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M. Pérez
Miércoles, 28 de junio 2023
El servicio de seguridad de Rusia (FSB) investiga si el líder del Grupo Wagner, Evgueni Prigozhin, planeó secuestrar al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, como motivo principal de su rebelión frustrada. Las filtraciones sobre la operación y ... el análisis de los movimientos del jefe mercenario, que terminó aceptando la orden de replegarse cuando su columna de 8.000 combatientes estaba a doscientos kilómetros de Moscú, apuntan a que el objetivo era la captura de los dos máximos cargos militares del Kremlin cuando se encontraran de inspección de las tropas estacionadas junto a la frontera de Ucrania.
El Gobierno intenta delimitar si Prigozhin, como cada vez resulta más tangible, inició la rebelión el viernes pasado bajo el convencimiento de que tendría el apoyo de una «parte importante» de la jerarquía castrense e incluso de oligarcas contrarios a la estrategia del presidente, Vladímir Putin. Las informaciones del espionaje ruso y estadounidense coinciden en que había comunicado sus planes a varios altos mandos. Miembros de la Administración de EE UU han expresado a 'The New York Times' su certidumbre de que el jefe mercenario no se habría lanzado en solitario a una rebelión contra Moscú. Ningún analista se imagina cómo Prigozhin, un veterano en combate, pudo pensar que llegaría a buen puerto una revuelta con sólo 8.000 hombres enfrentados a las fuerzas armadas rusas.
De hecho, el general Serguéi Surovikin, apodado el 'carnicero de Siria' o 'general Armagedón' por su extraordinaria brutalidad, ha sido ya detenido por haberse colocado al lado del rebelde. El veterano militar estaba desaparecido desde el lunes y ni siquiera sus familiares habían podido contactar con él. En la noche del miércoles trascendió que estaba en manos de las fuerzas de seguridad. Tampoco se sabe el paradero de sus escoltas.
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Aparte de concretar que conocía los planes de Prigozhin -ambos trabaron amistad durante la guerra de Siria-, las fuerzas de seguridad tienen interés en averiguar hasta qué grado ayudó al motín. El sábado, Surovikin grabó un vídeo donde pedía al jefe paramilitar que diera por terminada su rebelión, pero se consolida la hipótesis de que lo hizo forzado por las circunstancias.
El bloguero Vladímir Romanov, especialista en temas militares, fue el primero que adelantó la noticia de la detención. El periódico 'Moscow Times' confirmó poco después los hechos. El Ministerio de Defensa se mantuvo en silencio durante las primeras horas. De lo que no cabe duda es de que la implicación de Surovikin supone un duro varapalo para Putin, cuya posición ya se había debilitado con el mismísimo desafío del Grupo Wagner. Es demostrativo de que tiene al 'enemigo' dentro de su propia casa, en la estructura del ejército. Ahora se anuncia una posible purga. Por si fuera poco, Putin condecoró en diciembre al 'carnicero de Siria', un héroe nacional que hasta su arresto ejercía como vicecomandante de operaciones en Ucrania codo con codo con el ministro de Defensa.
36
horas antes del motín ya se había enterado el servicio de seguridad ruso del plan.
A Prigozhin le falló el secretismo. Los servicios de Inteligencia se han beneficiado de filtraciones internas en su compañía privada. Los satélites habían descubierto una inusual concentración de miembros de Wagner fuera de sus bases y muy cerca de la frontera. Estados Unidos interceptó sus comunicaciones. Y por si todo esto fuera insuficiente, se sabía que en los últimos días había acumulado municiones, armas, tanques, sistemas de defensa aérea -que habría utilizado para derribar a la media docena de helicópteros de combate que se cruzaron en su camino hacia Rostov- y combustible sin una razón aparente.
El comandante de la Guardia Nacional, Víctor Zolotov, explicó este miércoles que el Kremlin estaba al corriente de las maniobras del líder rebelde al menos 36 horas antes de que se pusiera en marcha. La CIA también alertó con dos días de ventaja a la Casa Blanca y el Departamento de Defensa del probable estallido insurgente. Según Zolotov, las «filtraciones de información» procedieron del «campamento de Prigozhin» y resultaron «bastante específicas», ya que emplazaban la revuelta entre los días 22 y 25 de este mes. El general sospecha que el jefe paramilitar pudo ser «instigado» por Occidente «o tal vez sus ambiciones se apoderaron de él».
Con Shoigú y Gerasimov mantiene un enfrentamiento secular desde hace meses. Prigozhin se propuso secuestrarles aprovechando un viaje de inspección a los batallones rusos destinados en el sur de Ucrania. Sin embargo, el plan se frustró porque el ministro de Defensa y su 'número dos' modificaron la visita tras ser advertidos por los servicios de seguridad, informaba este miércoles 'The Wall Street Journal' en exclusiva. Esta circunstancia precipitó que Prigozhin acelerase sus movimientos, confiado en sus apoyos en la estructura de Defensa.
El propio jefe mercenario se jactó el sábado en Rostov de haber puesto en fuga al ministro y al máximo jefe militar, pero sin ofrecer otros detalles. Shoigú y Gerasimov visitaron a las tropas este lunes pasado.
El intento de secuestro confirmaría que el objetivo de Prigozhin consistía en vengarse de una cúpula militar a cuya ineficacia ha atribuido todos los errores de la invasión y culpado por la muerte de miles de sus mercenarios. Recientemente el veterano líder se grabó rodeado de cadáveres de paramilitares y prometió que haría justicia. El ministro ha respondido en ocasiones hostigando a los mercenarios, a quienes hizo sufrir en la toma de Bajmut por la falta de municiones.
Nada se sabe de Prigozhin desde que el presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko, anunció el martes que ya está en Minsk para cumplir su exilio pactado con el Kremlin. Según algunas fuentes, permanece prácticamente encerrado en un alojamiento fuertemente seguro y sin ventanas ante el temor de ser asesinado.
Mientras tanto, el Gobierno no ha desaprovechado el tiempo con su compañía. Se ha hecho con gran parte del material bélico y parece dispuesto a asumir el control de un vasto negocio que mueve ingentes cantidades de dinero en África y Oriente. El Kremlin ha comunicado a los gobiernos de Mali y la República Centroafricana que sus servicios de seguridad con Wagner seguirán inalterables, pero sin la dirección de Prigozhin. Según 'The Wall Street Journal', el viceministro de Relaciones Exteriores voló también a Damasco para comunicar al presidente sirio, Bashar al-Assad, que la empresa ya no operará de forma independiente.
Las autoridades rusas rechazaron ayer cualquier posibilidad de que Evgueni Prigozhin sea extraditado a Estados Unidos, como deseó el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller. Éste señaló que a Washington le gustaría verle en los tribunales de su país para responder por los «crímenes de los que se le acusa» tanto en Ucrania como en África, donde también opera el Grupo Wagner. «Cualquier ciudadano ruso tiene derecho a contar con la asistencia de Rusia para protegerlo de intentos legales de llevarlo a responsabilidad penal en el extranjero», explicó la portavoz del Ministerio de Exteriores, Maria Zajarova. También recalcó que el Gobierno resolverá la crisis derivada de la rebelión de Prigozhin «sin comentarios externos. Los que querían expresar su apoyo, lo expresaron; los que querían ayudar, ayudaron. Todo esto lo recordaremos, y no lo olvidaremos».
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