Cientos de miles de alemanes culminan una semana de masivas protestas contra la ultraderecha

Después de que el sábado más de 300.000 personas se sumaran a las manifestaciones convocadas en ciudades como Fráncfort, Hanover, Dortmund, Erfurt o Núremberg, este domingo volvieron a repetirse marchas masivas con cientos de miles de participantes contra neonazis y radicales de derechas que desbordaron de nuevo las previsiones de los organizadores en metrópolis como Berlín, Múnich, Colonia, Bremen, Leipzig o Dresde.

En la capital alemana, donde se había convocado una protesta para un millar de manifestantes, más de 100.000 personas se habían reunido poco después de la hora prevista frente el Reichstag, la histórica sede del Parlamento germano, según la Policía, y obligado las autoridades a ampliar el lugar de asamblea hasta la Puerta de Brandeburgo y la kilométrica Avenida del 17 de Junio. «Defender la democracia: unidos contra la extrema derecha» fue el lema de la protesta en Berlín, cuyos organizadores contaron 350.000 asistentes y que tuvo el apoyo de su alcalde gobernador, el conservador Kai Wegner. Este dijo alegrarse de que «mucha gente demuestre que Berlín no es lugar para agitación ultraderechista y odio».

«El futuro de nuestra democracia no depende del ruido que hagan sus enemigos, sino de la fuerza de quienes la defienden», dijo el presidente federal Frank Walter Steinmeier, en un videomensaje dirigido a todos los habitantes de Alemania, en el que celebró que cientos de miles de ciudadanos hayan tomado las calles para expresar su repulsa al extremismo de derechas. Los manifestantes «defienden nuestra república y nuestra Ley Fundamental contra sus enemigos. Defienden nuestro humanismo», dijo la máxima autoridad germana. Steinmeier subrayó que «necesitamos ahora una alianza de todos los demócratas, da igual que vivan en la ciudad o en el campo, que sean jóvenes o mayores, que tengan o no antecedentes migrantes».

Al igual que el viernes en Hamburgo, donde la policía tuvo que disolver una protesta popular contra la ultraderecha por saturación y ante la falta de espacio físico para garantizar la seguridad de los más de 50.000 participantes, este domingo sucedió lo mismo en Múnich cuando más de 100.000 ciudadanos se habían concentrado ya ante la abarrotada Puerta de la Victoria en el centro de la capital bávara y decenas de miles más continuaban tratando de llegar punto de reunión. «Nos acercamos a los 250.000», había asegurado poco antes de la suspensión un portavoz de la organización de la manifestación. «Que les remigren por detrás», «Nada de tolerancia a la intolerancia», «Aprendamos de la historia en vez de repetirla», «El odio enferma» o «Ni una cerveza para los nazis» rezaban algunos de los carteles y pancartas que los asistentes mostraban en la masiva movilización.

Detonante de las protestas y la abrumadora respuesta popular fue la revelación hace una semana por el grupo de periodistas de investigación Correctiv de que miembros de AfD, pero también de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU) y varios empresarios de la derecha radical, se habían reunido de manera conspirativa y secreta en noviembre pasado con destacados neonazis para abordar la llamada «remigración», la expulsión y deportación forzosa y sistemática de millones de extranjeros residentes en Alemania, pero también de ciudadanos alemanes de origen migrante, en una operación de limpieza étnica que recuerda inevitablemente a la Alemania nazi y el régimen genocida de Adolf Hitler. Una reunión en la que el conocido ideólogo neonazi austríaco Martin Sellner expuso sus propuestas para vaciar este país de «elementos indeseables».

Bajo el lema 'Defender la democracia, combatir a AfD', también en Colonia se concentraron más de 70.000 personas, convocadas, al igual que en otras ciudades, por una amplia alianza de partidos, sindicatos, iglesias, clubes deportivos y todo tipo asociaciones, así como miembros destacados de la cultura y numerosos grupos musicales. Víctima de un atentado neonazi que le causó heridas de gravedad en 2015, la alcaldesa de Colonia, Henriette Recker, apeló a los asistentes para que busquen el diálogo en la lucha contra el odio y la xenofobia. «Nosotros somos quienes defienden la democracia. Hablen con aquellos que la atacan», dijo al dirigirse a los participantes. Un llamamiento del que se hicieron eco otros oradores en concentraciones como la de Bremen, donde participaron más de 40.000 personas, a las que hay que sumar decenas de miles más en otras muchas ciudades alemanas este domingo.

«Que cientos de miles de personas den la cara y precisamente ahora defiendan activamente nuestra democracia es un signo muy alentador», dijo la ministra federal de Interior, Nancy Faeser, en referencia también a la pujanza de Alternativa para Alemania en el este de Alemania, donde los sondeos coinciden en señalar que la ultraderecha ganará las elecciones legislativas de septiembre en los estados de Brandeburgo, Sajonia y Turingia. Una victoria que resultará seguramente pírrica, ya que carecerán de aliados para alcanzar una mayoría parlamentaria que les permita gobernar. Todas las formaciones democráticas mantienen un pacto tácito para no colaborar y ni tan siquiera dialogar a nivel político con AfD, que vive aislada en su burbuja de racismo, euroescepticismo y nostalgia del nacionalsocialismo.