¡Pues claro que mataron a Prigozhin!
Juanjo Sánchez Arreseigor
Historiador
Jueves, 24 de agosto 2023, 21:55
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Juanjo Sánchez Arreseigor
Historiador
Jueves, 24 de agosto 2023, 21:55
Para sorpresa de casi nadie en esta crónica de una muerte muy anunciada, el oligarca ruso Evgeni Prigozhin ha fallecido dos meses exactos después (ya es mucha casualidad) de su fallido amotinamiento contra el Gobierno ruso. Ni se ha caído por una ventana ni ha ... degustado té con polonio, como algunos profetizaban. Ha bastado con destruir su avión, porque nadie en su sano juicio va a creerse que ha sido un accidente. Además, a Putin le interesa que se sepa, aunque no se pueda probar. ¡Así le queda per-fec-to!
El único detalle sorprendente del atentado es que haya tenido lugar en la propia Rusia, cuando la víctima viajaba de Moscú a San Petersburgo. Cierto que no volaba en un avión de línea sino en su jet privado, acompañado de varios altos mandos del grupo Wagner, y que tendría un equipo de seguridad para vigilar el avión, pero era tontería creer que eso sería suficiente para protegerle de un sabotaje… o incluso de un misil.
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Óscar B. de Otálora
Lo cierto es que Prigozhin nunca mostró ser sujeto de muchas luces. Denunciar públicamente la situación real del frente ya era una ruptura imperdonable de la Omertá mafiosa vigente bajo Putin. Amotinarse, avanzar luchando hacia Moscú y encima el dejarlo a medias, era ponerse la soga al cuello. Da igual qué componenda hubiera negociado con el dictador bielorruso Lukashenko. Putin no podía dejarle con vida. Su opción menos mala era escapar de Rusia y desaparecer hasta que Putin muriera o cayese.
Pero ya hemos dicho que el difunto era persona de escasas luces. Un delincuente de poca monta que en el caos reinante bajo Yeltsin pudo apoderarse de un supermercado y luego ir ampliando el negocio hasta conseguir jugosos contratos en catering para colegios, o el ejército, gracias al padrinazgo arbitrario de Putin, quien le otorgó trabajos en temas de los que no sabía nada, como equipos de trolls de internet y una empresa de mercenarios. Nada lo ganó; todo lo robó o le fue dado.
Se ha especulado que el contemplar las atrocidades de la guerra le perturbó, lo que explicaría su rabia y sus denuncias, pero las clases dirigentes rusas siempre se han caracterizado por despreciar las vidas de la plebe. Incluso bajo el comunismo, las unidades militares eran tratadas como consumibles. Un regimiento, brigada, división, etc, atacaba y atacaba y atacaba hasta que se desintegraba por las bajas, y entonces otra unidad equivalente tomaba su lugar. Puede que a Prigozhin le irritase pensar que por envidias le racaneasen los suministros, pero es inverosímil que le importasen los presidiarios reclutados como carne de cañón.
Prigozhin ha muerto el mismo día que se confirma el cese del general Surovikin y la ofensiva ucraniana consigue su primer éxito tangible con la toma de Robotyne. Era un sujeto muy mediático, pero de escasa trascendencia real. El grupo Wagner será absorbido por otras empresas mercenarias. La guerra continuará y las posibilidades de victoria de Putin no han mejorado.
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