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Los grandes corporaciones alemanas han advertido este jueves contra todo bandazo político hacia la ultraderecha en las elecciones legislativas adelantadas del próximo 23 de febrero. Han enviado una alerta a la Unión Cristianodemócrata (CDU) y sus hermanos bávaros de la Unión Socialcristiana (CDU/CSU) contra ... toda colaboración con la populista Alternativa para Alemania (AfD). «Defendemos los valores» es el título de la iniciativa presentada, entre otros, por los jefes del Deutsche Bank, el grupo Siemens y el consorcio Mercedes Benz en el que critican toda tendencia hacia el nacionalismo y la xenofobia y a la que se han sumado unas 40 grandes empresas y organizaciones económicas.
«Sin una democracia estable no habrá bienestar ni crecimiento. Estamos ante unas elecciones importantes que no deben convertirse en unos comicios de protesta», ha afirmado el presidente de Siemens, Roland Busch, quien comenta que todo desplazamiento del espectro político hacia los extremos puede conducir a la erosión de la diversidad, el aperturismo y la tolerancia. Los 40 altos representantes de la industria germana habían presentado ya su iniciativa con motivo de las elecciones europeas del pasado año para defender la idea de un continente unido e insisten ahora en ella ante el auge de la ultraderecha.
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«Avanzar con la economía no significa retroceder con los valores», destaca a su vez Ola Kallänius, líder de Mercedes Benz, mientras Christian Sewing, jefe del Deutsche Bank, expresa la preocupación de las grandes empresas alemanas por daños posibles a la democracia, después de que los partidos de la Unión se apoyaran en los votos de la AfD en el Bundestag para imponer una moción parlamentaria y un proyecto de ley destinados a endurecer la política contra la migración ilegal en el país. Si bien esperan que el líder conservador, Friedrich Merz, cumpla su palabra y en el futuro rechace pactar de manera alguna con Alternativa para Alemania.
«Que el señor Merz y CDU/CSU hayan rechazado colaborar con AfD es una promesa clara. Confiamos en ello y lo consideramos correcto», dijo Busch. Los tres líderes empresariales subrayaron que el tema de la migración es tan importante y complejo que es necesario para su resolución que todos los partidos de centro tiren de la misma cuerda. Alemania necesita cada año 400.000 nuevos trabajadores y especialistas, pero la inmigración para cubrir esas vacantes debe ser selectiva y centrarse en conseguir los mejores cerebros en el extranjero, pone de manifiesto Kallänius.
Las grandes corporaciones alemanas esperan además del gobierno que salga elegido en las urnas una rebaja de los impuestos empresariales, una abaratamiento de la energía, mayores inversiones en infraestructuras y educación y menos regulación y burocracia. Sewing asegura que la ventana para las reformas está abierta en Bruselas bajo la nueva Comisión Europea de par en par y que el futuro ejecutivo germano debe apoyar esos esfuerzos. Igualmente demandan del próximo ministro de Economía decisiones que hagan Alemania de nuevo atractiva y exigen que este país retorne cuanto antes «a la vía del crecimiento».
Las advertencias a los conservadores contra todo coqueteo con la ultraderecha por parte del alto empresariado germano coinciden con las críticas a sus correligionarios de la excanciller Angela Merkel, quien anoche volvió a desestimar los planes de CDU/CSU para controlar las fronteras alemanas y rechazar en las mismas a todo sospechoso de ser un migrante ilegal. El problema no se encuentra «en las fronteras de Alemania, sino en las fronteras exteriores de la Unión Europea y en las negociaciones con los países de origen» de esos migrantes, sostuvo Merkel en un acto organizado por el semanario Die Zeit.
La ex jefa del Ejecutivo rechazó además las críticas contra su persona de Merz por la política para refugiados desarrollada en Alemania desde 2015, cuando se produjo la gran avalancha a través de la ruta de los Balcanes. «Considero que la política de refugiados de los últimos 10 años no ha sido equivocada, aunque admito que no hemos acabado nuestro trabajo y queda aún mucho por hacer», señaló la antigua presidenta de la CDU. La mujer que gobernó Alemania durante más de 16 años criticó además de nuevo al actual líder conservador por buscar la semana pasada el apoyo de la ultraderecha a sus iniciativas parlamentarias.
Entonces el resultado del planteamiento del grupo parlamentario de CDU/CSU condujo a «una cierta polarización, una agitación». Ahora hay que encontrar una situación en la que vuelvan a ser posibles los compromisos más adelante, subrayó la excanciller, quien confesó que «mentiría si no dijera que estoy algo preocupada por la capacidad de los partidos democráticos para comprometerse y trabajar juntos», tras la decisión de los conservadores de renunciar en el Bundestag al consenso con las demás fuerzas democráticas y apostar por el respaldo de AfD.
Entre tanto, el canciller federal y candidato a la reelección de los socialdemócratas alemanes, Olaf Scholz, ha ofrecido a la oposición conservadora consensuar y aprobar una nueva legislación contra la migración ilegal antes de la celebración de las elecciones. «Tiendo la mano para buscar soluciones conjuntas», señaló Scholz en el rotativo Kölner Stadt Anzeiger, en el que subrayó que «todo acuerdo debe ser jurídicamente viable y decidido desde el centro democrático». El jefe del Gobierno germano dijo entender además las críticas contra Merz por tratar de legislar con el respaldo de la ultraderecha. Quien comete una «violación tan grave de un tabú» no puede «esperar que no se le reproche», dijo Scholz.
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