Londres aloja en una barcaza a los solicitantes de asilo

Esta embarcación con forma de bloque de pisos y 222 camarotes será su hogar durante al menos dieciocho meses. Quedó anclada en el sur de Inglaterra escasas horas después de que el Ejecutivo de Londres sacara adelante su polémica ley de migración irregular, que permitirá detener y expulsar a cualquier persona que llegue a Gran Bretaña por rutas ilegales.

El 'Bibby Stockholm' posibilitará además reducir los costes de alojamiento en hoteles de las 51.000 personas que debe afrontar la administración para acoger a los inmigrantes mientras se estudia su petición de protección internacional. Según los números hechos públicos por el gabinete del primer ministro, actualmente se gastan casi siete millones de euros debido al gran retraso que se acumula en la resolución de los casos y al fuerte repunte de llegadas a las costas el pasado año.

Downing Street defiende que este «alojamiento» es más barato, aunque este intento de aliviar la presión del sistema de asilo ha generado de inmediato grandes protestas de grupos de derechos humanos, que estiman que los migrantes recibirán un trato «inhumano». Londres garantiza que contarán con asistencia médica y catering en todo momento. Además, para asegurarse de que no pisan suelo británico, un autobús los llevará desde los puntos de entrega locales hasta el propio barco.

También ha atraído críticas desde la oposición e incluso desde el propio partido del primer ministro. Entre ellos, Richard Drax, diputado conservador por la región Dorset Sur, ha descrito como «cuasiprisión» el nuevo proyecto del Ejecutivo. Además, el político tory cuestiona el comportamiento de los migrantes cuando desembarquen.

La controvertida ley contra la inmigración ilegal, que restringe drásticamente el derecho al asilo, ya fue criticada por la ONU, que advirtió que va en contra del derecho internacional sobre personas refugiadas.

Asimismo los habitantes de Portland han expresado su malestar al considerar que la llegada de cientos de personas a la isla desbordará los servicios locales. El Ayuntamiento, que va a recibir unos 2,5 millones de euros, según la BBC, no las tiene todas consigo. La alcaldesa, Carralyn Parejas, afirma que es un plan «horrible» y cuestiona la capacidad de las infraestructuras locales de sanidad y seguridad. Desde el Gobierno se garantiza que los inmigrantes estarán bajo control «a bordo las veinticuatro horas y los siete días de la semana para minimizar la interrupción de las comunidades locales».

Esta medida controvertida ya fue adoptada hace dos décadas por Países Bajos con la utilización del 'Bibby Stockholm' con el mismo propósito. Sin embargo, una investigación reveló la existencia en la barcaza de violencia, explotación sexual y pésimas condiciones sanitarias. El Ejecutivo de Amsterdam terminó por desmantelar la infraestructura.

Ahora este proyecto constituye el más cuestionable de la era Brexit por el simbolismo que tuvo la inmigración durante la campaña del histórico referéndum de 2016, cuando los euroescépticos repitieron cual mantra la importancia de recuperar «el control de las fronteras».