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Axel Rudakubana, de 18 años, ha sido condenado por el juez Julian Nicholas Goose a cadena perpetua, con un mínimo de 52 años de reclusión, en el desenlace de una vista judicial en un tribunal de Liverpool en la que estaban presentes familiares de las ... tres niñas a las que acuchilló cuando participaban, el 29 de julio, en una clase de danza en la ciudad de Southport.
La vista, que fue en parte emitida por televisión por la BBC, tuvo que ser interrumpida en dos ocasiones porque el joven asesino, que se declaró culpable de los tres crímenes en una sesión previa, reclamó a gritos que fuese atendido por personal sanitario porque estaba enfermo. Su conducta agudizó el sufrimiento de familiares de las fallecidas y de otros diez heridos, niños y adultos.
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La sentencia no tiene precedentes. La única comparable es la que se dictó contra Hashem Abedi, que tendrá que permanecer 55 años en custodia por colaborar cuando tenía 22 años con su hermano, Salman, que mató a 22 personas e hirió a cientos en mayo de 2017, explotando una bomba que llevaba en su mochila en los accesos al Manchester Arena, donde Ariana Grande terminaba su concierto.
El juez Goose dio por hechos probados que, a diferencia del caso de Mánchester, Rudakubana no ha mostrado una ideología religiosa o política para justificar su crimen. Pero el hallazgo de ricino tóxico en su casa y de un manual de Al Qaeda, eran signos de que planeaba matar al mayor número de personas. Consideró que el impacto que tuvo su crimen es equivalente al terrorismo.
Stan Keiz, abogado encargado de la defensa, fue breve en la exposición de sus argumentos. Afirmó que la personalidad de su defendido cambió cuando tenía 13 años. Fue excluido de la escuela por su conducta. Llevó un cuchillo al centro alegando que había sido víctima de maltrato por otros alumnos. Llamó a una línea telefónica de ayuda a niños preguntando cómo podía matar a alguien.
La confesión de culpabilidad no mitiga las circunstancias. Persiguió a las niñas, las acuchilló múltiples veces. Había leído un anuncio sobre la clase de danza. Cuando los policías le llevaban al calabozo tras causar tal catástrofe, les dijo: «Está bien que esas niñas estén muertas. Estoy tan satisfecho, tan feliz. No me importa, me siento neutral. Es tan bueno que esas niñas estén muertas. De 6 años. Tan feliz».
La madre de una víctima le llamó 'cobarde' durante la vista. El diputado laborista de Southport afirmó que la sentencia no es suficiente y que va a pedir al Abogado General del Estado que la revise. Grupos agresivos se concentraron en el entorno del tribunal para esperar que salieran las furgonetas policiales que le llevarían al centro de reclusión. La Policía se desplegó para evitar incidentes.
El primer ministro, Keir Starmer, ha anunciado que se organizará una investigación pública. Trataría de identificar por qué el sistema de vigilancia a personas peligrosas y de asistencia social no detuvo al autor del crimen. Fiscales y policías son criticados por no haber dado información sobre el asesino.
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