Bruselas felicita a Erdogan y se prepara para trabajar con «un socio estratégico»

El dirigente turco ha sido durante todo este tiempo un socio incómodo para la UE, por su afinidad con Moscú -Erdogan mantiene una relación de amistad con el presidente ruso, Vladímir Putin- y porque controla los flujos migratorios para presionar sus negociaciones con los Veintisiete y mantiene bloqueada desde hace un año la entrada de Suecia en la OTAN. En un comunicado conjunto, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, y el comisario de Vecindad y Ampliación, Oliver Varhely, han destacado que se mantienen a la espera de las recomendaciones de la misión de observación de Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, que ha criticado la falta de transparencia en estos comicios.

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«La UE tiene un interés estratégico en continuar cooperando con Turquía y en mantener una situación estable y segura en el este del Mediterráneo», apunta el comunicado de Bruselas. Señala, además, que el bloque está preparado para tener «una relación constructiva» con Ankara basada en «el compromiso con los derechos humanos, el Estado de Derecho, el derecho internacional y la estabilidad regional». Esta frase cobra una gran importancia ya que, desde 2018, la Unión Europea ha criticado los retrocesos en materia de Estado de Derecho y de la democracia, que han dejado en punto muerto la adhesión del país.

Con la victoria de Erdogan, Bruselas se resigna a una senda continuista en sus relaciones con Turquía, pero también sin sorpresas. El debate en materia territorial sobre la isla de Chipre entre el país y Grecia, la renovación del pacto migratorio entre la UE y Ankara; y la entrada de Suecia en la OTAN serán algunos de los puntos a tratar en la relación entre las dos potencias. También la sintonía del presidente turco con Putin, que la UE espera poder utilizar como palanca para preparar un futuro proceso de paz en Ucrania.