Dimite el jefe de la Policía de Irlanda del Norte tras la fuga de datos de miles de agentes

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Óscar Beltrán de Otálora

En el escrito que ha leído la presidenta de la Comisión de la Policía de Irlanda del Norte, Deirdre Toner, el ya exjefe se muestra agradecido con quienes le han demostrado «su confianza y su amistad» durante esta complicada etapa en el cargo. «Por su puesto también quiero dar las gracias a los valientes hombres y mujeres del servicio», recoge.

Hace sólo una semana un juez determinó que la Policía norirlandesa había sancionado de manera ilegal a dos agentes para complacer al Sinn Fein. Ambos habían arrestado y esposado hace un par de años, en plenas restricciones por el covid, a un hombre por desórdenes públicos durante un homenaje a cinco católicos asesinados por unionistas en 1992. Pero el mayor escándalo durante la jefatura de Byrne saltó a principios del pasado agosto: una enorme fuga de datos de la plantilla policial. Durante tres horas permanecieron colgados en la red los apellidos, el rango y la unidad a la que pertenecían 10.000 empleados del cuerpo. Fue entonces cuando las peticiones de dimisión contra él comenzaron a multiplicarse.

La Comisión de Policía de Irlanda del Norte, encargada de supervisar la labor de quien ocupa la jefatura, ha aceptado este lunes la renuncia de Byrne en una sesión de urgencia. El organismo está formado por 19 personas, diez de ellas nombradas por políticos (tres por parte del Sinn Fein y tres del Partido Democrático Unionista, DUP) y nueve son independientes.