El cadáver del dueño de Wagner, Evgueni Prigozhin, yace desdeeste martes en una discreta tumba de San Petersburgo, en el cementerio de Porokhovske. Su funeral, supervisado por el Kremlin, fue un acto secreto, sin ningún tipo de solemnidad y casi clandestino. El temor de Vladímir ... Putin, que no asistió al entierro del que fuera uno de sus mejores amigos y luego mayor enemigo, era que el acto se convirtiera en un motín de los mercenarios que adoraban a su jefe o de los ultranacionalistas que veneraban su brutalidad. Así que sólo se permitió la asistencia de una veintena de familiares de Prigozhin. Para hacer bulto, les acompañaron los empleados del camposanto.
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La ceremonia, tratada casi como un secreto de Estado, no se conoció hasta las cuatro de la tarde, cuando el servicio de prensa del propio Prigozhin difundió por Telegram el aviso de que el mercenario, muerto la semana pasada al estallar su avión por causas desconocidas, ya había sido enterrado. «Quienes deseen despedirse pueden visitar el cementerio de Porokhovske», agregaba el texto.
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Rafael M. Mañueco
Ante la posibilidad de que el lugar se convirtiera en un lugar de peregrinaje, tropas de élite del Ministerio de Interior, entre ellos el Omon, el grupo antimotines, tomaron el cementerio como si fuera una zona de guerra. En algunos vídeos podía verse que había un policía cada dos metros para impedir que nadie accediera a los sepulcros. Se ignora cuánto tiempo va a durar este dispositivo de seguridad.
En las únicas imágenes que han transcendido de la tumba del mercenario puede verse un sencillo enterramiento con flores rojas, la foto de Prigozhin y una bandera de Wagner. La familia colocó la tradicional cruz de madera con el pequeño tejado triangular del rito ortodoxo y una reproducción del poema religioso 'Naturaleza muerta' del autor Joseph Brodsky.
La maniobra del Kremlin para impedir que los entierros de dirigentes de Wagner se conviertan en actos de protesta contra Putin había comenzado por la mañana en la misma ciudad, durante las exequias del que fuera jefe de seguridad de Prigozhin, Valery Chekalov. Este mercenario viajaba en el mismo avión que el dueño de la compañía de soldados de fortuna.
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El mando militar fue enterrado en un cementerio distinto al de Prigozhin, sin que se permitiera el acceso de cámaras de televisión a la ceremonia. Algunos periodistas vinculados a sectores ultranacionalistas aseguraron que fueron coaccionados por agentes de paisano desplegados en los alrededores. En el evento sí que estuvieron presentes el que fuera guardaespaldas personal del líder de Wagner, Sergey Plashchenko, y el diputado Vasily Vlasov, del partido cuasifascista LPNR.
Mientras se desarrollaban estos actos, en Siria se colocaba un nuevo clavo en la tapa del ataúd de Wagner. El viceministro ruso de Defensa, Yunus-Bek Ekurov, se reunió con la cúpula militar de este país en Damasco para exigir que desmantele allí la empresa. Antes del final de septiembre, los mercenarios deberán entregar sus armas a los sirios y regresar a Rusia.
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