Michelle O'Neill, nueva ministra principal del Ejecutivo compartido en Irlanda del Norte, nació hace 47 años en Fermoy, un bello pueblo del condado de Cork, en el suroeste de la isla de Irlanda. A los cuatro años, su familia se trasladó a Dunganon, la ... capital de la dinastía de los O'Neill, en el centro de la geografía de la vieja provincia de Ulster.
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En 1982, cuando la familia se estableció en Irlanda del Norte, la región era sacudida por la violencia sectaria que había estallado en la década anterior. Clonoe, el pueblito en el que creció y donde aún tiene vivienda, es nombrado en la historia de los 'Troubles' -el conflicto que se extendió de 1969 a 1998- por ser uno de los escenarios de emboscadas mortales del ejército británico a células del IRA, en el este del condado de Tyrone.
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Su padre, Brendan Doris, cumplió una pena de cárcel como miembro del IRA. Dos primos murieron por disparos de las fuerzas especiales del ejército británico. La mujer que representa hoy a una Irlanda del Norte que necesita asentar una gobernación compartida por católicos y protestantes ha afirmado que «la guerra vino a Irlanda y en aquel momento no había alternativa».
Crecer en ese ambiente de sufrimientos y políticamente obtuso, le lleva a justificar la estrategia del IRA, que mató a más personas que ningún otro grupo armado -incluyendo al ejército británico y a la Policía regional- y atrajo sobre las comunidades católicas y republicanas más brutal violencia y represión. Es el lastre que pesará sobre O'Neill en su labor gubernamental.
Su trayectoria en la política comenzó en la vida municipal y como asistente de diputados autonómicos del Sinn Féin. Su padre fue concejal del Ayuntamiento de Dunganon, una ciudad de unos 50.000 habitantes, en su mayoría católicos y nacionalistas, y Michelle heredó su posición. Ejerció como alcaldesa antes de que el partido la promoviese en la Asamblea de Belfast a consejera de Agricultura y Desarrollo Rural.
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Su avance en el grupo parlamentario en Stormont se debe a Martin McGuinness, reconocido líder del IRA, que encarnó el espíritu del Acuerdo de Viernes Santo, compartiendo la gobernación con el fundador del Partido Unionista Democrático, Ian Paisley, o saludando formalmente a la reina Isabel II, que también le tendió la mano, en una de sus visitas a Irlanda del Norte.
O'Neill se convirtió en viceministra principal tras el fallecimiento de McGuinness. Una estampa significativa de su personalidad es el esfuerzo que hizo para atravesar los bancos de la Iglesia y dar la mano a Arlene Foster, y agradecerle su presencia en el funeral de McGuinness. Foster, líder del Partido Democrático Unionista (DUP) y primera mujer ministra principal, había sufrido los estragos del IRA. O'Neill quiso asegurar su genuina presencia en el pacto de paz.
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Líder de un partido republicano, ha asistido a los funerales de la reina Isabel II y a la coronación de Carlos III. Medios británicos e irlandeses afirmaron que, en la gira que el nuevo monarca emprendió tras el fallecimiento de su madre, tuvo en su parada norirlandesa un encuentro más relajado con O'Neill y Alex Maskey, exmiembro del IRA y expresidente de la Asamblea de Belfast, que con el jefe del unionismo probritánico, sir Jeffrey Donaldson.
Michelle O'Neill encarna el nuevo Sinn Féin, liderado por dos mujeres (ella en el norte y Mary Lou McDonald como jefa nacional con base en Dublín) que han logrado más representación electoral que en el pasado. Particularmente en la república del sur, las campañas encabezadas por los dirigentes del Sinn Féin-IRA, Gerry Adams y McGuinness, se estancaban con resultados insatisfactorios.
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La experiencia de su embarazo adolescente le hizo más fuerte, explicaba O'Neill en una entrevista publicada en el 'Belfast Telegraph'. «Yo sé lo que ocurre en circunstancias difíciles. Sé lo que significa luchar, ir a la escuela y tener un bebé en casa, mientras estudias para tus exámenes», decía. Y en otras declaraciones, estas a la BBC, recordaba la crueldad en el colegio católico al que acudía, con la excepción de una profesora.
Fue madre con 16 años y hoy es ya abuela. Tuvo dos hijos con el hombre que le dio su apellido actual y del que se separó. Es admirable su energía para superar las circunstancias difíciles de su vida. Francis Molloy, veterano del Sinn Féin que la promovió en Dungannon, afirmaba al 'Telegraph': «Causó una muy buena impresión en el Ayuntamiento. Podía retirarme y ver con orgullo qué confianza había adquirido. No es una persona que improvisa. Escucha y observa».
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Por primera vez en la historia de la autonomía, un alto cargo del Sinn Féin va a ser transportado y protegido por miembros de la Policía regional. Hasta ahora, siempre habían utilizado sus propios conductores, porque, aunque gobernantes del país, desconfiaban del cuerpo policial. O'Neill ha sido vista en coche con escoltas, en otro signo de normalización.
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