

La izquierda francesa, paralelamente, criticó la insistencia del mandatario en la palabra orden. «Un presidente que se reivindica del arco republicano hubiera preferido las palabras: libertad, igualdad y fraternidad», opinó el senador socialista Rémi Cardon.

De cara al inicio del nuevo curso político, Macron se mostró confiado en poder sacar adelante la nueva ley de inmigración con ayuda de «la oposición constructiva». El presidente quiere luchar contra la llegada de indocumentados e integrar mejor a los que ya viven y trabajan en Francia.

En su entrevista, también habló sobre la polémica suscitada en Francia después de que Frédéric Veaux, director general de la Policía Nacional (DGPN), abogara por la puesta en libertad de un policía de Marsella. Este agente se encuentra en prisión preventiva acusado de «violencia en grupo» por haber dado presuntamente hace un mes, junto a otros policías, una paliza a un joven de 22 años durante los disturbiosen esa ciudad. Otros tres efectivos, también acusados en este caso, se encuentran bajo control judicial.

Los partidos de izquierdas y el sindicato de magistrados criticaron las declaraciones del director general de la policía nacional y defendieron la independencia de la justicia. Macron dijo que entendía «la emoción» de los policías por la detención de uno de sus colegas, pero recordó que «nadie está por encima de la ley».