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Cuatro policías franceses han sido acusados formalmente de «violencia en grupo» tras haber dado presuntamente una paliza a Hedi, un joven de 22 años, en Marsella durante los disturbios recientes que vivió esta ciudad mediterránea. Uno de los agentes acusados se encuentra ya en prisión ... preventiva mientras que los otros tres están bajo control judicial, tras la lectura de los cargos.
La Fiscalía de Marsella había abierto el pasado 5 de julio una investigación judicial por «violencia en grupo por persona depositaria de la autoridad pública». La Inspección General de la Policía Nacional (IGPN), el equivalente a Asuntos Internos, estaba a cargo de la pesquisa inicial, ya que los presuntos agresores son agentes del Brigada Anticriminal (BAC). Tras la paliza a Hedi, fueron detenidos ocho agentes, pero, tras ser interrogados, solo cuatro de ellos han sido acusados.
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Los hechos presuntamente ocurrieron la noche del 1 al 2 de julio en el centro de Marsella durante los disturbios que sacudieron varias ciudades francesas tras la muerte el pasado 27 de junio en Nanterre de Nahel, un adolescente de 17 años, de un tiro de la Policía en un control de tráfico.
Hedi, empleado en el sector de la restauración, salió de trabajar a la 1:30 de la madrugada y se fue a tomar una copa con un amigo por la zona del Puerto Viejo de Marsella. Sobre las dos de la mañana, ambos vieron pasar furgones de la Policía y sobrevolar un helicóptero, que decidieron seguir porque «parecía una película», según cuentan. Por el camino, se cruzaron con un grupo de cuatro o cinco hombres, presuntamente policías vestidos de paisano. Llevaban porras en la mano y un lanzador de proyectiles tipo 'flash ball' o pelotas de goma de alta intensidad.
Según relataron los dos amigos al diario local La Provence, los hombres les preguntaron que dónde iban y no les dio tiempo ni a contestar. Hedi recibió un impacto de 'flash ball' en la sien. Le arrastraron a una callejuela y le pegaron puñetazos, patadas y con la porra, y lo dejaron tirado en la calle dándole por muerto. Gracias al brazalete que llevaba uno de sus agresores y el material utilizado, supo que los que le habían atacado eran policías.
Los dueños de una tienda de comestibles cercana trasladaron a Hedi, en estado muy grave, al hospital, ya que esa noche el servicio de ambulancias estaba colapsado por los disturbios. El joven ingresó en el hospital con «un traumatismo craneal grave por tiro de 'flash ball'». Hedi, al que los médicos han puesto más de 50 grapas en la cabeza, deberá llevar un casco de protección en las próximas semanas y ser operado otra vez dentro de dos meses.
«Estaban ahí para pegar. Esperaban que alguien pasara y por desgracia fuimos nosotros», explicó Lilian, el amigo de Hedi al periódico local. «Debieron pensar que había ido a hacer destrozos», añadió, tras salir del coma, Hedi desde la cama del hospital donde se recupera de sus heridas.
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La misma noche de la paliza a Hedi, Mohamed, un hombre de 27 años, fallecía en Marsella por el posible impacto de una 'flash ball' disparada por la Policía cuando circulaba en moto por el centro de la ciudad. El hombre, que sufrió una parada cardiaca tras el impacto de la pelota de goma, fue encontrado herido en el centro de Marsella y trasladado al hospital, donde los médicos no pudieron hacer nada para salvar su vida. Según su familia, Mohamed no participaba en los disturbios, sino que estaba haciendo fotos de las escenas de violencia urbana.
La Policía francesa es con frecuencia criticada por utilizar lanzadores de balas de defensa (LBD), un artefacto no letal que lanza proyectiles tipo 'flash-ball'. El uso de esta arma disuasoria antidisturbios puede provocar graves lesiones si se lanza a corta distancia o incluso la pérdida de un ojo si el tiro de LBD impacta en la cara, como ya ocurrió durante las manifestaciones de los 'chalecos amarillos'.
El país galo vivió a finales de junio y principios de julio disturbios y saqueos en tiendas en todo el país, en reacción a la muerte de Nahel. En seis noches hubo 3.625 detenidos, de los que 1.124 eran menores, según datos del Ministerio del Interior. Unos 700 policías resultaron heridos en los enfrentamientos con los alborotadores. Los disturbios también provocaron importantes daños materiales en más de 500 localidades.
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