El autor del ataque de París quería vengar a los musulmanes

Antes del ataque, Rajabpur-Miyandoab grabó un vídeo reivindicativo en el que juraba lealtad al Estado Islámico, según confirmó la Fiscalía antiterrorista. Procedente de una familia iraní no religiosa, se había convertido al islam radical.

La víctima mortal del ataque es Collin, un enfermero germano-filipino de 23 años, que se encontraba de vacaciones en París con su novia, que salió ilesa de la agresión. El turista alemán fue presuntamente acuchillado y golpeado con un martillo por Rajabpur-Miyandoab. Otras dos personas resultaron heridas en el ataque: un francés y un turista inglés. El agresor les golpeó a los dos con un martillo, pero ya han recibido el alta médica.

El sospechoso, que tenía problemas psiquiátricos, ya había sido condenado a prisión por terrorismo por planear un atentado frustrado en La Défense, el barrio financiero de París. Su nombre aparece en el famoso fichero S de las autoridades galas por su radicalización.

Durante unos interrogatorios en julio de 2019, aseguró que en prisión escuchaba «la voz de los yihadistas del Bataclan» que le pedían que «pasara a la acción», según BFMTV. Un grupo de islamistas radicales mataron a 90 personas en noviembre de 2015 en esta sala de conciertos parisina. El atentado fue reivindicado por el Estado islámico.

A su salida de prisión en 2020, Rajabpur-Miyandoab fue seguido por los servicios del m¡Ministerio del Interior para controlarle y recibió tratamiento psiquiátrico hasta abril. Aseguraba que ya no era musulmán.

El titular del Interior, Gérald Darmanin, dijo en una entrevista en televisión que los servicios del ministerio «hicieron lo máximo en el marco de ley actual» para vigilarle, aunque no pudieron evitar el ataque. Darmanin reconoció, sin embargo, que hubo «un fallo psiquiátrico», ya que los médicos consideraron que el presunto terrorista iba mejor y ya no necesitaba tratamiento.

El atentado de París ha reabierto el debate en el país sobre el seguimiento de terroristas radicales tras su salida a prisión. «Los franceses se preguntarán como un hombre fichado, ya condenado por haber planificado un atentado, caso psiquiátrico notorio, en el contexto actual, ha podido pasearse libremente y armado un sábado por la noche en las calles de París. Y tienen razón de preguntárselo», escribió el domingo el ultraderechista Jordan Bardella en la red social X (antiguo Twitter).

La derecha y la extrema derecha francesa reclaman la extensión de la «detención por motivos de seguridad» para los islamistas radicalizados para valorar mejor su peligrosidad e impedir nuevos ataques. Bardella, mano derecha de Marine Le Pen, cree que debería ser «sistemática» para casos de terrorismo.

La legislación francesa permite actualmente el internamiento forzado en un centro socio-médico-judicial de prisioneros que hayan cumplido su condena criminal, pero tengan un riesgo elevado de reincidencia porque sufren un problema grave de personalidad.

El Gobierno francés ya activó en octubre la alerta máxima terrorista tras el atentado en el instituto de Arras, en el que fue asesinado un profesor, y ante el aumento de la amenaza islamista en todo el mundo por la guerra entre Hamás e Israel. El ministro del Interior ha ordenado reforzar la protección de sinagogas y otros lugares frecuentados por la comunidad judía para la fiesta de Janucá, coincidiendo con la ola de antisemitismo que vive el país a raíz de la crisis en Oriente Próximo.