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El análisis de ADN efectuado por el Comité de Instrucción de Rusia (SK, en sus siglas en ruso) ha confirmado que el jefe de los mercenarios del Grupo Wagner, Evgueni Prigozhin, pereció el miércoles cuando su jet privado saltó en pedazos sobre el cielo de ... la región de Tver y sus fragmentos se estrellaron después cerca de la aldea de Kuzhénkino. El combustible del avión ardió y carbonizó a todos los que viajaban a bordo, además de Prigozhin, su mano derecha, Dmitri Utkin, cinco componentes más de la cúpula de Wagner, dos pilotos y una azafata.
La identidad de los diez ocupantes del Embraer-135 que el análisis de ADN ha desvelado coincide con la lista de vuelo facilitada desde el primer momento por la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia. Así lo anunció este domingo la portavoz del SK, Svetlana Petrenko. «En el marco de la investigación del accidente aéreo en la región de Tver se han efectuado los correspondientes exámenes genéticos moleculares cuyos resultados ha establecido la identidad de los diez fallecidos, que se corresponden exactamente con la lista que figura en la hoja de vuelo», concluyó.
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Óscar Beltrán de Otálora
A las 23.00 -hora de Moscú- del pasado día 23, la Agencia Federal de Transporte Aéreo dio a conocer el nombre de los pasajeros que iban en el aparato: Prigozhin, Utkin, Serguéi Propustin, Evgueni Makarián, Alexánder Totmín, Valeri Chekálov, Nikolái Matuséyev, el capitán Alexéi Levshín, el segundo piloto Rustam Karímov, y la azafata Kristina Raspopova.
En relación con el siniestro el Comité de Investigación abrió una causa penal en virtud del artículo 263 del Código Penal ruso (violación de las normas de seguridad del tráfico y explotación del transporte aéreo), pero sin hacer referencia a un posible asesinato o atentado. El jueves, el presidente ruso, Vladímir Putin, expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos, alabó el papel de los Wagner «en la lucha contra el régimen neonazi en Ucrania» y calificó a Prigozhin de persona «talentosa», aunque «cometió errores». El viernes, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, negó que Putin esté involucrado en la muerte del jefe de los Wagner, que acababa de regresar de un viaje a África.
Lo que no han hecho todavía los investigadores, pese a disponer de toda la información de las cajas negras, es determinar la causa de la catástrofe y las personas implicadas. En los canales de Telegram y en los medios rusos se exponen las más diversas versiones, desde una explosión a bordo del avión hasta su derribo por los sistemas de defensa antiaérea. Tanto en un caso como en el otro habrá que explicar por qué se disparó contra un jet comercial o cómo se introdujo explosivo dentro del aparato estando estacionado en el área de aviones privados del aeropuerto moscovita de Vnúkovo.
El siniestro que mató a Prigozhin y a sus principales lugartenientes se produjo dos meses después de la sublevación protagonizada por los Wagner, que pusieron bajo su control la ciudad de Rostov del Don y cerca estuvieron de entrar en Moscú. El propio Prigozhin ordenó dar marcha atrás tras mediar en el asunto el presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko. Por toda Rusia se han instalado memoriales en recuerdo del oligarca y sus mercenarios con velas, flores y retratos de los fallecidos.
Prigozhin nació el 1 de junio de 1961 en Leningrado, actual San Petersburgo. Pasó nueve años en la cárcel por robo y otros delitos. Cuando fue puesto en libertad, abrió varios restaurantes, en uno de los cuales pudo conocer a Putin, y creó después una cadena de tiendas de alimentación. Su ascensión vino con la aparición de su negocio estrella Concord Catering, con el que daba servicio al Kremlin en grandes eventos oficiales y encuentros privados. De ahí que fuera conocido como 'el cocinero de Putin'.
El oligarca luego creó el Grupo Wagner durante la anexión de Crimea, cuyas unidades lucharon en Ucrania, en Siria y en conflictos en diversos países africanos con el objetivo de «defender los intereses geopolíticos de Rusia» haciendo uso de los métodos más brutales, incluso ejecutando a los desertores golpeando su cabeza con un mazo. Su creciente popularidad, sus duras críticas a la cúpula militar rusa y el levantamiento de junio le convirtieron en una seria amenaza para el Kremlin.
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